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“Tengo mucha admiración por Suiza”

Mario Vargas Llosa es el escritor más prolífero de la literatura peruana. swissinfo.ch

Mario Vargas Llosa protagoniza este martes una velada literaria en Berna con el escritor suizo Jacques Chessex.

El autor de La ciudad y los perros vuelve a visitar un país al que le unen lazos afectivos.

Mario Vargas Llosa es una de las principales figuras literarias actuales, uno de los autores más prolíferos del siglo XX y, sobre todo, un escritor comprometido.

Ha recibido numerosas distinciones, entre ellas el Premio Cervantes (1994), el más prestigioso de cuantos se conceden a la literatura hispana. Ahora acaba de publicar La tentación de lo imposible, ensayo en el que se adentra en una de las obras maestras de la literatura del siglo XIX: Los Miserables, de Victor Hugo.

Esta noche Mario Vargas Llosa y Jacques Chessex, único escritor suizo de expresión francesa galardonado con el premio Goncourt, son los protagonistas de una velada literaria en el Hotel Bellevue Palace de Berna.

Horas antes del acto, patrocinado por la Alliance Française de Berna y la Embajada de Perú en Suiza, el autor de La ciudad y los perros concedió una entrevista a swissinfo.

swissinfo: Señor Vargas Llosa, esta no es su primera visita a Suiza. Estuvo en el Foro Económico Mundial de Davos y hace poco también en Zúrich. ¿Tiene usted algún vínculo personal con este país?

Mario Vargas Llosa: Bueno, he venido muchas veces. A veces a dar conferencias, a ver algunas exposiciones y otras veces a ver a mis nietas. Tengo dos nietecitas que viven aquí en Ginebra, porque el segundo de mis hijos, que es funcionario de las Naciones Unidas y trabaja con los refugiados, estuvo destinado cerca de cinco años en la oficina central de ACNUR en Ginebra. Así que ese ha sido uno de los motivos en los últimos años más importantes para venir a Suiza.

En 1989, cuando fue candidato a la presidencia de Perú, durante la campaña electoral usted dijo que le gustaría que su país llegara a ser como Suiza. ¿Piensa que Suiza es un país ejemplar?

M.V.Ll.: Mire, Suiza es el país que tiene los niveles de vida más altos del mundo y esa es una extraordinaria hazaña por la que hay que admirar a los suizos. Lo que yo dije es que eso no es un milagro. Eso es obra del trabajo, de la disciplina, del ahorro y de una política muy inteligente y continuada. Eso es lo que ha hecho de Suiza ese país de altísimo nivel que es hoy día.

Y yo dije que los peruanos, si queríamos, podíamos llegar a ser un país como Suiza. Bueno, mis compatriotas se aterrorizaron ante esa idea y votaron masivamente por mi competidor, que era un señor que les garantizaba la barbarie. Prefirieron la barbarie. Y, bueno, no hay que sorprenderse mucho, porque muchos pueblos prefieren la barbarie a la civilización.

Yo tengo mucha admiración por Suiza, mucha admiración. Es un país que no es nada pretencioso. Es un país que nunca intenta jugar un rol internacional ejecutivo. Es un país muy discreto. Y, sin embargo, hay organizaciones internacionales que son creaciones suizas inmensamente útiles para la humanidad como la Cruz Roja, por ejemplo.

Y por otra parte la discreción, la modestia, la falta de pretensión y de jactancia es una cosa que yo admiro mucho. La civilización (suiza) tiene fama de ser muy aburrida. Cuando uno lee a los escritores suizos, sí, parece que Suiza fuera un limbo y todos tienen como una nostalgia de Apocalipsis.

Y eso me parece muy bien. La literatura debe ofrecer una alternativa, pero el Apocalipsis sólo es muy bello en literatura, en arte. En la realidad es algo espantoso y se lo puedo decir yo que vengo de un continente que ha pasado por muchos Apocalipsis en su historia.

Hablando de escritores suizos, ¿a quiénes destacaría en especial?

M.V.Ll.: Hay escritores suizos magníficos. Max Frisch, por ejemplo, a mí me parece un espléndido escritor. Dürrenmatt me parece un magnífico dramaturgo, aunque también me gustan sus novelas y ensayos. Pero justamente cito a dos grandes escritores suizos porque es muy curioso cómo en sus libros hay una idea de Suiza que es un poco, digamos, aterradora.

Yo creo que es muy comprensible. Los escritores tienen como función principal mantener la insatisfacción humana. Los escritores no existen para decirle a la gente que el mundo está bien hecho y que deben conformarse con lo que tienen. No, todo lo contrario. Deben recordar constantemente a los seres humanos que la realidad nunca será suficiente para aplacar todos nuestros deseos, nuestros apetitos, nuestros sueños, nuestras ilusiones.

Creo que esa es la gran función social de la literatura y ese es el gran compromiso del escritor: mantener la insatisfacción humana viva, porque sin insatisfacción no hay progreso, sin insatisfacción nosotros naufragaríamos en un conformismo que mantendría al mundo estático. Y, bueno, esa inmovilidad es casi, casi el símbolo de la muerte.

Es fundamental que la civilización continúe autoexigiéndose, autocriticándose. Incluso los países como Suiza que han alcanzado altísimos niveles de vida no están exentos de vacíos, de deficiencias, de prejuicios,… Hay mucho que combatir siempre. Y en eso la literatura cumple una función muy importante.

swissinfo: Es por esa razón que Mario Vargas Llosa es un escritor comprometido…

M.V.Ll.: Mire, yo no creo que la literatura deba ser sólo una forma de entretenimiento. Creo que es un entretenimiento maravilloso. Para mí no hay placer más grande que leer un gran libro. Pero creo que si la literatura se empeña en ser sólo entretenida, está condenada a desaparecer.

No va a poder competir con el cine, con la televisión, con esos medios audiovisuales en los que sí creo que el factor puramente diversión puede llegar a primar. Yo creo que la literatura entretiene, desde luego, pero al mismo tiempo debe preocupar, debe estimular la reflexión, debe darnos una perspectiva crítica sobre el mundo en el que vivimos en todos los aspectos, en el aspecto cultural, religioso, social, político.

La literatura debe ser un fermento de inquietud y de preocupación y hacernos ver la realidad con unos ojos inconformes. Creo que esa ha sido la gran función de la literatura a lo largo de toda la historia. Y por eso yo soy más bien crítico de esa literatura ‘light’, esa literatura ligera, que en realidad no se fija otros objetivos que el de hacer pasar un buen rato a los lectores.

Hablemos de su última obra. Después de varias novelas, ha cambiado de género. La tentación de lo imposible es un ensayo sobre una de las grandes obras maestras del siglo XIX: Los Miserables, de Victor Hugo, una obra que, según usted, sigue conservando una permanente actualidad…

M.V.Ll.: Bueno, es una de las grandes novelas que se han escrito en la historia. Por su ambición, por su complejidad y también porque muchos de los temas que esa novela desarrolla tienen perfecta vigencia: la condición humana, el misterio del bien y del mal, la trascendencia, la redención, la naturaleza de la historia.

Las cosas que ocurren en el mundo, ocurren de una manera totalmente arbitraria, casual, o hay una fuerza superior que ha organizado la historia en una determinada dirección y nosotros no podemos hacer sino interpretar ese guión ya escrito. Esos son temas no resueltos y son temas que la actualidad va constantemente resucitando, poniendo en evidencia.

Bueno, pues Los Miserables es una novela que trata sobre todos esos temas con unas respuestas que pueden ser aceptables o discutibles, pero que les dan una permanente actualidad. Aparte de eso, es un libro con unos personajes seductores, con una historia fascinante que nos hace vivir emotivamente, con una gran intensidad.

Y por eso creo que es una novela que mantiene una audiencia como pocas novelas de su tiempo. Usted sabe que yo descubrí escribiendo este ensayo que, después de Shakespeare, Victor Hugo es el escritor que genera mayor bibliografía en el mundo, incluso en la actualidad. Es el autor que produce más ensayos críticos, ediciones críticas, traducciones….

Y creo que dentro de la obra de Victor Hugo, sin ninguna duda, la obra cumbre es Los Miserables. La novela más adaptada a otros géneros, de la que se han hecho más versiones cinematográficas, televisivas, teatrales, tiras cómicas, adaptaciones para niños. Y debe ser también una de las novelas más traducidas.

swissinfo: En La tentación de lo imposible usted analiza minuciosamente la vida y la obra cumbre del escritor francés. Trata de desvelar quién fue Victor Hugo. ¿Qué es lo que más le fascina de este personaje?

M.V.Ll.: La diversidad de esa vida. Porque fue poeta, novelista, ensayista, autor de libros de viaje. A su manera fue reportero, un periodista de actualidad. Y al mismo tiempo que escribió miles de miles de páginas, fue un hombre que vivió con una inmensa intensidad.

Estuvo prácticamente como protagonista o como testigo de todos los grandes sucesos históricos de su tiempo en Francia, en Europa. Al mismo tiempo tuvo una vida familiar, una vida sentimental riquísima. Uno se queda maravillado de que Victor Hugo fuera tantas cosas a la vez. Creo que ese aspecto es el que a mí me fascina, me seduce y me intriga más del personaje de Victor Hugo.

swissinfo: Mario Vargas Llosa se define como un escritor muy disciplinado. Escribe todos los días. ¿Tiene que disciplinarse o posee una disciplina innata?

M.V.Ll.: Yo no podría haber escrito lo que he escrito si no hubiera sido por la disciplina. Creo que le debo muchas cosas a Europa, pero la principal fue que cuando llegué a Europa, a mis veinte años, yo descubrí que si no trabajada de una manera organizada, disciplinada, metódica, nunca llegaría a terminar un libro.

Así que sí, soy disciplinado. Mi trabajo es lo único en lo que soy realmente muy disciplinado, en lo otro soy bastante desordenado. Trabajo de una manera muy sistemática, con un horario, mañanas, tardes, preparo mis esquemas de trabajo y los cumplo de una manera bastante rigurosa.

Y ya eso se ha convertido – como decía Flaubert – en mi manera de vivir y no imagino otra distinta.

Entrevista swissinfo: Belén Couceiro

Mario Vargas Llosa ha sido galardonado, entre otros, con el

Premio Libertad de la Fundación Max Schmidheiny, Suiza (1988)
Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986)
Premio Cervantes (1994)
Crystal Award del World Economic Forum, Davos, Suiza (2001)

Mario Vargas Llosa nació en 1936 en Arequipa, Perú, y vive a caballo entre Madrid, Londres, París y Lima.

En 1993 obtuvo la nacionalidad española y en 1994 fue designado miembro de la Real Academia Española.

Sus obras han sido traducidas a más de treinta idiomas.

Está casado con Patricia Llosa y tiene tres hijos: Alvaro, Gonzalo y Morgana.

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