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Día crucial para la despenalización del cannabis

Unas 600.000 personas tienen alguna familiaridad con el cannabis. Keystone

La cámara baja del Parlamento suizo debate este lunes la revisión de la Ley federal de estupefacientes, que contempla la controvertida despenalización del consumo del cáñamo.

En septiembre, los diputados rehusaron entrar en materia. Si no modifican su actitud, el proyecto de ley corre el riesgo de ser enterrado.

La última revisión de la Ley federal de estupefacientes (LStup) se remonta a 1975. Hoy la realidad es bien distinta y, consciente de ello, el Gobierno propuso en el 2001 una nueva revisión de la legislación.

Se trata de que la política nacional en materia de droga, basada en cuatro ‘pilares’ – prevención, terapia (para los tóxicodependientes), represión y reducción de riesgos (para los consumidores) – quede inscrita en la ley correspondiente.

El ámbito de la terapia, por ejemplo, contempla la distribución bajo prescripción médica de heroína a los adictos, programas que se vienen aplicando en varios cantones desde hace varios años.

Consumo exento de riesgos

El único aspecto que plantea problemas es el proyecto de levantar la prohibición sobre el consumo de cáñamo. Hoy es frecuente que la policía haga la vista gorda. Pero en el futuro los aficionados al porro ya no podrán ser perseguidos penalmente.

Asimismo se trata de despenalizar el cultivo para el consumo personal. Según un estudio del Instituto Suizo de Prevención del Alcoholismo y otras Toxicomanías (ISPA), realizado en el 2002, más de medio millón de personas en Suiza consumen cannabis de forma esporádica o regular.

El objetivo de la revisión es adaptar la legislación vigente a la realidad actual.

“Es casi imposible aplicar con métodos razonables la ley en vigor, que reprime el consumo de cáñamo”, escribe en un documento el Gobierno. “El legislador quiere tener en cuenta la realidad social, así como descargar a la policía y al sistema judicial”.

Asimismo se prevé autorizar un número de puntos de venta y cultivo de cáñamo, aunque faltan por fijar los pormenores por decreto gubernamental.

Riesgo de fracaso

El Gobierno estima que la despenalización no constituye un peligro, ya que se contempla incrementar los esfuerzos de prevención.

“El consumo moderado de cannabis no representa un mayor peligro para la salud que el consumo de otras sustancias legalmente autorizadas”, como el tabaco o el alcohol, señala.

Aún así, la despenalización del consumo de cáñamo ha sido objeto de un arduo debate en los últimos tres años.

Curiosamente, la cámara alta del Parlamento (Consejo de los Estados) – donde tienen mayoría los conservadores – se pronunció en dos ocasiones a favor de emprender la revisión de la Ley federal de estupefacientes.

El Consejo Nacional (cámara baja), en cambio, lo rechazó en septiembre pasado por 96 votos frente a 86.

Los miembros de la derechista Unión Democrática del Centro (UDC), del Partido Liberal Suiza (PLS, liberal), así como la mayoría de los diputados francófonos del Partido Demócrata Cristiano (PDC, centro-derecha) y del Partido Radical Demócrata (PRD, derecha) no quisieron saber nada del tema.

El debate del lunes reviste, por consiguiente, una importancia vital. Si la cámara baja volviera a negarse a entrar en materia, la revisión terminaría siendo enterrada y el Gobierno se vería obligado a reevaluar el proyecto de ley.

Nivel de TCH

La última vez los diputados lo votaron a pocas semanas de los comicios legislativos federales celebrados en octubre pasado. No se puede descartar que la cita electoral influyera en el debate y que algunos diputados se inclinaran por no respaldar un proyecto que pudiera costarle votos a su partido.

Y puede que algunos de ellos cambien de opinión durante el debate previsto para el lunes.

Pero en los últimos días los medios de comunicación han recordado que el nivel de THC (tetrahidrocanabinol/sutancia activa) del cannabis puede alcanzar hasta el 20%.

En otras palabras: el porro ‘coloca’ hoy bastante más que hace diez o veinte años. En esas condiciones, ¿se puede hablar de una droga llamada ‘suave’?

Según Jeanine Messerli, portavoz del ISPA, esa distinción entre droga suave y droga dura, basada más en criterios culturales que científicos, ya no se corresponde con la realidad.

Una alta concentración de THC tiene ventajas y desventajas. En el primer caso, se necesita fumar menos para sentir el efecto. En el segundo, el fuerte contenido de THC puede perjudicar a las personas poco habituadas a fumar.

No obstante, para el ISPA todo depende de cómo se consume. “Tomarse una botella de vodka al día hace que esta bebida alcohólica se convierta en una droga dura”, advierte Jeanine Messerli.

Es una de las razones por las que el ISPA está a favor de la despenalización del cannabis. “Con ella, será más fácil entablar el contacto con los consumidores y así desempeñar mejor la labor de prevención”.

swissinfo, Olivier Pauchard
(Traducción: Belén Couceiro)

Para los adversarios la revisión de la ley incita al consumo de estupefacientes y constituye un mal ejemplo para los jóvenes.

El presidente de los comandantes de policías cantonales, así como la Asociación suiza de Policías piden la despenalización del consumo del cáñamo.

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