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¿Hacia dónde se dirige el franco suizo?

En menos de dos años, el franco suizo se ha apreciado un 16% frente al euro. Keystone

Aunque se ha consolidado como un valor refugio, el franco suizo sufre nuevas embestidas. La incertidumbre provocada por algunas economías europeas, Libia y Japón promueve su apreciación.

La Unión Sindical Suiza exige al banco central acciones contundentes para frenar la escalada del franco. El Banco Nacional vigila, pero declina actuar. Según los expertos privados, intervendrá solo si la paridad alcanza un nivel histórico de 1,22 francos por euro.

El franco suizo se ha apreciado un 16% frente al euro en menos de dos años. Todo un récord.

Mediante una agresiva y costosa estrategia instrumentada durante los primeros meses de 2010, el Banco Nacional Suizo (BNS) intentó frenar esta espiral. Una política que fracasó. Ahora apuesta por la prudencia; se mantiene vigilante pero no interviene más.

La oferta y la demanda determinan el tipo de cambio. Y el pasado 16 de marzo, el mercado cambiario sorprendió a propios y extraños con una paridad de solo 1,25 francos por euro.

Un nivel considerado absolutamente insostenible, en opinión de la Unión Sindical Suiza (USS), que representa los intereses de más de 380.000 trabajadores suizos.

En opinión de Daniel Lampart, economista jefe de la USS, el banco central debe pasar a la acción “o el dique se romperá y abrirá las compuertas para una supresión masiva de empleos”.

En el terreno práctico, los datos económicos oficiales de Suiza están lejos de los temores de la USS. De hecho, evidencian un crecimiento incluso más vigoroso que los previstos originalmente para 2011.

Pese a ello, tanto el banco central, como el Gobierno y el sector privado, saben que la trayectoria podría ser temporal, y que los riesgos de que la economía suiza se vea vulnerada por la excesiva fortaleza del franco son completamente reales.

1,22 francos: el nuevo ‘piso’

Un cocktail de factores catapulta al franco esta primavera: la inestabilidad política de Libia y su impacto sobre los precios del crudo; la incertidumbre prevaleciente en Japón; y la debilidad de economías europeas como la portuguesa.

Los capitales extranjeros quieren francos suizos para pertrecharse ante el riesgo. Un peregrinar que aprecia la moneda helvética y coloca a las empresas nacionales en una posición de desventaja: sus productos se encarecen constantemente en el extranjero.

Mientras, el banco central monta guardia, pero no actúa.

Janwillem Acket, economista jefe de la División de Investigación Global de Julius Baer, afirma que por el momento “el Banco Nacional de Suiza (BNS) mantiene una actitud de observación y espera”.

En el corto plazo, señala a swissinfo.ch, no esperamos ningún cambio en la orientación de sus políticas.

Cabe recordar que hace solo un semestre, el nivel actual de tipo de cambio, que hoy ronda los 1,28 francos suizos por euro, era considerado de alto riesgo por los exportadores.

Al cuestionar a Acket sobre lo que debe esperarse en materia cambiaria en el corto plazo, el experto afirma que fluctuará entre 1,27 y 1,30 francos por euro durante los próximos tres meses, pero solamente si no se registran presiones adicionales derivadas de la incertidumbre en la zona euro (en cuyo caso la apreciación aumentaría).

El especialistas del banco Julius Baer agrega que sólo sería esperable una intervención directa del BNS en el mercado cambiario si la paridad alcanza niveles de 1,22 francos por euro.

Economía dinámica

En abierta contradicción con lo que marca la teoría económica, la apreciación del franco no ha frenado en absoluto la actividad exportadora suiza durante el primer trimestre de 2011.

Por el contrario, el Grupo de Expertos de la Confederación Helvética revisó este mes su estimación de crecimiento económico para este 2011, para situarla en el 2,1% en lugar del 1,5% pronosticado en diciembre.

Con respecto a las exportaciones, los economistas ligados a la Secretaría de Estado de Economía (Seco) afirman que crecerán un 4,1% en 2011 (en lugar del 2,6% previsto); mientras el desempleo cerrará el año en el 3,2% de la población económicamente activa, en vez del 3,4% que se anticipó en diciembre.

Pero la partida no está ganada, y los expertos de la Confederación lo saben bien.

Al anunciar sus pronósticos coyunturales (17.03), afirmaron: “La situación económica es optimista, y la expansión del PIB suizo es superior a la media europea; y por el momento, ni las encuestas empresariales ni el consumo de los hogares acusan señales de debilidad, pero es prematuro deducir que la fortaleza del franco no tendrá un impacto”.

Pero advirtieron también que numerosas encuestas empresariales revelan que sectores como el de la maquinaria deploran la pérdida de competitividad que han experimentado debido al franco fuerte.

Cuidado con las cifras

La Unión Sindical Suiza (USS) ha mantenido durante meses una cruzada a favor de un banco central más proactivo.

Daniel Lampart estima que las cifras oficiales del PIB son “tramposas” y explica en un ensayo publicado tras la catástrofe japonesa que la economía helvética crece porque la población lo hace también.

El economista jefe de la USS considera inquietante que el BNS no avizore medidas concretas para frenar la escalada del franco.

En su opinión, tendría que fijarse un “piso”, una suerte de tipo de cambio concreto que, de rebasarse, obligue automáticamente al banco central a intervenir.

Lampart refiere también la necesidad de instrumentar medidas para frenar a los especuladores de divisas.

Situación insostenible

Consultado al respecto por swissinfo.ch, el BNS declina realizar comentarios y recuerda que su mandato constitucional es velar por la estabilidad de precios, no por un nivel especifico del tipo de cambio.

No obstante, la presidencia de Philipp Hildebrand en el instituto central ha sido sensible al impacto que imprime un franco fuerte sobre el sector exportador.

Por ello, aun cuando ha lanzado señales de alerta sobre la posible gestación en Suiza de una ‘burbuja hipotecaria’ -semejante a la que derivó en la crisis de los subprime en EEUU-, debido justamente a que las tasas de interés son históricamente bajas, el banco central se ha rehusado a incrementarlas.

El pasado 17 de marzo, el BNS se negó a elevar su tipo de interés de referencia y lo mantuvo en 0 y 0,75%.

Aumentar las tasas de interés conjuraría los riesgos hipotecario, pero apreciaría una vez más el franco (ver recuadro Tasas de interés y tipo de cambio).

Suiza es víctima de su propio éxito. Y el banco central pronto tendrá que tomar decisiones.

El tipo de cambio es un precio más: el de una moneda frente a otra.

En Suiza, por decisión del banco central, el ‘precio’ del franco suizo -paridad frente a otras monedas- está fijado por la oferta y la demanda.

Tras la crisis de los subprime, muchos capitales extranjeros se invirtieron en francos, una moneda segura. La demanda creciente de francos encareció este bien.

Si a finales de 2009 la moneda europea se cotizaba a 1,48 francos, en marzo de 2011 el euro cuesta 1,28 francos.

Un repunte en la tasa de interés de referencia de Suiza tendría dos tipos de efectos:

1.)  ‘Enfriaría’ la economía, frenaría el gasto público y privado, aseguraría una inflación baja, reduciría las presiones de una ‘burbuja hipotecaria’, y promovería el ahorro nacional y extranjero.

2.) Convertiría a Suiza un ‘producto’ aun más atractivo. Aumentaría el volumen de capitales extranjeros interesados en invertirse en francos (con los beneficios de una moneda sólida y premios financieros superiores a los que ofrecen EEUU o Europa). Esto entrañaría una nueva apreciación del franco, en detrimento de los exportadores.

El mandato constitucional del Banco Nacional Suizo (BNS) es preservar la estabilidad de precios, no fijarse una meta de tipo de cambio. El banco central debe intervenir en el mercado cambiario solo si su evolución pone en riesgo su meta de inflación.

No obstante, aunque actúa con completa autonomía, las decisiones del BNS suelen estar en línea con las de otros bancos centrales protagónicos como el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed).

Este mes de marzo, tanto el BCE como la Fed decidieron mantener sus tasas de interés referenciales sin cambios para afianzar la recuperación postcrisis. Suiza hizo lo mismo. Pero los analistas estiman que las tasas se ajustarán al alza durante el segundo semestre del año.

El BNS intentó frenar la apreciación del franco suizo durante la primera mitad de 2010, lo que se tradujo en pérdidas para el banco central por 19.170 millones de francos el año pasado.

La Unión Sindical Suiza (USS) aglutina a 16 sindicatos suizos que representan los intereses de 380.000 individuos. La USS defiende los intereses de éstos ante el Gobierno y otras instancias.

El 65% de las exportaciones suizas se dirigen a la Unión Europea (UE), razón por la que la apreciación del franco pone en riesgo las ventas futuras de productos helvéticos en este mercado.

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