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La angustia de la familia de un beduino en manos de Hamas

Varios miembros de las fuerzas de seguridad de Hamas patrullan por Rafah, en la Franja de Gaza, el 14 de abril de 2016 afp_tickers

Los Al Sayed, una familia beduina, vivieron un año sin saber qué había sido de su hijo Hisham, pero la difusión de una fotografía suya en la televisión del movimiento islamista palestino Hamas, en el poder en Gaza, puso fin a la incertidumbre.

El joven de 27 años, residente con su familia en el desierto de Neguev, en el sur de Israel, lleva desaparecido desde hace un año. Su fotografía es la primera prueba de vida de Hisham, que Hamas afirma retener como prisionero en la Franja de Gaza.

“Cuando lo vi en el vídeo, me sentí aliviado porque supe que estaba allí. Antes no sabía si estaba vivo”, explicó su padre Shaaban en el salón de su casa.

Hisham, un beduino musulmán de nacionalidad israelí, no parece tener vínculo alguno con las autoridades civiles o militares, algo inusual en un prisionero de Hamas. Tampoco se sabe cómo llegó a Gaza.

El ejército israelí se niega a dar detalles y su familia cree que cruzó la barrera israelí que rodea la Franja de Gaza pese a hallarse bajo estrecha vigilancia.

La familia afirma que Hisham padece esquizofrenia y que ya desapareció en Jordania y en Egipto en varias ocasiones pero estos países lo entregaron a las autoridades israelíes.

Según ella, también entró dos veces en la Franja de Gaza en 2010 y 2013 antes de ser expulsado por el Gobierno de Hamas debido a sus trastornos mentales.

“Esta vez, en abril de 2015, no sé por qué (Hamas) lo guardó sin decir que lo retenía”, contó su padre. Hubo que esperar al 1 de abril de este año para que Hamas difundiera un vídeo en el que afirma detener a cuatro ciudadanos israelíes.

– “Esquizofrénico” –

Entre ellos Oron Shaul y Hadar Goldin, dos soldados que participaron en la guerra en la Franja de Gaza en 2014. El ejército israelí considera que están muertos.

El tercer israelí, Avraham Mengistu, es de origen etíope y padecería trastornos mentales.

Muchos beduinos cumplen el servicio militar pese a no estar obligados a hacerlo. Hamas asegura que Hisham es un soldado israelí; su familia lo niega y considera ridículo que alguien intente hacerlo pasar por militar o espía.

“Hisham sufre una enfermedad mental. Es esquizofrénico”, insiste su padre. “Debe tomar medicamentos todos los días (…) Espero que Hamas se los dé”.

La familia, de confesión musulmana, afirma que siempre mantuvo buenas relaciones con los habitantes de Gaza.

Una carta abierta de la “comunidad de beduinos israelíes” publicada este mes acusa a Hamas de actuar de “forma inmoral”, según la prensa israelí.

Shaaban pide la intervención de Turquía y Catar, dos países con buenas relaciones con Hamas. Su esposa Manal asegura que no quiere “inmiscuirse en lo que pasa en Gaza”. “Deben dejarlo volver a casa”, pide.

Israel no autoriza a sus ciudadanos la entrada en la Franja de Gaza por miedo a que sean secuestrados y usados para un canje por prisioneros palestinos.

En 2011, Israel liberó a más de 1.000 palestinos a cambio de Gilad Shalit, un soldado franco-israelí que pasó más de cinco años en cautiverio en la Franja de Gaza.

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