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Credit Suisse evita lo peor en Estados Unidos

"Ninguna institución financiera está por encima de la ley": Eric Holder, secretario estadounidense de Justicia. Keystone

Las reacciones al anuncio del acuerdo que han alcanzado Credit Suisse y el Departamento de Justicia americano para cerrar el procedimiento contra el banco son, sobre todo, de alivio. La entidad bancaria pagará una multa de 2.800 millones de dólares, pero conserva su licencia en Estados Unidos.

Tras reconocerse culpable de haber ayudado a pudientes clientes americanos a evadir impuestos, Credit Suisse aceptó este lunes pagar alrededor de 2.800 millones de dólares para cerrar el procedimiento que le abrió el Departamento de Justicia (DoJ) estadounidense.

Gracias a este entendimiento, el número dos de la banca helvética conservará su licencia en Estados Unidos y la Confederación Helvética no tendrá que remitir a Washington datos de clientes del banco.

El Gobierno suizo, que no participó directamente en las negociaciones, acogió “favorablemente” el acuerdo, que permite al banco “poner fin a años de controversias jurídicas”.

En rueda de prensa esta mañana en Berna, la titular de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf, declaró que, al no tener que recurrir al derecho de urgencia (para transmitir datos de clientes), el orden jurídico y la plaza financiera suiza salen reforzados.

Una parte del expediente está cerrado, afirmó la ministra, al tiempo que recordó que otros bancos mantienen aún negociaciones con Estados Unidos. Se analizará caso por caso; la multa récord impuesta a Credit Suisse no constituye un patrón de medida, dijo Widmer-Schlumpf.

El banco tendrá que pagar una multa de 2.815 millones de dólares (2.510 francos suizos). Esta cifra incluye la sanción por 196 millones de dólares que Credit Suisse abonó ya en febrero a la administración fiscal estadounidense.

1.600 millones de la multa van destinados al Departamento de Justicia, 715 millones a las autoridades supervisoras del Estado de Nueva York y 100 millones a la Reserva Federal, el banco central.

Según el Departamento de Justicia, se trata de la sanción más severa decretada hasta ahora en un procedimiento fiscal. La multa supera con creces los 780 millones de dólares que tuvo que pagar UBS en 2009.

Una de las razones, según el Departamento de Justicia, es que Credit Suisse se mostró reacio a colaborar en la investigación. El secretario de Justicia, Eric Holder, acusó al banco de haber destruido documentos importantes. También se le reprocha un comportamiento “descarado” en las operaciones transfronterizas con clientes estadounidenses.

Impacto reducido

“Lamentamos profundamente los comportamientos incorrectos del pasado que han conducido a este acuerdo”, declaró, por su parte, el consejero delegado de Credit Suisse. Brady Dougan confía en que las “repercusiones sean muy reducidas sobre las actividades del banco”. De hecho, esta mañana, la acción del grupo abrió al alza en la Bolsa helvética.

En declaraciones a la radio suiza de expresión alemana SRF, Urs Rohner, presidente del consejo de administración de Credit Suisse, negó sentirse responsable de la actuación del banco en Estados Unidos.  

“Personalmente, nos sentimos blancos como la nieve”, dijo. Otro asunto es si el conjunto del banco tiene la conciencia tranquila, agregó. La dirección de Credit Suisse asume, no obstante, la responsabilidad en los hechos y seguirá haciéndolo. Fue difícil llegar a un acuerdo con Washington, debido a las divergencias que existen entre el derecho estadounidense y el suizo en materia de divulgación de datos bancarios, subrayó Urs Rohner.

Mientras tanto, se multiplican las voces que piden dimisiones en la cúpula del banco, en especial las de Dougan y Rohner, y que los directivos restituyan los bonos que cobraron. “Es incomprensible que ningún directivo haya dimitido aún”, afirmó el presidente del Partido Socialista, Christian Levrat.

Los socialistas consideran además “inaceptable” que la entidad bancaria pueda acogerse a una desgravación fiscal por la multa desembolsada. El presidente de la Comisión Económica de la cámara baja, Ruedi Noser, diputado liberal radical por Zúrich, ha hecho un llamamiento a la moderación. Al declararse culpable, “Credit Suisse ha resuelto sus problemas sin el apoyo del Estado, y los políticos deben respetarlo”.

La Autoridad Supervisora de los Mercados Financieros (FINMA) se manifiesta satisfecha de que Credit Suisse no pierda su licencia en Estados Unidos.

Sin embargo, FINMA reprocha al banco haber incumplido “sus obligaciones de determinar, limitar y controlar los riesgos derivados de sus actividades en Estados Unidos”.

Para la Asociación Suiza de Banqueros (ASB) es un alivio que el acuerdo entre Credit Suisse y las autoridades de Washington respete el marco jurídico vigente en Suiza.

Gracias al acuerdo, el banco puede poner un punto final a sus problemas con Estados Unidos y volver a concentrarse plenamente en sus actividades operacionales, subraya la ASB.

“Ningún banco está por encima de la ley”

El banco, sobre el que pesaba la amenaza de ser condenado por asociación ilícita para delinquir, reconoció haber ayudado a sus clientes a presentar declaraciones de la renta que no eran correctas. Un informe del Senado estadounidense estimaba que en 2006 Credit Suisse tutelaba entre 10.000 y 12.000 millones pertenecientes a 22.000 clientes estadounidenses; gran parte de ellos eran fondos no declarados al fisco.

Credit Suisse se convierte así en el primer banco en los últimos veinte años que se declara culpable de un delito en Estados Unidos. El último fue el japonés Daiwa Bank, un caso que se remonta a 1995. El acuerdo representa un cambio de rumbo del Departamento de Justicia, que ha recibido duras críticas por tratar a los bancos con guantes de seda tras la crisis financiera de 2008.

“Este caso demuestra que ninguna institución financiera, cualquiera que sea su dimensión, está por encima de la ley”, puntualizó Eric Holder, en rueda de prensa en Washington. “Credit Suisse conspiró para ayudar a ciudadanos americanos a ocultar sus activos en el extranjero con el fin de evitar pagar impuestos”, dijo.

“Cuando un banco incurre en tan mala conducta, debe atenerse a la instrucción de un procedimiento penal por parte del Departamento de Justicia”.

Bradley Birkenfeld

Bradley Birkenfeld, el hombre que desveló el fraude fiscal de UBS y Credit Suisse en Estados Unidos, sin embargo, no se dice del todo satisfecho. “Por una parte, es gratificante ver que Credit Suisse se reconoce culpable de fraude transfronterizo. Por otra, es escandaloso que el Departamento de Justicia americano haya retardado el asunto durante siete años”, declaró a swissinfo.ch.

“En la primavera de 2007, no solo denuncié la actuación de UBS, sino también la de Credit Suisse. Los dos bancos estaban implicados en negocios delictivos. He trabajado para ambos y he visto lo que ocurría”, agregó. Bradley Birkenfeld fue condenado a 40 meses de prisión en 2009 por no haber desvelado a las autoridades el conjunto de sus actividades. Posteriormente, recibió 100 millones de dólares del fisco estadounidense por su testimonio, gracias al cual ese mismo año se abrió un procedimiento judicial a UBS.

El abogado fiscalista que defendió los intereses de los clientes de UBS y Credit Suisse en Estados Unidos, Scott Michel, recuerda que UBS logró salir del apuro con una multa de 780 millones de dólares por infracciones similares, gracias al arreglo que negoció con el Departamento de Justicia.

“La decisión del Departamento de Justicia de inculpar a un banco mundial importante, en lugar de concluir un Deferred Prosecution Agreement  [un acuerdo de procesamiento diferido como ocurrió en el caso de UBS], refleja la gravedad de la conducta de la entidad”, declaró Scott Michel a swissinfo.ch.

Evitar una quiebra

El viceministro de Justicia estadounidense, Jim Cole, ha atribuido la diferencia de trato entre Credit Suisse y UBS a la falta de colaboración por parte del primero, así como al aplomo que mostró durante los tres años de investigación.

Según el director del Centro de Derecho Bancario y Financiero de la Universidad de Ginebra, Luc Thévenoz, la diferencia de trato entre las dos entidades se debe al clima financiero y económico mundial. “Hemos salido de la crisis financiera, Credit Suisse dispone de fondos propios sólidos y puede hacer frente a esta multa”, afirmó a la radio suiza de expresión francesa.

Los fiscales han establecido una sanción muy elevada, pero que no constituye una amenaza para Credit Suisse ni sus empleados en Wall Street, sostiene a su vez Beckett Cantler, profesor de Derecho Fiscal en la John Marshall Law School de Atlanta.

“Parece que el Departamento de Justicia americano y Credit Suisse han diseñado un arreglo gracias al cual el primero puede anotarse la victoria que deseaba, sin que el Credit Suisse se vea amenazado como institución, y evitar así el seísmo económico que causaría la quiebra de uno de los bancos más grandes del mundo”, declaró a swissinfo.ch.

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