Tras sólido crecimiento en 2016, Perú prevé un 2017 golpeado por la corrupción
La economía de Perú creció un sólido 3,9% en 2016 en línea con lo previsto pero este año puede ser perjudicada por actos de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht que comprometen obras de infraestructura.
El mercado esperaba un crecimiento del PIB de 2016 en torno entre 3,8% y 4%, de acuerdo a la última encuesta de expectativas económicas del Banco Central así como sondeos privados. Se trata, además, de una cifra que superó la expansión de los dos últimos años: el crecimiento de 2014 fue de 2,4% y el de 2015 de 3,3%, según cifras actualizadas.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática reportó que los sectores que más crecieron en la economía durante el 2016 fueron Minería e Hidrocarburos (16,29%), Telecomunicaciones y otros Servicios de Información (8,09%), Electricidad, Gas y Agua (7,30%) y Financiero y Seguros (5,45%). Sólo en diciembre, el PIB de Perú creció un 3,25% interanual, explicó el jefe del INEI, Aníbal Sánchez.
Si bien se registró un desempeño positivo en la mayoría de rubros, durante el año pasado la Construcción cayó un 3,15% por el menor consumo interno de cemento y una caída en el avance físico de las obras. El sector Manufactura también disminuyó un 1,63%, golpeado por una caída en el sector fabril.
– Récord en minería –
Perú, importante exportador global de minerales tiene en el rubro de la minería a uno de sus más poderosos motores económicos. En 2016 alcanzó producciones récord de cobre, plata y hierro, detalló la Dirección General de Minería (DGM), ante la entrada en funciones de nuevos proyectos.
En cobre, por ejemplo, del que Perú es el tercer mayor productor mundial, se anotó un crecimiento del 38,4% de la producción, con 2,35 millones de toneladas de contenido fino, superando la producción histórica de 1,7 millones de toneladas de 2015.
El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, que asumió funciones en julio del año pasado, se ha comprometido este año a destrabar importantes proyectos de inversión, sobre todo en minería, para reactivar la economía.
Ello pasa por resolver conflictos sociales. Hasta enero de este año se contabilizan un total de 214, de los cuales 144 son de tipo socioambiental, con pobladores que consideran que la explotación de recursos puede dañar su agua y tierras.
Pese a las turbulencias económicas mundiales, Perú registra un crecimiento superior al de la mayoría de sus vecinos, mantiene su tasa de interés de referencia en 4,25% desde hace un año, y una inflación en torno al 3% anual.
-Consecuencias de la corrupción-
Pese a los buenos resultados del 2016, Perú recortó sus expectativas de crecimiento para 2017 en 1 punto porcentual, a 3,8%, golpeado por los actos de corrupción en los que incurrió la constructora brasileña Odebrecht, que tiene importantes obras en marcha en el país que deberán ser vendidas o concesionadas nuevamente.
“Es difícil pensar que creceremos al 4,8% en 2017, podríamos crecer un punto porcentual por debajo de eso”, dijo a fines de enero el ministro de Economía, Alfredo Thorne. En 2017, analistas esperan una expansión de hasta un 4%.
Odebrecht, que ha aceptado haber pagado sobornos por 29 millones de dólares para ganar licitaciones en Perú entre 2005-2014, participa en diversas obras de infraestructura pública. Una de ellas era la construcción de un gasoducto en el sur del país valorizado en 7.000 millones de dólares, cuya concesión le fue retirada por incapacidad financiera.
“Dijimos de que debido al efecto Odebrecht, que no sólo incluye el gasoducto del sur sino otros proyectos, íbamos a tener un efecto negativo que fluctúa entre medio y un punto porcentual, dependiendo de qué es lo que hagamos”, explicó el ministro en aquella ocasión.
Este miércoles, Thorne reiteró que el gobierno contempla un shock de inversiones para contrarrestar el menor crecimiento del PIB.
Las coimas de Odebrecht envuelven a los gobiernos de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala. El primero de ellos ya es buscado por la justicia por supuestamente haber cobrado 20 millones de dólares a la firma brasileña para entregar la concesión de una carretera.
