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Un cuento suizo para Navidad

La historia ocurre en un lugar concreto: en el pueblo de Sent, en la Engadina, un valle alpino situado al este, en los Grisones. La ilustradora Alessandra Micheletti cuenta que "Niculin, el principal personaje, es el único en la iglesia que puede ver la luz del cometa, una luz que representa la vida." Alessandra Micheletti/Aracari

Navidad es la época de escuchar historias de lugares distantes… o imaginarios. Pero muchas veces estas ocurren al lado de casa. La canadiense Nancy Walker-Guye emigró hace más de treinta años a Suiza, donde comenzó a escribir libros infantiles. Y fue a través de ella que descubrí el primer cuento navideño cuya historia ocurre en un pueblo de los Alpes suizos.

Era Nochebuena. Nevaba mucho y los tejados de las casas del pueblo de montaña estaban cubiertos por una espesa capa blanca. Niculin, sentado en el banco de la iglesia al lado de sus padres, pensaba  satisfecho en su abrigo y en sus zapatos de invierno, con los que ya no tenía frío. Brincaba en silencio al girar las ruedas de la pequeña locomotora de juguete que había llevado secretamente a la misa. El padre de Niculin era conductor de tren y, como había caído tanta nieve, no debía trabajar ese día. Un tren quedó varado en un trecho distante del poblado. Solo podría recomenzar sus actividades hasta la mañana del día siguiente…”

Así comienza la historia del libro infantil ‘Noche de Paz’.

Extranjera en suelo helvético

La autora es Nancy Walker-Guye, 53 años. Proviene de un lugar muy distante de Engadina. Su ciudad natal se llama Sarnia, en la colina cercana al lago de Huron, situada en la provincia canadiense de Ontario. Me recibe en su casa en Yverdon-les-Bains, una ciudad suiza de la parte francófona. Sonríe feliz con la inesperada visita y nos convida  té con biscochos.

La descubrí casi por azar cuando entré a una librería de Zúrich y pedí a la vendedora un libro infantil que contase una historia de Navidad que sucediera en Suiza. La primera reacción fue de espanto. “¿Tiene que ser en Suiza? Tenemos Charles Dickens o los cuentos tradicionales de Hans Christian Andersen… pero, ¿algo que se suceda aquí?”, se preguntó con tono incrédulo. Luego de mirar en los estantes, de arriba a abajo, de derecha a izquierda, casi desiste. Pero luego de reflexionar unos minutos, se dirigió a un estante donde retiró el libro ‘Noche de Paz’, cuya historia de Natal se desarrolla en un pueblo alpino helvético. Fue el único texto en su género que descubrí luego de buscar también, vía Internet, en varios catálogos de las librerías del país.

A Nancy, la autora, le gusta mucho esta época del año. Piensa, nostálgica, en aquellas celebraciones en Canadá, cuando la familia se sentaba en torno a la mesa, ricamente decorada, para saborear un plato típico, como el pavo. De sus hermanos, ella es la única que emigró. Hoy, viuda, vive discretamente en una casa de madera en los alrededores de Yverdon-les-Bains con su cachorro, un gran pastor bernés, y su hijo, que actualmente realiza la formación profesional de técnico forestal. Su hija ya vive independiente y estudia traducción en un cantón del lado opuesto del país.

Como la mayoría de los escritores de cuentos infantiles, ella tampoco vive de sus obras. Es técnica en radiología médica, una profesión que eligió en Canadá para poder viajar a otros países. “Cuando recibí una oferta de trabajo en Suiza en 1980, no lo pensé dos veces: estaría en el centro del continente, y esto me permitiría conocer rápidamente otros países europeos”. La estadía en Suiza se repitió varias veces, y lo que parecía ser transitorio, se transformó en toda una vida. Conoció a su pareja, compraron una casa en Yverdon-les-Bains y tuvieron dos hijos. Una vida normal en familia.

La literatura comenzó por casualidad. Como todas las madres, se complacía n narrar historias a sus hijos antes de dormir. Pero le gustaba improvisar. Cuando su hija tenía tres años le reclamó porque no lograba repetir las historias que tanto le gustaban. “Entonces mi hija me dijo, muy decidida, que necesitaba plasmarlas en papel”.

La ilustradora Alessandra Micheletti afirma: “Pinté esa escena al imaginar el estado emocional del niño. Niculin estaba preocupado” Alessandra Micheletti/Aracari

Aprender

Cualquier persona que se encuentra delante de una hoja en blanco sabe qué difícil es empezar. ¿Cómo comenzó a escribir sus cuentos? “Parece fácil, pero los niños perciben inmediatamente cuando una historia no tiene estructura o lógica. Tuve que aprender”. Por eso investigó y descubrió un instituto en Canadá que ofrecía cursos por correspondencia para escritores principiantes. Las lecciones llegaron y ella las siguió de principio a fin, se arremangó la camisa y no paró de trasladar sus ideas al papel.

Su primer día de gloria ocurrió en 1998. Una de sus historias fue aceptada por la editora de una revista infantil de Estados Unidos. Hoy son ya más de sesenta cuentos publicados. Nancy se convirtió en miembro de la Sociedad de Escritores e Ilustradores de Libros Infantiles.

El primer libro, ‘Feliz Navidad, Ratón Matty’ (Merry Christmas, Matty Mouse) fue publicado en 2003 por la editorial NordSüd en Zúrich. “Una historia que conforta a aquellos tienen el libro entre las manos”, anota sobre la obra una librería virtual en su sitio web. Nancy escribió después otros tres libros infantiles inspirados en la época navideña: ‘La Estrella del Conejo de Nieve’, ‘Sorpresa Navideña del Conejo de Nieve’ y ‘Noche de Paz’, de la editorial Aracari, también de Zúrich. En total, ha publicado ocho libros infantiles en varios idiomas, pero su idioma de trabajo sigue siendo el inglés. “Es como siento y pienso”, asienta.

Cuenta Nancy que ‘Noche de Paz’ surgió de un pedido personal del dueño de la editorial. Se reunió con algunos funcionarios y varios escritores infantiles en un pequeño pueblo de los Grisones, cuando el pedido fue hecho. “Querían que escribiese una historia que pasara en Suiza. Me senté y comencé. En dos semanas el texto estaba listo. Al  editor le encantó cuando lo leyó”. Las ilustraciones son de la artista gráfica Alessandra Micheletti, que plasma las típicas casas de la región, las llamadas casas de Engadina, pintadas de amarillo y, en muchos casos, con bellos frescos de motivos generalmente religiosos.

Según Alessandra Micheletti, “en esta ilustración aparecen todos los personajes del libro de Nancy. Los paralelos con el nacimiento de Jesús son visibles.” Alessandra Micheletti/Aracari

Final feliz

Con una vela en el centro de la mesa para ambientar el salón, Nancy sirve más té. A sus pies está echado el gran pastor bernés. Como los hijos son ya casi adultos, ella ya no necesita contarles cuentos antes de dormir, así que tiene tiempo para escribir su primera novela para adultos. El título, ‘Elecciones: una historia de autoayuda’ (Choices: a story of Self-Empowerment). Se trata de una autobiografía, cuya  base está en la experiencia de comenzar una vida tras la pérdida de su marido.

Pensando en los cuatro libros navideños que leí antes de nuestro encuentro, percibo que el principal mensaje de Nancy se resume en tres palabras: solidaridad, amistad y compartir, algo que se refleja en su optimismo nato. Tal vez se trate de una aptitud especial de los escritores infantiles. Esto me llevó a preguntarle:

-¿Por qué todos los libros de niños tienen un final feliz? Mi hija ya me había dado una respuesta a esta pregunta: “Porque así tiene que ser”.

Nancy ríe y me responde. “Los niños tienen tanto por vivir, ya sumarán sus experiencias de vida. Como niños que son tienen derecho a creer en un final feliz”. En el libro ‘Noche de Paz’, Niculin vive el sueño de Navidad a través del nacimiento de un bebé. Un final feliz que se conmemora en muchas partes del mundo.

Nancy Walker-Guye nació en Sarnia, en la provincia de Ontario, Canadá.

Tras su formación como técnica en radiología médica, viajó a Suiza por primera vez en 1980 para realizar prácticas en una clínica en Sion, en el cantón del Valais. Al volver a Canadá, en medio de una crisis económica, Walker-Guye decidió volver al país alpino, a Zúrich, donde vivió durante varios años.

Con su esposo compró una casa en Yverdon-les-Bains, ciudad a una hora en auto de Berna y localizada en la parte oeste del país, donde Walker-Guye vive hasta ahora.

La escritora ha publicado más de 60 historias en varias revistas como Highlights, High Five, Babybug, Ladybug y Spider.

– Feliz Navidad, Ratón Matty (Merry Christmas, Matty Mouse) – 2003

Nancy Walker-Guye (texto), Nora Hilb (ilustraciones)  

Editorial NordSüd, Zúrich

– Una sorpresa para el conejo de Pascua  (A Surprise for Easter Bunny) – 2005

Nancy Walker-Guye (texto), Igor Oleynikov (ilustraciones)

Editorial NordSüd, Zúrich

– ¡Bravo, Louis! – 2008

Nancy Walker-Guye (texto), Susanne Smajic (ilustraciones) 

Editorial Edel, Hamburgo

– La estrella del conejo de nieve (Snowbunny’s Star) – 2010

Nancy Walker-Guye (Text), Maren Briswalter (ilustraciones)

Editora Aracari, Zúrich

– Tan gracioso como lo gracioso puede ser (As Funny as Funny could be) – 2011

Nancy Walker-Guye (texto), Alessandra Micheletti (ilustraciones)

Editorial Aracari, Zúrich

– Noche de Paz (Silent Night) – 2011

Nancy Walker-Guye (texto), Alessandra Micheletti (ilustraciones)

Editorial Aracari, Zúrich

– El gran salpicón (The Big Splash) – 2012

Nancy Walker-Guye (texto), Roberta Angaramo (ilustraciones)

Editorial Aracari, Zúrich

– Sorpresa de Navidad del conejo de nieve (Snowbunny’s Christmas Surprise) – 2012

Nancy Walker-Guye (texto), Maren Briswalter (ilustraciones)

Editorial Aracari, Zúrich

Traducido del portugués: Patricia Islas

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