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Cincuenta sombras de democracia: ¿Es posible medir una democracia?

Suiza promueve la democracia donde más urge

Últimos preparativos en un colegio electoral en Mandalay para los comicios en Birmania de 2015.
Últimos preparativos en un colegio de Mandalay. Suiza brindó ayuda logística para las elecciones de 2015 en Birmania, los primeros comicios libres en 25 años. Keystone

Myanmar (antigua Birmania), Laos, Tailandia: Son países en los que Suiza trabaja a favor de más democracia. Lo que en teoría parece una tarea fácil, en la práctica no lo es tanto.


“No es fácil encontrarnos”, reconoce la portera de la embajada de Suiza en Yangón, la ciudad más grande de Myanmar. La legación helvética en la que fuera capital de Birmania hasta 2006 lleva abierta seis años.

Este artículo forma parte de #DearDemocracy, la plataforma de swissinfo.ch para la democracia directa que recoge aportaciones de la redacción y de autores externos. Sus opiniones no necesariamente coinciden con las de swissinfo.ch.

Suiza es uno de los países más comprometidos en desarrollar la aún frágil democracia en Myanmar, un país con una población de 53 millones de habitantes situado en el Golfo de Bengala.

A diferencia de Suecia y Dinamarca, que tienen solo una representación consular en la antigua Birmania, Suiza dispone de una embajada con varias decenas de empleados.

“En los últimos cinco años hemos invertido 122 millones de francos en Myanmar”, explica Agnès Christeler, la responsable de la sección política de la embajada en Yangón (Rangún). Y cerca del 15% de esa suma se ha destinado a la promoción de la democracia.

Trabajo de base

Christeler y su equipo se centran en generar un diálogo ciudadano en Myanmar. Desde las elecciones de 2015, Suiza apoya económicamente a varias organizaciones civiles en este país. Asimismo, los representantes helvéticos asesoran a oenegés en cómo ganar influencia en los debates públicos.

Y por último, Agnès Christeler y sus colaboradores ayudan a todos los partidos que luchan para que el diálogo ciudadano sea incluido en la agenda política del Parlamento y el Gobierno.

Hasta los primeros comicios libres celebrados hace tres años, el apoyo de Suiza a las autoridades electorales en Myanmar fue logístico: facilitar urnas, crear registros electorales, así como organizar el recuento de votos.

Al igual que otros países del sureste asiático, a la exdictadura le cuesta avanzar en materia de derechos humanos y de participación de los ciudadan@s en la vida política.

“Nuestro empeño es mantener contacto con todas las fuerzas políticas relevantes en el país y establecer una cooperación”, afirma la diplomática y agrega: “Pero el éxito nunca está garantizado en este ámbito”.

Agnès Christeler, diplomática suiza en Birmania
No hay misión imposible para ella: la diplomática suiza Agnès Christeler promueve proyectos destinados a fortalecer la democracia en la exdictadura militar de Birmania. Bruno Kaufmann

No hubo “el fin de la historia”

Desde el fin de la Guerra Fría, cuando el politólogo estadounidense de origen japonés Francis Fukuyama declaró prematuramente “el fin de la historia” y el triunfo de la democracia, los esfuerzos globales para promover la democracia han sufrido varios contratiempos. De hecho,

La promoción de la democracia es hasta hoy una de principales misiones de la política exterior suiza. El fortalecimiento de la democracia se ha convertido también en un foco de la comunicación nacional.

En Vientiane, la capital de Laos, no Suiza no tiene embajada, pero sí una oficina de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores. “En lugar de predicar y ser misioneros, nos centramos en el diálogo”, explica Tim Enderlin, el director de la oficina.

No solo en Myanmar, sino en el resto de los países ribereños del Mekong, Suiza es uno de los principales y más influyentes promotores de la democracia. “Buscamos soluciones sólidas y a largo plazo, resultados inmediatos”, señala Tim Enderlin.

Suena bonito. ¿Pero qué significa? Muchas cosas y muy diferentes. Por ejemplo, Suiza ha organizado con Myanmar un intercambio de políticos.

Y el Centro de Ginebra para el Control Democrático de las Fuerzas Armadas (DCAF) ha recibido la vista de altos oficiales del Ejército birmano.

Generar confianza

Participación, un derecho humano

Según el artículo 21 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, toda persona tiene derecho a la participación política. Pero la Declaración de la ONU, que data de 1948, no es vinculante.

La promoción de la democracia en el mundo es un principio anclado en la Constitución suiza (art. 54, apartado 2).

En Laos, un país comunista con un régimen unipartidista desde la abolición de la monarquía en 1975, Suiza y otros socios europeos respaldan un programa de participación ciudadana que se prolongará hasta el año 2020.

“Para que el Gobierno lo aceptara, primero tuvimos que sentar las bases para el diálogo y generar confianza”, anota Michal Harari, directora del programa de gobernanza en Vientiane.

¿Cómo se genera confianza? Harari lo ilustra con un atlas de Laos en el que han trabajado también científicos de la Universidad de Berna.

“En estrecho diálogo con el Gobierno, desarrollamos formas de incrementar la participación ciudadana y fortalecer la sociedad civil”, destaca Harari, en cuyo equipo trabajan varios expertos birmanos.

A pesar de que el sureste asiático no es el terreno más fácil, la labor de Suiza en favor de la democracia está muy bien vista. “Es un compromiso recatado que requiere paciencia, pero es muy ambicioso”, según afirma la periodista tailandesa Theewaporn Kummetha tras una mesa redonda sobre el futuro de la democracia. Un evento organizado por la embajada de Suiza en Bangkok.

Desde el golpe de Estado hace cuatro años, los tailandeses siguen esperando que se convoquen las elecciones legislativas que les prometieron.

Taiwán, la gran esperanza

Suiza también ha sostenido conversaciones sobre la democracia en Taiwán, isla situada entre China, Japón y el archipiélago filipino.

Hace unos meses, hAel Parlamento taiwanés aprobó una ley destinada a fortalecer los derechos ciudadanos y las herramientas de la democracia directa, de las que se beneficiarán 23 millones de personas.

De hecho, ya se están recolectando firmas para diez iniciativas legislativas ciudadanas que abarcan todo un abanico de asuntos, desde el derecho laboral y el matrimonio homosexual hasta la energía nuclear. Y estas reivindicaciones vienen ‘de abajo’. “Resulta muy útil aprovechar el diálogo para atraer la atención sobre la larga experiencia de nuestro país en materia de iniciativas populares y referéndums”, dice Rolf Frei, embajador de Suiza Taiwán.   

Una cena en la residencia del embajador congregó recientemente, además de expertos y periodistas suizos, a promotores de iniciativas, parlamentarios y representantes del gobierno taiwanés: “Estoy convencido de que podemos aprender mucho los unos de los otros”, dijo Chen In-Chin, presidente de la autoridad electoral de Taiwán.

Ahora, el equipo de Chen no se ocupa solamente de cuestiones en torno a las listas electorales, sino también de la autentificación de firmas y el asesoramiento del comité de iniciativa. Exactamente lo mismo que hace la Cancillería Federal de Suiza en Berna.


Adaptación del alemán: Belén Couceiro

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