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El régimen sirio avanza en Alepo, cuyo principal hospital ha sido bombardeado

Las fuerzas progubernamentales sirias participan en una operación para tomar el control del barrio de Suleiman al Halabi de Alepo el 30 de septiembre de 2016 afp_tickers

El mayor hospital de los barrios rebeldes de Alepo fue bombardeado este sábado, por segunda vez esta semana, mientras el régimen y su aliado ruso proseguían con su campaña militar para retomar la totalidad de la segunda ciudad de Siria.

La ofensiva, lanzada el 22 de septiembre, ha permitido a las fuerzas progubernamentales ir ganando terreno en detrimento de los rebeldes en el centro y el norte de Alepo, con el apoyo de los bombardeos, que han matado a decenas de civiles y provocado destrucciones masivas.

Dividida desde 2012 en un sector oeste, controlado por el régimen, y una parte este, en manos de los rebeldes, Alepo se ha convertido en el principal frente del conflicto sirio, que ha dejado más de 300.000 muertos en cinco años.

Unas 250.000 personas, incluyendo 100.000 niños, viven en los barrios controlados por los insurgentes y padecen, según la ONU, “la catástrofe humanitaria más grave vista en Siria”.

Los esfuerzos diplomáticos para restablecer un alto el fuego parecen estar completamente enterrados a pesar de que Estados Unidos, que apoya a la oposición al régimen, aseguró el viernes que su diálogo con Rusia, aliada de Damasco, no estaba muerto.

El ministerio ruso de Relaciones Exteriores indicó en la tarde del sábado que el jefe de la cartera, Serguei Lavrov, estuvo en comunicaciones con su homólogo estadounidense, John Kerry, y que juntos “analizaron la situación en Siria, incluyendo el tema de una “normalización de la situación en Alepo”.

Además, el ministro ruso denunció que “hay grupos armados ilegales” que siguen combatiendo en la ciudad, pese a los acuerdos entre su país y Estados Unidos.

Y mientras, la situación sanitaria y médica es catastrófica en los barrios rebeldes de Alepo. Dos barriles explosivos alcanzaron el sábado al mayor hospital de esta zona, según la Syrian American Medical Society (SAMS).

“Se habla del uso de una bomba de racimo”, dijo Adham Sahlul, un responsable de esta oenegé, con sede en Estados Unidos, que administra el hospital. Según él, los pacientes y el personal médico se encontraban dentro del edificio durante el ataque.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dio cuenta de un muerto en este ataque.

Un corresponsal de AFP en el lugar vio camas manchadas de sangre, material médico por el suelo y ventanas rotas mientras que personal médico revisaba en los escombros y evaluaba los daños.

Un doctor del hospital indicó que durante la tarde fue lanzado otro barril de explosivos “delante del hospital” y dijo que: “el ataque forzó al personal médico que seguía presente en algunas unidades a evacuar a todos los pacientes hacia otros establecimientos”.

– Crimen de guerra –

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció como “crímenes de guerra” el bombardeo del miércoles de éste y de otro hospital de Alepo.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, condenó este “ataque abyecto”, que también calificó de “crimen de guerra”.

Ambos centros quedaron fuera de servicio por los bombardeos del miércoles, dejando sólo seis hospitales operativos en la parte este de la ciudad, según la SAMS.

Durante toda la noche se escuchó el ruido de los combates y de los bombardeos en el barrio de Suleiman Al Halabi, en el centro de la ciudad, y en el de Bustan Al Basha, en el norte, constató un corresponsal de la AFP.

Según el OSDH el régimen ha ganado terreno en Suleiman Al Halabi, un barrio situado en la línea de demarcación, y se va acercando al de Bustan Al Basha.

La organización, con sede en Gran Bretaña y que cuenta con una amplia red de fuentes por toda Siria, señaló que el sábado se produjeron bombardeos contra sectores de la parte rebelde de Alepo pero no precisó ningún balance de víctimas.

Los insurgentes también perdieron posiciones recientemente en el noreste de la ciudad, lo que permite a las fuerzas prorrégimen amenazar los barrios rebeldes de Hellok y Haydariye.

Desde el inicio de la ofensiva del ejército contra Alepo Este, los bombardeos de la fuerza aérea rusa, los barriles de explosivos lanzados desde los helicópteros del régimen sirio y los disparos de artillería han matado, al menos, a 220 personas, según el OSDH.

Occidente acusa al régimen y a Rusia de utilizar contra las zonas civiles de Alepo armas normalmente destinadas a objetivos militares, como bombas antibúnker, incendiarias y de racimo.

Para el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Marc Ayrault, el ataque contra el hospital “no hace más que confirmar la urgencia absoluta de un cese de las hostilidades en Alepo y de que la población civil tenga acceso a la ayuda humanitaria”.

Moscú ha rechazado las acusaciones de “crímenes de guerra” y aseguró que proseguiría con la campaña militar de apoyo al régimen de Bashar Al Asad, iniciada hace un año.

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