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¿Una votación capaz de enterrar el conflicto del Jura?

Manifestación antiseparatista en septiembre pasado en el paso de pierre-Pertuis, considerado el epicentro del Jura bernés. Keystone

Treinta y cinco años después del nacimiento del último de los cantones suizos, en los valles del Jura los ánimos se han calmado. Aunque los hermanos enfrentados se vuelven a hablar, nadie cree realmente en una reunificación.

Moutier, un martes cualquiera del mes de octubre. Son las 12.30 horas. Las calles del centro están desiertas. El ambiente fresco y grisáceo no incita a deambular por la pequeña ciudad industrial de poco más de 7.000 habitantes, situada a los pies de la cordillera del Jura. Solo algunos afiches anuncian la votación sobre la apertura de un proceso para reunificar el Jura y el Jura bernés en un solo cantón. La cita con las urnas, sin embargo, no despierta entusiasmo.

Moutier es parte del Jura bernés porque así los decidieron sus ciudadanos. En tres ocasiones rechazaron adherirse al cantón del Jura. Desde 1982, la mayoría de las autoridades municipales son separatistas. Maxime Zuber, alcalde desde hace 19 años, es miembro del Partido Socialista Autónomo (PSA), nacido de la escisión del Partido Socialista del Jura bernés. Este siguió fiel al cantón de Berna.

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La cuestión del Jura vuelve a las urnas

Este contenido fue publicado en “No sé si la cuestión del Jura se resolverá definitivamente en esta ocasión. Pero lo cierto es que el proceso político que ha conducido a esta votación puede considerarse ejemplar. Ha permitido establecer una cultura del diálogo, acostumbrar a la gente a hablarse, crear una nueva relación entre dos frentes que parecían irreconciliables”, sostiene el…

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En 1998, los habitantes de Moutier volvieron a rechazar por una diferencia de solo 48 votos unirse al cantón del Jura. Si el 24 de noviembre reiteran su no, como pronostican los observadores y los sondeos, los municipios podrán solicitar por separado su adhesión al cantón del Jura. Un proceso que algunos han bautizado lex Moutier, una ley hecha a medida para enterrar, una vez por todas, la cuestión jurasiana.

Un marcado desinterés

En la estación ferroviaria el ambiente es más animado. Moutier es una parada de los trenes que cubren la línea directa Basilea-Ginebra. El feudo de los autonomistas jurasianos, el Hôtel de la Gare, luce orgulloso la bandera. El 24 de noviembre, aquí se emitirá un en las urnas. Justo enfrente, en el Café de la Gare, Sophie Mertenat, de 35 años, no se hace ilusiones. “Mis padres lucharon por la causa jurasiana y es importante para mí. Pero el cantón del Jura ha dejado de ser un sueño. Ya no logra movilizar a la gente como antaño. Los jóvenes muestran un desinterés absoluto en esta votación”.

El patrón de otro bar en Moutier manifiesta las mismas dudas, pero prefiere no aparecer en los medios: “En el cantón del Jura tendríamos una voz mayor. Muchos aquí, incluso algunos militantes separatistas, temen que la ciudad pierda el tribunal regional o el hospital, si abandona el cantón de Berna. Será un argumento determinante a la hora de votar”.

El comité “Construir ensemble” (construir juntos) agrupa a los partidarios de la reunificación swissinfo.ch

Escaso entusiasmo

El ideal revolucionario que llevó a la creación del cantón del Jura en 1979 ha perdido terreno frente los argumentos pragmáticos, lamentan los militantes más fervientes. Martial Schweizer, de 60 años, sin embargo, ve un lado positivo en este sosiego.

“Desde hace veinte años se han limado las asperezas y la gente se vuelve a hablar”, subraya este separatista que no añora el pasado. “Cada campo tenía sus comercios, sus restaurantes, sus asociaciones. Cuando me cruzaba con un militante del otro bando, tenía que cambiar de acera. Hubo familias que se rompieron, el ambiente era insufrible”.

Martial Schweizer, ciudadano de Moutier

Desde hace veinte años se han limado las asperezas y la gente se vuelve a hablar

Hoy, todos los actores coinciden en que el diálogo ha ganado serenidad. “Los ánimos se han calmado desde 1994 y la creación de la Asamblea Interjurasiana (AIJ) ha conseguido limar asperezas y facilitar el diálogo entre hermanos enfrentados. Esta pacificación explica, además, que la cuestión jurasiana ya no embriaga a la gente como en el siglo pasado”, escribe Rémy Chéteat, redactor jefe del Quotidien jurassien.

En la población, sin embargo, se percibe aún el temor de que se reabran las heridas del pasado. “Obviamente, Moutier no va a inflamarse como en los años 1970, pero no vemos la hora de pasar la página”, subraya el hombre quincuagenario con el que nos cruzamos en la calle.

El secretario general de la AIJ, Emanuel Gogniat, destaca la discrepancia entre una gran parte de la población, que no siente interés por esta votación, y militantes “comprometidos como antaño que no están dispuestos a ceder un ápice en sus posiciones”.

Un aire de Irlanda del Norte

En el pueblo bernés de Bévilard, a una decena de kilómetros al suroeste de Moutier, Marc-Alain Affolter recalca su “apego visceral” al cantón de Berna. El patrón del grupo epónimo, que fabrica engranajes de relojería y máquinas, destaca la ventaja que supone pertenecer a un cantón grande y con un peso importante a escala nacional, así como el privilegio del estatuto especial que Berna ha concedido a la región. “Estamos muy a gusto en este cantón. ¿Por qué vamos a dejarlo?”

A escasos cien metros de distancia, en Helios S.A., el discurso es completamente opuesto. Vincent Charpilloz, director de esta PYME familiar especializada en la fabricación de piezas sueltas para diferentes industrias (relojera, automóvil, médica, …) milita a favor del . “Tener el centro del poder más cerca sería mejor para representar nuestros intereses, sobre todo si tenemos en cuenta los estrechos vínculos económicos que unen al cantón del Jura y el Jura bernés”, afirma.

Pese a las crisis cíclicas inherentes a una industria que depende tanto de los mercados exteriores y las dificultades que atraviesan varias empresas de la región, el Jura bernés ha ganado atractivo en las últimas décadas, responde Marc-Alain Affolter.  

“En la época de las votaciones, era imposible contratar a un trabajador cualificado de fuera. El Jura bernés era casi tan pestilente como Irlanda del Norte. Afortunadamente, las cosas han cambiado mucho y la perspectiva de trabajar en empresas que operan a escala global seduce a los jóvenes diplomados”.

‘No al regalo envenenado’, se lee en el afiche de la UDC del Jura bernés. La derecha conservadora se opone a la reunificación swissinfo.ch

Conectar la región

Nos dirigimos al norte, rumbo a Delémont, la capital del cantón del Jura. Gran parte del tráfico utiliza hoy la denominada Transjurane, la autopista nacional que une Biel con Boncourt, localidad jurasiana que limita con Francia. El último tramo estará previsiblemente en servicio en 2016.

En ese momento, las gargantas, los pasos y valles tortuosos de la cordillera del Jura serán un mero recuerdo para los automovilistas apresurados. Así, el aislamiento ferroviario y vial de la región, factor clave del separatismo jurasiano, no será un tema en la votación del 24 de noviembre.

Emanuel Gogniat, secretario general de la Asamblea Interjurasiana (AIJ).

El argumento de la lengua ha cambiado de bando. Hoy lo utilizan los antiseparatistas para recalcar la importancia de pertenecer a un gran cantón bilingüe

Lo mismo ocurre con la religión y la lengua, dos reivindicaciones de identidad que tuvieron un gran peso en la lucha por la creación de cantón del Jura. De vez en cuando, en los debates públicos o los correos de lectores, los veteranos del frente pro Berna (protestantes) ponen en guardia contra el “apego a un cantón del Jura dirigido por un partido religioso” (Partido Demócrata Cristiano, católico en su origen). Hoy, los debates de los partidos se centran en los aspectos políticos y no religiosos.

Han desaparecido también la defensa exacerbada del francés y la alergia al dialecto suizo alemán que marcaron los años de lucha. “El argumento de la lengua ha cambiado de bando”, afirma Emanuel Gogniat. “Hoy lo utilizan los antiseparatistas para recalcar la importancia de pertenecer a un gran cantón bilingüe cuyo papel es tender un puente entre la Suiza de expresión alemana y la francófona”. Además, el cantón del Jura se ha reconciliado en los últimos años con la cultura germanófona, estableciendo lazos económicos con Basilea y programas de enseñanza bilingüe.

Aunque oficialmente bilingüe, Berna es un cantón de amplia mayoría germanoparlante. Un poco menos del 8% de sus habitantes, cerca de 80.000 personas, son francófonos.

De ellas, 50.000 viven en el Jura bernés. La mayoría de los 30.000 restantes residen en Biel, la ciudad bilingüe más grande de Suiza.

Los francófonos ocupan 16 de 160 escaños del Parlamento Cantonal de Berna.

Desde 2011 y la no reelección de Jean-Pierre Graber (UDC, derecha conservadora), el Jura bernés carece de representante en el Parlamento suizo.

El cantón del Jura tiene algo más de 70.000 habitantes y cuatro representantes en el Legislativo federal: dos senadores y dos diputados.

swissinfo.ch

Pocas esperanzas de reunificación

En el cantón del Jura, casi todo el mundo se declara favorable una reunificación con el Jura bernés. La concejal Elisabeth Baume-Schneider, citada en el Journal du Jura, alaba “un espacio geográfico y socioeconómico homogéneo, paisajes que constituyen un cimiento de la identidad jurasiana, competencias compartidas en el sector de la microtécnica, opiniones a menudo idénticas en las votaciones nacionales y la existencia de casi 70 asociaciones e instituciones de alcance interjurasiano”.

En la calle, sin embargo, las esperanzas son comedidas. “Un cantón más grande tendría un mayor peso. Pero en el Jura bernés persisten muchos prejuicios respecto al cantón del Jura. No vamos a conseguir convencerlos”, sostiene un comerciante que prefiere mantener el anonimato. Un escepticismo que comparte otro ciudadano con el que nos cruzamos en la plaza Roland Béguelin, en Delémont, que lleva el nombre del padre fundador del cantón: “La gente no se siente realmente afectada por esta votación. El resultado se determinará en el otro lado, en el Jura bernés. Y, desafortunadamente, allí las posiciones no han cambiado desde hace mucho tiempo”.

El 24 de noviembre de 2013, los ciudadanos del Jura y del Jura bernés no se pronuncian sobre la creación de un cantón, sino sobre la oportunidad de abrir un proceso que podría conducir a este objetivo. Se necesitarían varias votaciones para crear una entidad que reúna a las dos regiones.

En el escenario más probable, o sea un del cantón del Jura y un no del Jura bernés, la cuestión de la unificación quedaría enterrada.

No obstante, los gobiernos de los cantones del Jura y Berna han acordado que las comunas del Jura bernés que así lo deseen se sumen al cantón del Jura. Con ese fin, cada municipio interesado dispondrá de un plazo de dos años para organizar una votación.

Este procedimiento concierne solamente al Jura bernés, ya que ningún municipio del cantón Jura ha manifestado su deseo de adherirse al cantón de Berna.

Fuente: Agencia Telegráfica Suiza (ATS)

(Traducción del francés: Belén Couceiro)

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