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Montreux se rinde ante Ricky Martin

Ricky Martin durante su actuación en el Auditorio Stravinski de Montreux. Keystone

El artista de Puerto Rico “incendió” en la noche de ayer el Auditorio Stravinski. Un público entregado vibró con un concierto que ya entra en la leyenda del festival suizo.

Pero antes de Ricky Martin, fue la hora del histórico salsero panameño Rubén Blades, creando así una auténtica “cumbre latina” a orillas del Lago Leman.

Era poco más de medianoche en la hiperactiva sala de prensa del Montreux Jazz Festival y varios periodistas intercambiaban impresiones acerca de lo que acababan de ver. Los calificativos iban de “histórico” a “concierto excepcional” pasando por “raro alarde de profesionalismo”.

Los veteranos (y a menudo difíciles de impresionar) comunicadores se referían en estos términos al concierto que Ricky Martin acababa de terminar escasos minutos antes entre las ovaciones de un público entregado. Un concierto en el que el cantante de San Juan sedujo de forma irrefutable al exigente público suizo.

Aunque, en honor a la verdad, cabe destacar que en la noche de ayer, más que el francés o el alemán, el idioma estrella en Montreux fue el español, escuchado en cada pasillo, en cada rincón y en cada mesa. Sin duda, una experiencia inusual en este exclusivo evento que reúne desde hace 45 años a la flor y nata de la música mundial.

Dos horas de “vida loca”

Como era de esperar en nuestro país, Ricky Martin salió al escenario con, literalmente, puntualidad suiza. A las 21:45 clavadas las inmensas pantallas de vídeo proyectaban un clip en el que el cantante se mostraba semidesnudo y liberándose de cadenas al ritmo de una obsesiva música electrónica. Daba así comienzo una velada de alto voltaje, de las que se ven muy raramente, incluso en un festival del nivel de Montreux.

El artista portorriqueño arrancó su faena con el tema “Será será” para a continuación interpretar “It’s Alright” y provocar aullidos del público (de ambos sexos) al quitarse la camisa y cantar con torso desnudo y solo unos ajustados pantalones de cuero negro.

“¡Je suis très content d’être içi ce soir!”, dijo en un más que correcto francés a los varios miles de personas que estaban ya rendidas tras apenas dos temas. Pero era solo el comienzo pues tras los saludos de rigor, Martin propuso una demoledora versión de su éxito planetario “Livin’la vida loca” cantado en inglés y vestido con un traje blanco y camisa negra, recordando al John Travolta de “Saturday Night Fever”.

A partir de ese momento se sucederían temas como “She bangs”, “Shake your bon bon” o “María”, en versión flamenco pop, con cajón peruano incluido. En suma, un repertorio de baile y fiesta en el que merece mención aparte una banda poderosa, ajustada al milímetro y con una sección de vientos de las que quitan el hipo. El cantante estuvo igualmente acompañado de un nutrido y eficaz cuerpo de baile.

Tras un segundo vídeo que presentaba a un Ricky Martin completamente desnudo (aunque con sombras estratégicamente situadas) en posturas que recordaban el yoga y en una orgía de colores, llegó la traca final con el ritmo salsero de “La Bomba” o “La Copa de la Vida”. Digno de mención es que en este tema una joven del público logró subir al escenario a besar al cantante y fue velozmente expulsada por la seguridad mientras la muchacha hacía el signo de la victoria ante un desconcertado Ricky Martin.

A la hora de los bises, el cantante de Puerto Rico optó por una versión a ritmo frenético de “María”. El artista provocó el delirio general al terminar la canción envuelto en una gran bandera suiza y agradeciendo en francés “a un público maravilloso”, mientras varios miles de personas ondeaban los brazos ante el gran triunfador de la noche.

“La vida te da sorpresas…”

Pero no fue Ricky Martin el único protagonista de esta velada 100% latina. A las 20:30 otra leyenda de la música iberoamericana ocupaba el inmenso escenario del Auditorio Stravinski. En este caso, se trataba de Rubén Blades, el legendario compositor de “Pedro Navaja”.

El panameño de 64 años, para quien el tiempo no parece pasar,

abrió el fuego interpretando “Cuentas del alma” ante un público que lucía banderas de Venezuela, de Perú, de Puerto Rico, Panamá, Cuba o Colombia en un danzarín y feliz caos panamericano.

Blades, vestido con un traje gris, sombrero y zapatillas de diseño, sabedor de

que jugaba en terreno propio, ni se molestó en dirigirse en inglés al público y se comunicó (casi) en exclusiva en español antes de desgranar clásicos como “Juan Pachanga”, “Buscando Guayaba” o “Maestra Vida”.

Y tras algo más de una hora de concierto el panameño anunció ante una audiencia extasiada, “el tema que todos están esperando”. Obviamente, se trataba de la historia del bandido Pedro Navaja. Un tema que puso a bailar a varios miles de personas en la pista, quienes coreaban en perfecto español aquel estribillo que reza: “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”.

Y entre las sorpresas de esta 45 edición del Montreux Jazz Festival, quedará sin duda esta noche en la que el poder de la música latina sentó cátedra a orillas del Lago Leman. Dos generaciones de creadores latinoamericanos unidos por el talento en una Suiza festiva que celebró la multiculturalidad, el talento y el ritmo que hermanan continentes.

Pero volviendo a la estrella indiscutible de la noche, y a modo de conclusión, un músico español resumió así el concierto de cantante de Puerto Rico. “Cuando solo se tiene talento, se puede avanzar, pero no se llega demasiado lejos. Con puro marketing se consiguen productos que duran una temporada. Pero cuando se da la rara combinación de talento y excelente marketing, se obtiene un artista como Ricky Martin”.

Enrique Martín Morales nació en 1971 en San Juan de Puerto Rico.

Comenzó su carrera musical como estrella infantil en el grupo Menudo, de gran éxito en toda América Latina.

Comenzó su carrera en solitario en 1991 llegando a vender más de 60 millones de discos.

Su mayor éxito planetario fue “Livin’la Vida Loca”, publicado en 1999. De este tema en particular, Ricky Martin llegó a vender 17 millones de copias.

En 2010 asumió públicamente su homosexualidad. Es padre de dos hijos gemelos tenidos gracias a una madre de alquiler.

Ha creado la Fundación Ricky Martin, cuyo objetivo es trabajar por el bienestar infantil en el mundo entero. El principal trabajo de la fundación es acabar con el tráfico de niños.

Rubén Blades Bellido de Luna nació en Panamá en 1948.

Cantante, compositor, letrista y político, el salsero panameño ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en los Estados Unidos.

A los largo de su carrera ha grabado más de 20 discos y ganado 6 Premios Grammy. Ha colaborado con artistas como Sting, Michael Jackson, Willie Colón o Celia Cruz.

Su música se caracteriza por una fuerte carga política. El mayor éxito de su vida profesional es el legendario tema “Pedro Navaja”, famoso mundialmente.

Formado como abogado en Harvard, aparte de su trabajo musical, ha desarrollado numerosas colaboraciones como actor en películas y series de televisión americanas.

Ha sido candidato a la presidencia de su país en 2004, quedando en tercer lugar.

Posteriormente ocupó el cargo de ministro de Turismo en el gobierno de Martín Torrijos.

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