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“Mis ídolos son Rolando Seraina, Barishnikov y mi papá”

César Corrales en la final del Prix de Lausanne: 'La fille mal gardée', considerado uno de los ballets más antiguos del repertorio clásico. Keystone

A sus 16 primaveras, César Corrales es uno de los laureados de la 41ª edición del Prix de Lausanne que concluyó anoche en la ciudad suiza. Es hijo de los bailarines cubanos, Jesús Corrales y Taina Morales, nació en México y se crió en Canadá.

“Me siento muy feliz de estar aquí. La verdad, fue una experiencia muy bonita”, dice orgulloso. Aunque en Lausana ha concursado con la nacionalidad canadiense, país donde reside y se ha formado, no reniega de sus raíces cubanas: “Soy cubano canadiense”.

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“Estoy en el principio de lo mejor de mi vida”

Este contenido fue publicado en Comparece quince minutos antes de la hora fijada, vestida de negro de los pies a la cabeza, con el cabello suelto y zapatos de cuña altos que deben rondar los diez centímetros. La larga melena azabache y sus ojos negros, grandes y expresivos, resaltan su tez pálida. Nadie diría que la bailarina española más internacional,…

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Triunfo masculino

Los varones brillaron en esta edición del Prix de Lausanne, que recompensa a los ganadores con una beca para proseguir su formación en una de las 28 escuelas o 26 compañías asociadas al prestigioso concurso.

Catorce de los veinte finalistas y siete de los nueve premiados son hombres. “Creo que mostraron un nivel muy alto este año, tanto que algunos bailarines increíbles no pasaron a la final”, opina César Corrales. Y en ello coinciden los críticos y los organizadores. ¿Será que ese tópico de que el ballet es cosa de chicas ha quedado definitivamente enterrado?

“Desde chiquitico vi a mis padres bailar. Yo no paraba de saltar y brincar en casa. Me ponían música y empezaba a bailar. Es algo natural en mi. También me encanta el fútbol, todos los deportes, pero el ballet es mi pasión”.

Silva Adhonay* (Brasil), Balé Jovem do Centro Cultural Gustav Ritter, Goiana, 15 años

Li Wentao* (China), The Secondary Dance School Attached to Beijing Dance Academy, 17 años

Yamamoto Masaya* (Japón), Yokokura Akiko Ballet School, Nomi; Australian Ballet School, 18 años

Domingues Leticia (Brasil), Petite Danse School of Dance, Rio, 16 años

Corrales César* (Canadá), lecciones privadas, Canada’s National Ballet School, 16 años

Woellner Joel* (Australia), Houston Ballet Bern Stevenson Academy Ettingshausens Dyn. Arts; Academy Ballet/V. Attard, 18 años

Sebastião Francisco* (Portugal), Escuela de Danza del Conservatorio Nacional de Portugal, Lisboa, 17 años

Zhang Jinhao* (China), College of Design and Art Tong Ji University, Shanghái; Lianoning Ballet School, 17 años

Premio de interpretación contemporánea: Woellner Joel*

Premio al Mejor Suizo: Fogarty Miko

Premio del Público: Silva Adhonay*

* varón

La danza en la sangre

Su madre lo corrobora. “A bailar, a jugar con el baile, empezó posiblemente con un año y medio. Y a los doce se inició ya en serio en la danza”.

Lo hizo en la Escuela Nacional de Ballet de Toronto, donde obtuvo “una base muy buena durante un año. Después empezó a hacer musicales, también actúa y canta. Y luego lo enseñamos nosotros, mi esposo y yo”.

Sus padres formaron parte del Ballet Nacional de Cuba durante diez años, en el que trabajaron bajo la dirección de la legendaria Alicia Alonso y con el que recorrieron el mundo. De ellos, César recibió “una formación puramente clásica”, explica Taina Morales.

Los bailarines formados en la escuela cubana tienen fama de ser excelentes partenaires. “Sí, es cierto. Yo creo que son los más demandados”, afirma la actual maestra de ballet de Les Grands Ballets Canadiens de Montréal y profesora en la Escuela Superior del Ballet de Quebec.

“Creo que tiene que ver mucho con la filosofía de la escuela, quizás también con nuestra cultura, con nuestro baile. El hombre dirige cuando bailamos salsa. Fernando y Alicia Alonso nos han inculcado que en un pas de deux, el hombre está ahí para apoyar a la mujer, para lucir a la mujer. Desde muy pequeño te enseñan eso. Creo que esa es la razón”.

César reconoce que su “punto fuerte es el ballet clásico, pero la danza contemporánea hoy en día hay que aprenderla bien, porque en todas las compañías se bailan los dos”.

No cabe duda, lleva el baile en los genes. “Su papá es un bailarín con mucha pasión y mucha fuerza. Físicamente, creo que se parece más a mí. Pero esa decisión, esa fuerza en el escenario, le viene de su papá. Tiene la combinación de los dos (risas)”.

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Hay futuro para un bailarín después de los 40

Este contenido fue publicado en El que fuera estrella del Royal Ballet habla de lo crucial que fue este concurso en su carrera y de la vida de un bailarín tras cumplir las 40 primaveras. swissinfo.ch: ¿Qué significado tiene este concurso? Tetsuya Kumakawa: Es un concurso único y significa mucho para un joven bailarín porque le puede abrir nuevas puertas…

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Más cerca del sueño

Más que un concurso, el Prix de Lausanne es un trampolín para una carrera en el competitivo mundo de la danza. “Me gusta mucho Europa, pero como he crecido en Norteamérica, creo que prefiero quedarme por allí”. Y todo parece indicar que su destino va a ser la Escuela del Ballet de San Francisco.

“Cesar quedó fascinado con Patrick Armand (coach en esta edición del Prix) después de trabajar con él. Creo que es el primer maestro con el que se identifica. Y basado en eso, su primera elección es la San Francisco Ballet School“, al que está vinculado el director del renombrado Studio Ballet Colette Armand, de Marsella, y ganador del Prix de Lausanne en 1980.

“Nosotros, realmente, no estamos detrás de la escuela, sino del maestro. Una escuela la hace un maestro y no un nombre”, puntualiza Taina Morales.

La segunda opción es el Royal Danish Ballet, “que trabaja lo que a nosotros nos falta un poquito, que es la rapidez de pies, la calidad de los landings (aterrizaje de saltos)”. Y la tercera, el Royal Ballet de Londres.

A sus 16 años y con una beca bajo el brazo, Cesar Corrales está un paso más cerca de cumplir su sueño: “Ser un bailarín profesional bueno o reconocido en una compañía. La que sea, no me importa, pero me gustaría bailar y disfrutar”.  

Entre sus ídolos figuran el Nijinsky cubano (New York Times), Rolando Sarabia (1982), gran estrella del Ballet Nacional de Cuba que en 2005 pidió asilo en Estados Unidos; Mijaíl Barishnikov y Jesús Corrales, su padre.

“Desde chiquito los he visto como mis grandes ídolos, increíbles. Y son los que me inspiran”.

Beaulieu. El 41º concurso para jóvenes bailarines no profesionales se celebró en el Teatro de Beaulieu, de Lausana, del 27 de enero al 2 de febrero de 2013. Participaron 78 candidatos, de entre 15 y 18 años, y de 23 nacionalidades.

Historia. Fundado por la bailarina rusa Elvire y su esposo, Philippe Braunschweig, la 1ª edición del Prix de Lausanne se remonta a 1973.

Evolución. Desde entonces, el concurso se ha asociado con cerca de 60 escuelas y compañías de ballet del mundo entero.

Internacional. Más de 4.000 candidatos de 70 países han participado en el concurso de Lausana.

Becas. Los más de 300 laureados han obtenido una beca para proseguir su formación y que les ha servido de trampolín para una carrera internacional. Entre ellos, los españoles José Carlos Martínez (1987), Mónica Zamora (1989) y Goyo Montero (1993), Ángel Corrella (2004), así como el cubano Carlos Acosta (1990).

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