Perspectivas suizas en 10 idiomas

“No se trata sólo de transmitirles la lengua”

De izquierda a derecha: Yara, Aisha, Dylan y Carmen. swissinfo.ch

Tienen entre dos y seis años, han nacido en el seno de una familia binacional y cada semana juegan juntos en el grupo bilingüe que dirige la mexicana Julia Betschart-Velázquez.

Las actividades lúdicas, además de favorecer su desarrollo integral y creatividad, los estimulan en el aprendizaje de la lengua materna o paterna: el español.

Cada día las sociedades europeas son más multiculturales. Hoy en Suiza uno de cada cinco habitantes es extranjero. En esta amalgama de culturas son cada vez más frecuentes los matrimonios entre cónyuges de diferentes nacionalidades.

De esas uniones nacen niños como Yara, Dylan, Aisha, Carmen, Valentina o Joshua, una generación de descendientes bilingües de Guillermo Tell que crecen a caballo entre dos culturas y lenguas. Por sus venas corre sangre suiza, pero también sangre latina, ya que uno de sus progenitores es mexicano, peruano, boliviano o español.

Una base de identidad cultural

Conscientes y orgullosos de este rico bagaje lingüístico y cultural, sus padres quieren que se relacionen con niños en su misma situación. Cada jueves y viernes, estos pequeños, de entre dos y seis años, acuden al ‘Spielgruppe Jolimont’, un grupo de juego bilingüe (español-alemán) que dirige Julia Betschart-Velázquez.

Casada con un suizo y madre de tres hijos adultos, esta psicóloga educativa mexicana recuerda que hace dos décadas, cuando llegó a tierras helvéticas, apenas había demanda de este tipo de actividades. “En aquel entonces creo que los padres o las familias (binacionales) no estaban muy sensibilizados de la importancia que tiene el buen dominio del idioma materno, en este caso el español”.

Hoy, en cambio, son 16 los pequeños inscritos en este grupo lúdico infantil, el único de su género en Berna, concebido para niños que, desde que nacen, están expuestos a dos idiomas: el alemán y el español.

El objetivo “no es solamente transmitirles la lengua”, señala Julia Betschart-Velázquez, sino a través de la lengua una cultura, unas raíces. “La idea es que todos estos niños de familias binacionales tengan una base de identidad”, conserven los lazos con la patria de sus progenitores, conozcan las costumbres y tradiciones de su México, Perú o Bolivia natal.

Y como en la tierna infancia los niños aprenden sobre todo jugando y el juego favorece el desarrollo del dominio del lenguaje, la monitora utiliza actividades entretenidas y divertidas (música, canciones, manualidades, colores, etc.) para incentivarlos en su aprendizaje.

Connotación negativa del bilingüismo

Varios estudios corroboran que el bilingüismo, lejos de ser una dificultad, es un factor de enriquecimiento si se plantea de forma adecuada. “Mucha gente, sin embargo, piensa que los niños bilingües tienen más problemas en la escuela”, sostiene Julia Betschart-Velázquez que, además de psicóloga, es diplomada en mediación intercultural.

En Suiza, de hecho, las estadísticas reflejan que es elevado el número de niños extranjeros en las clases concebidas para alumnos que presentan dificultades de aprendizaje y siguen un plan de estudios adaptado a su ritmo: realizan, por ejemplo, el primer curso escolar en dos años.

“La mayoría de los niños en estas clases especiales son hijos de emigrantes”, reconoce la animadora infantil. “No es que tengan un déficit, sino que requieren más tiempo para el aprendizaje”.

Las dificultades que encuentran no se derivan del bilingüismo en sí, sino del deficiente dominio de la lengua materna o paterna.

Por ello es sumamente importante que estos niños “tengan, primero, una buena base en el idioma dominante, que en la familia se enseñe bien el idioma, ya sea el español, el italiano o el albanés”, ya que “esto facilitará también el aprendizaje de un segundo o tercer idioma”.

De hecho, los lingüistas aseguran que para poder aprender un idioma sin confundirse, los niños necesitan una referencia clara: antes de los cinco años es fundamental que se comuniquen siempre en la misma lengua con la misma persona. Si mamá habla español, debe hacerlo siempre en este idioma al dirigirse al pequeño, sin alternar el castellano con el alemán, por ejemplo.

Se identifican con lo que les gusta

Cuanto antes se les inculque la lengua materna (o paterna), mejor, porque alcanzada la edad escolar, los pequeños tienden a hablar alemán con sus amiguitos, incluso con los que son bilingües como ellos. “Sí, porque el español ya no es el idioma dominante”.

Asimismo es crucial que desde la primera infancia se relacionen con personas fuera del núcleo familiar que hablan castellano. “Este contacto hacia fuera, el abrirse, les permite identificarse más con el idioma”, explica Julia Betschart-Velázquez.

Cuando dicen que son suizos y mexicanos, suizos y bolivianos o suizos y peruanos, los niños “repiten lo que escuchan en casa”. Aunque saben distinguir perfectamente “en qué ambiente se habla qué idioma” y contestan correctamente “cuando les preguntas de dónde viene su papá o su mamá”, son demasiado pequeños para tener conciencia de un concepto abstracto como es la identidad nacional.

El país de origen “en el que hacen énfasis los adultos no tiene mucha importancia para ellos”, a no ser que puedan asociarlo con algo que les gusta: un plato típico, un equipo de fútbol o una costumbre como las piñatas que se organizan en México para los cumpleaños o en vísperas de la Navidad.

“Son cosas que los niños identifican muy bien”, que les permiten estrechar los lazos con “su familia de allá”, preservar las tradiciones latinas y mantener vivas sus raíces.

swissinfo, Belén Couceiro

Spielgruppe Jolimont:
Grupo lúdico para niños bilingües: español-alemán
Edades: de 2 a 6 años
Horarios: jueves y viernes, de 09.45 a 11.45 horas
Cuotas: 9 francos suizos por hora
Dirección: Kasthoferstrasse 46, 3006 Berna
Actualmente hay 16 niños inscritos

Suiza es uno de los países europeos con mayor porcentaje de población extranjera. El índice era de 20,6% a fines del año 2004, según datos de la Oficina Federal de Estadística.

Hoy, uno de cada tres matrimonios en este país es binacional: uno de los cónyuges es suizo y el otro extranjero. Los niños que nacen de estas uniones suelen ser bilingües.

El ‘Spielgruppe Jolimont’ es el único de su género en Berna. Está dirigido a niños que en casa hablan español y alemán, y subvencionado por la asociación de monitoras infantiles de Berna.

Su directora, Julia Betschart-Velázquez, es psicóloga educativa, mediadora cultural y maestra en la Escuela Latinoamericana de Berna.

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