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Una protesta de conductores paraliza un vasto sector de Caracas

Choferes del transporte bloquean una avenida en Caracas el 21 de septiembre de 2016 afp_tickers

Cientos de transportistas cesaron operaciones este miércoles en Caracas para exigir un aumento de tarifas y medidas contra la inseguridad y la escasez de repuestos, que aseguran tiene paralizada la mitad de la flota.

La protesta generó caos en el este de la capital, hasta donde llegaron decenas de autobuses en caravana para aparcarse frente a la sede del ministerio de Transporte, bloqueando por nueve horas una de las principales avenidas de la ciudad, que con su área metropolitana tiene tres millones de habitantes.

Tras lograrse una reunión entre representantes de los conductores y el ministro Ricardo Molina, las unidades reabrieron el paso.

En ese encuentro, “se acordó entrar en una mesa de negociaciones hasta el jueves de la próxima semana, cuando habrá un pronunciamiento en relación con el trabajo que se va a hacer (…) Vamos a levantar el paro”, dijo a periodistas Pedro Jiménez, portavoz de los transportistas.

El vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, había advertido que el transporte podría pasar a manos del Estado si continúa el conflicto. “No vamos a abandonar al pueblo, debemos saber quién está a favor de sus intereses y quién en contra”, aseveró en un acto público.

Unos 25.000 choferes apoyaron la protesta, dijo a la AFP Hugo Ocando, otro de los dirigentes del sector.

Los conductores exigen un aumento del pasaje de 45 a 60 bolívares (casi diez centavos de dólar a la tasa oficial más alta).

“Nuestros ingresos no alcanzan para mantener el carro ni para mantener la familia”, comentó a la AFP Ronny Blanco, de 33 años, quien, sin un contrato fijo, asegura ganar unos 5.000 bolívares diarios, cuando un almuerzo le cuesta 2.000.

Además, la falta de repuestos tiene fuera de servicio cerca de la mitad de las unidades en Caracas y localidades vecinas.

“En la línea que trabajo yo, de 100 unidades unas 50 están paradas”, cuenta Blanco, quien sostiene que las llamadas “provedurías”, donde el gobierno vende repuestos subsidiados, están desabastecidas desde hace meses.

Debido a ello, los autobuseros deben comprar repuestos a especuladores, que cobran por una llanta 200.000 bolívares, el doble de una subsidiada. También escasean las baterías e insumos como aceite.

Según la Federación Nacional de Transporte (FNT), unos 100.000 buses de una flota de 250.000 están inactivos en toda Venezuela, sumida en una grave crisis por la caída de los precios del petróleo, que generó una sequía de divisas en un país que importa la mayor parte de lo que consume.

La escasez de alimentos y medicinas es de 80% y el FMI proyecta una inflación de 720% para 2016.

Los transportistas también reclaman acciones contra la delincuencia. “A mí me robaron tres veces en una misma semana. Me quitaron los reales (el dinero) y el teléfono”, cuenta Daniel Sánchez, de 32 años, junto a su viejo autobús.

El único alivio, añade, sigue siendo el precio del combustible, el más barato del mundo.

SWI swissinfo.ch - unidad empresarial de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR

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