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Democracia directa y modelo suizo

La landsgemeinde de Glaris, una antigua forma de democracia directa en Suiza. Keystone

Suiza vive desde hace poco un intenso turismo político: políticos extranjeros provenientes sobre todo de naciones vecinas de habla alemana que pertenecen a la UE muestran un marcado interés en la democracia directa. ¿Nueva exportación atractiva?

Una delegación del estado federado alemán Waden Würtemberg siguió directamente las votaciones federales del 11 de marzo de 2012 en Suiza. El 6 de mayo, el vicecanciller austríaco Michael Spindelegger visitó el cabildo municipal de Glarus acompañado por el ministro de Exteriores helvético Dider Burkhalter. El cantón de Argovia y Baden Würtemberg organizaron juntos una conferencia sobre democracia que se llevó a cabo en el primero de ellos.

Las votaciones federales del 23 de septiembre serán presenciadas in situ por el presidente del gobierno de Rheinland-Pfalz (Renania Palatinado), Kurt Beck, quien realizará además una visita de trabajo al Centro para la Democracia de Argovia (CDA).

Allende Europa

“Los países vecinos de la UE no son los únicos interesados en el modelo de democracia suiza, sino también otras naciones como Uruguay”, dice a swissinfo.ch el politólogo del CDA Uwe Serült. “Una delegación del país latinoamericano vendrá en breve en el marco de una visita de trabajo organizada por Presencia Suiza”.

La consulta nacional que acciona una determinada cantidad de firmas en Europa Occidental es posible –además de Suiza, que hasta 1920 era el único país con este mecanismo democrático-,  sólo en el Principado de Liechtenstein, Italia y San Marino, según señala un estudio del CDA.

A éstos se suman Estados Unidos, Canadá y Australia; 14 Estados poscomunistas de Europa Oriental desde los 1990 (entre ellos Letonia, Lituania y Hungría); y en América Latina Uruguay, Colombia y Venezuela.

“No es casual que a Uruguay se le diga la ‘Suiza de América Latina’, precisa el coautor del documento Serdült.

Desengaño de la democracia representativa

Una de las causas que en el exterior despierta interés por la democracia directa en Suiza es “un cierto desengaño de las democracias representativas”. Muchos ciudadanos y ciudadanos ya no se sienten representados por los políticos electos al Parlamento y quieren tener voz, participar directamente.

“Todas las democracias se hallan en crisis. La democracia es un aprendizaje perpetuo que hoy en día es más bien regresivo en vez de progresivo”, señala el consejero nacional (diputado) socialdemócrata Andreas Gross. Desde hace años, dice a swissinfo.ch, “tiene lugar una verdadera degradación de la democracia”. Las democracias existentes se vuelven autoritarias y crece la acumulación de poder del Ejecutivo.

El Estado nacional pierde cada vez más autonomía,  huérfana  de una democracia con estructura transnacional. Por eso las personas están cada vez más convencidas de que ya no es suficiente elegir, explica el experto en democracia.

La crisis en la Unión Europea tiene incidencia, según la percepción de Serdült. Desde la Europa exterior se mira con cierta admiración a la Suiza que no es miembro de la UE. “En Alemania es raro el programa de entrevistas que no se refiera a Suiza sin mencionar lo bien que le va con su ‘democracia directa’. Y surge la pregunta de si no sería posible copiarla”.

Gross opina distinto. “Suiza no es admirada y, sobre todo, no es comprendida. La consideran un país exótico y es muy mal conocida. Habría que mostrarles el valor de la democracia directa, cuya conexión con los derechos humanos y el dinero en Suiza es todavía insuficiente”.

La ausencia de una Corte Constitucional

Quienes critican la democracia directa señalan que algunas decisiones tomadas en las urnas -como la iniciativa para la expulsión de extranjeros infractores de la ley-, son difícilmente aplicables porque entran en conflicto con los derechos constitucionales que garantizan los derechos humanos fundamentales. “Eso no es un riesgo de la democracia directa en sí misma, sino una insuficiencia de la forma que tiene en Suiza”, explica Gross. 

Desde que en los últimos años se juega en Suiza “más con la persona que con la pelota” surgen las debilidades de una democracia directa desprotegida de derechos constitucionales frente a “la tiranía de la mayoría”. Pero eso no es culpa de la democracia directa, precisa Gross.

¿Hace falta entonces una instancia jurídica superior que controle la conformidad constitucional de las iniciativas: una Corte Constitucional? “Estoy convencido de que una democracia necesita esa Corte”, manifestó el juez constitucional esloveno Ciril Ribicic en una entrevista concedida hace poco a swissinfo.ch. El pueblo de Eslovenia acude también al referéndum y a la iniciativa popular.

El experto en Democracia Gross insiste: “Desde hace años vengo diciendo que una Corte Constitucional es necesaria y que la democracia directa debe ser mejorada. Salvo contadas excepciones, como el derecho de voto para la mujer, no ha evolucionado ni se la ha afinado en cien años. Por eso hay en Suiza una gran necesidad de reforma”.

Exitosa sociedad civil

El estudio del CDA analiza también la utilidad efectiva del instrumento democracia directa. Resultado: las agrupaciones de la sociedad civil –sean asociaciones defensoras del medioambiente, sindicatos o incluso organizaciones de intereses económicos-, son las más exitosas. “Y ellas son las que también en Suiza utilizan la democracia directa con más frecuencia”, añade el coautor del análisis Uwe Serdült.

La democracia directa habría sido utilizada al principio por los partidos opositores en la pugna por el poder. “También en Suiza fue así durante mucho tiempo. Cuanto más dura la democracia directa, es mayor su presencia en la sociedad civil”. Esta tendencia es, a su juicio, internacional.

Ninguna copia idéntica

Los “turistas de la democracia” podrían aprender del modelo suizo, pero no copiarlo de manera idéntica, opina Serdült. “Todos los visitantes son políticos profesionales y en la democracia directa ven también un riesgo. Se dice SI a una mayor participación del pueblo, pero sin que sea obligatoria como lo es en Suiza. Aquí tiene validez la decisión tomada en las urnas.

En Alemania son ‘consultas populares’ sin carácter vinculante”.

Suiza respalda las conversaciones que lleva a cabo la oposición siria en Berlín sobre un programa posterior a la era Assad. Uwe Serdült prefiere eludir una respuesta contundente a la cuestión de si la “Siria posterior” sacará provecho de la democracia directa de Suiza. “Siempre somos muy cuidadosos cuando se trata de decidir si debe adoptarse una democracia directa o el federalismo. Los procesos de democratización, como el de Siria, suelen durar más de una generación”.

La iniciativa ciudadana europea es un instrumento de la democracia directa en la Unión Europea que fue incorporado en el Tratado de Lisboa. Desde el 1 de abril de 2012 se puede acudir a ese mecanismo democrático.

Es el procedimiento de una iniciativa similar a la iniciativa popular vigente en algunos estados federados de Alemania y a la petición de referéndum en Austria. Mediante la iniciativa ciudadana, los ciudadanos y ciudadanas de la UE pueden conseguir que la Comisión Europea se ocupe de un determinado tema; pero no prevé una votación nacional al respecto.

La iniciativa popular permite a los ciudadanos y ciudadanas proponer alguna modificación en la Constitución Federal. Para ese fin deben reunir 100.000 firmas válidas en un plazo de 18 meses y entregarlas a la Cancillería federal.

Acto seguido, el proyecto llega al Parlamento que puede aceptar, rechazar o hacer una contrapropuesta a la iniciativa popular. En todo caso va a la consulta en las urnas.

Para la aceptación de una iniciativa popular es necesario que obtenga la mayoría de los electores y la de los (26) cantones.

El Referendo (facultativo) permite a los ciudadanos y ciudadanas dejar en manos del pueblo la decisión sobre una ley ya aprobada por el Parlamento.

Si el comité promotor del referéndum reúne 100.000 firmas válidas en un plazo de 100 días y las entrega a la Cancillería Federal, se forzará una votación nacional.

Si el Parlamento aprueba modificaciones en la Constitución Federal, se procede a un Referéndum obligatorio.

En los referéndums facultativos es determinante sólo la mayoría de sufragios del electorado; pero cuando es un referéndum obligatorio hacen falta las mayorías del pueblo y de los cantones.

El concepto de democracia directa es entendido como una forma de Estado donde el pueblo ejerce el poder de manera directa.

Lo contrario de éste es la democracia representativa donde el pueblo delega el poder en los representantes que elige.

Los mecanismos más importantes de la democracia directa en Suiza son la Iniciativa popular y el Referéndum facultativo.

La democracia directa en Suiza suele también ser tipificada de semi-directa, porque el sistema incorpora tanto a la democracia directa como a instituciones políticas representativas.

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