Crear es de Dios, yo construyo: Burkha
El escultor suizo radicado en San Cristóbal de las Casas habla a swissinfo de su concepción del arte.
La naturaleza le proporciona las materias primas y sus experiencias, el contenido de sus piezas.
“No me siento creador, sino alguien con imaginación para construir esculturas con elementos de mi memoria”, explica este escultor del cantón de Vaud en cuya concepción del arte “crear es algo de Dios. Nosotros solamente somos capaces de utilizar lo que hemos visto”.
Entrevistado por swissinfo en su taller de San Cristóbal de las Casas, en el sureño estado mexicano de Chiapas, afirma: “Yo sólo doy vuelta a lo que he almacenado y prefiero hablar de construir”.
Su obra es la síntesis de sus vivencias. “Hago esculturas recolectando impresiones”.
Así, por ejemplo, en alusión a su paso por Oceanía, dice que “del desierto amo la lucha por sobrevivir en medio de la nada, donde permanece el fuego y el agua pasa cada cinco años”, y esas emociones dan vida a su arte.
La piedra, parte de la obra
Federico Burkha tiene además una relación especial con los materiales de los que surgen sus obras. “Para mí la piedra en sí no es sólo un medio de obtener una forma, sino parte de la obra, la mitad de lo que quiero expresar. Expreso algo con la piedra y además hay algo añadido”.
Tanto es así que, según explica, antes de concebir un proyecto debe tener el material en la mano. “Primero tengo la piedra y a la piedra le busco la idea”.
Disfruta hasta con la búsqueda de su materia prima y en esa tarea ha llegado hasta la frontera con Guatemala. Va a las canteras y entre las rocas elige las piezas de las que nacerán sus esculturas de mayores dimensiones. O recorre las riveras en busca de las piedrecillas que esconden sus esculturas-joya.
“Paso más tiempo mirando una piedra que tallando. Busco ideas, imagino lo que va a salir dentro y después es cuestión de tallarle y quitarle lo que sobra”.
Materiales de la naturaleza
El artista utiliza materiales locales, el barro que emplean los artesanos de Amatenango del Valle para hacer sus ollas o el ámbar, con sus 35 millones de años de antigüedad, y que es un tipo que no se conoce en Europa, donde prevalecen las resinas de las regiones bálticas.
Federico mantiene el contacto con Suiza. De hecho, según explica, vive en México de lo que vende en Suiza en donde una galería expone en permanencia sus obras.
La incomprensión de la crítica
Destaca que una de las críticas que le han hecho en Suiza concierne su gusto por las nuevas búsquedas, lo que califican de falta de estilo. “Los que ven la continuidad de mi obra son los que la conocen desde el principio. La gente que me conoce y entiende el estilo que soy yo, y que no es una forma”.
Nos cuenta que conoce un artista cuyo sello es una misma textura, un estilo externo. “Mi estilo no es plástico, es de concepto. La manera en que yo aprendo los materiales, no como medio para obtener una obra, sino como parte de la misma”.
Autodidacta de la escultura, aprendió las técnicas con artesanos. “Con mi papá, carpintero, lo primero que tallé fue la madera, luego tallé la piedra. Hice mi obra mirando como hacían los demás, en un taller de artesanos. Así he aprendido, no de manera académica”.
Esa elección le llevó más tiempo y, como dice, carece de la formación sistemática. Sin embargo, no lo lamenta porque considera que los que están en la escuela, están en un molde que sólo los buenos logran romper. “Y yo odio los moldes y odio que me digan cómo hay que hacer”.
Marcela Águila Rubín, San Cristóbal de las Casas
Frédéric Burkhard (Federico Burkha) nació en 1965 en Orzens (Vaud)
Escultor autodidacta por necesidad, por rebeldía y por decisión
Se ha desempeñado también en la arquitectura, la escenografía y la docencia
En 1998, colocación de su obra ‘Racines’ en Yerdon les Bains
Ha efectuado más de una veintena de exposiciones privadas y colectivas
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