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‘Cannabis’, falsa sátira, una bonita película

El joven Remo Keller (Joel Basman) y el tratamiento anti-glaucoma. SP

La comedia 'Cannabis', que podría convertirse en un nuevo éxito popular y que está en las carteleras de la Suiza de expresión alemana, narra la historia de un ministro momentáneamente dependiente.

Salvo una excepción, el mundo político no se ha ofuscado.

Por supuesto, cuesta trabajo creer al realizador y a la productora de la película cuando juran por sus dioses que la liberalización de las drogas no es el tema de su película. Una película que se denomina… ‘Cannabis’ y cuyo subtítulo es ‘probar vale más que gobernar’. De hecho, explican, se trata sobre todo de mostrar los efectos salvadores de la amistad y de la sinceridad.

Es verdad que la amistad está en el centro de esta película -en cartelera desde el jueves pasado (07.09) en la Suiza de expresión alemana-: la que une poco a poco a Remo, estudiante de dieciseis años, sin padre, y en busca de una plaza de aprendizaje, con el consejero federal (ministro) Ley Mumenthaler.

Afectado por un glaucoma inoperable mientras su presión ocular esté demasiado elevada, el magistrado recurre a los servicios de Remo, al que conoció por accidente (Mumenthaler casi lo atropella). ‘Dealer’ ocasional, el adolescente va a proveerlo de cannabis, más eficaz para su ojo que las preparaciones químicas lícitas.

Al principio temeroso, el consejero federal, magníficamente interpretado por Hanspeter Müller-Drossaart (actualmente en diversas cintas, incluidas ‘Grounding’ y ‘Joven’), se inicia con Remo en diferentes modos de absorción, hasta la del cigarillo de mariguana.

Transformado, recupera el éxito

Mágicamente, el enfermo se transforma: no sólo su ojo está mejor, sino que su actitud, más relajada, le vale una favorable reconsideración del público y de su mujer, interpretada por Romande Viviana Aliberti, quien, en su papel de esposa federal, mezcla astutamente el francés y el alemán.

Por supuesto las cuerdas finas de la historia son un poco gruesas y, si el humor y el encanto de numerosas escenas hacen que el espectador no se aburra, no hay, sin embargo, mucho elemento de sorpresa.

Además, el alegato en favor del cannabis es muy insistente a tráves de la comparación con otras toxicomanias lícitas como los calmantes y el alcohol, consumidos por los dos malos de la película.

Sesión privada para los políticos

¿Se trata de una sátira política? Seguramente no. No es lo suficientemente ‘fuerte’, se encuentra demasiado entre una fidelidad cierta y desbordamientos cómico-críticos muy raros. ¿Alegato en pro de la liberalización del cannabis? Ciertamente, incluso hasta de manera cómica, aunque sus autores lo niegan.

Mostrada en el Festival de Cine de Locarno, en función privada a una treintena de parlamentarios, ‘Cannabis’ convenció a los más escépticos, narra el realizador Niklaus Hilber (30 años), originario de Friburgo, para quien es su segundo largo metraje.

Sólo el legislador radical bernés Kurt Wasserfallen se escandalizó, poco antes de la salida de la película, por la subvención que recibió de la Oficina Federal de la Cultura (500.000 francos de un presupuesto de 2 millones).

La productora Ruth Waldburger, gran dama del cine que tiene en su haber una lista larga de obras maestras (Resnais, Godard, Robert Frank entre otras), precisa que si bien se consultó a un especialista del cannabis bajo el ángulo médico, ese no fue el caso para las cuestiones de prevención.

“Alcohol más problemático”

“Pero numerosos profesionales coinciden en ubicar el consumo del alcohol a la cabeza de los problemas de los jóvenes”, dice. El realizador, por su parte, se manifiesta favorable a la liberalización del cannabis, pero “con restricciones, porque el cannabis no es inofensivo”, advierte.

A pesar de su vago estatuto entre comedia satírica y simple comedia, ‘Cannabis’ es un bello encuentro, sobriamente filmado, con personajes atractivos. Su salida en la Suiza de expresión francesa está prevista para noviembre.

swissinfo, Ariane Gigon Bormann, Zúrich

La película ‘Cannabis’ es el segundo largo metraje del realizador Niklaus Hilber, nacido en Fribourg en 1970.

Niklaus Hilber estudió cine en Nueva York y Los Angeles. Realizó varios cortometrajes y firmó varios guiones cinematográficos, entre los cuales, varias películas de terror.

Su primer largo metraje ‘Caos and Cadavers’ es una comedia realizada en Inglaterra en 2004.

‘Cannabis’ muestra la transformación de un consejero federal (ministro) que momentáneamente se hace adepto de la hierba alucinógena, cuyas propiedades son útiles para ayudarle a bajar la presión intra-ocular.

La película se pretende una comedia universal y no una sátira política.

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