Derechos humanos a través del cine en Ginebra
El Festival de Cine y el Foro Internacional sobre Derechos Humanos abordan con la lente y el debate temas como la prostitución, la inmigración en El Ejido, España, o la Ley de Extranjería de Suiza.
Mientras el Consejo de DD.HH. de la ONU en Ginebra no consigue arrancar, en esa misma ciudad las organizaciones civiles alzan la voz y enfocan casos concretos.
“El Festival se realiza al tiempo que se reúnen a puerta cerrada los miembros del Consejo de Derechos Humanos en el Palacio de las Naciones. Una forma de decirles que en tanto siguan con dificultades para ponerse de acuerdo en su tarea de hacer respetar los derechos humanos, nosotros, las organizaciones civiles abordamos los casos y esperamos respuestas de los gobiernos”, indica Manon Schick, portavoz de Amnistía Internacional, sección Suiza.
Esta organización, junto con otras más, forma parte del comité de dirección del Festival de Cine y el Foro Internacional sobre Derechos Humanos (FIFDH) que se desarrolla actualmente en Ginebra.
“Con el Festival mostramos que en la misma ciudad de Ginebra nosotros también nos preocupamos del problema y que lo que se discute dentro del Palacio de las Naciones toca a todo el mundo.”
El fin de semana próximo será entregado el Gran Premio, ofrecido por las autoridades de Ginebra (10.000 francos), a alguno de los documentales que se presentan al público durante la manifestación.
Entre los tres miembros del jurado internacional que elegirán al ganador se encuentra el conocido pianista argentino Miguel Ángel Estrella, creador de ‘Música Esperanza’, una asociación cuyos objetivos son facilitar el acceso a la música de todas las personas y utilizarla como vehículo para defender la dignidad humana y el bienestar común.
Tras el filme, espacio a la palabra
Las múltiples caras de la inmigración parecieran una constante en los nueve días de Festival. Un ejemplo: ‘El Ejido, la ley del beneficio’ del realizador Jawad Rhalib (Bélgica, 2006) sobre la situación de explotación en los campos de cultivo en invernadero de la región desértica de Almería.
Allí, gente de Ecuador, Colombia, Lituania o Rumania y Rusia, se suma a los inmigrantes marroquíes y senegaleses que cosechan la verdura enviada a toda Europa. En invierno, de allí proviene un tercio de la fruta y la verdura consumida en el continente.
Se calcula que 80.000 inmigrantes trabajan en las 17.000 hectáreas de cultivo, la mayoría de ellos viviendo en condiciones inaceptables: una realización que muestra “una semiesclavitud que llena nuestros platos”, se lee en las críticas sobre el documental.
“Este tema también atañe a Suiza” dice Schick de AI Suiza, quien menciona también la presentación en el Festival del documental ‘Swiss Sans Papiers’ de Andreas Hoessli, para abordar la situación de los inmigrantes ilegales que tanto preocupa a organizaciones como AI tras la aprobación el año pasado por el electorado suizo de las leyes de asilo y extranjería.
“Una ley a nuestro parecer, muy restrictiva, porque va a violar los derechos de estas personas, pues corren el riesgo de ser detenidas y de encontrarse en una situación crítica si no presentan sus documentos de identidad o de viaje. Suiza no es ejemplar en este tema”, comenta Manon Schick.
Violencia contra la mujer
Cada día acuden al Festival un gran número de interesados en el vasto programa de actividades. La propia Manon Schick de AI asistió a la presentación del filme ‘Mutiladas, golpeadas, violadas – Mujeres en un mundo de inseguridad’ de Barbara Rady-Rupf (Suiza, 2007)
Los espectadores, unos cien estudiantes entre doce y quince años de una escuela de Ginebra, “quedaron impactados de ver el documental que en 45 minutos presenta cinco tipos de violencia contra la mujer: violencia doméstica en Suiza, mutilación genital en África, trata de blancas en el Este Europeo, abortos para dejar vivir sólo a los bebés masculinos en India, y violaciones de guerra.”
Siguiendo con el tema femenino, ‘Muerte de una puta’ de la española Harmonía Carmona es un documental sobre la más famosa de las prostitutas suizas: Grisélidis Réal.
La también escritora y una de las precursoras de los colectivos europeos más activos para la defensa de la regularización del trabajo sexual nació en Lausana. En Ginebra fundó la organización Aspasie y allí descansan sus restos desde 2005.
La cinta -producida en 2006 por Televisión Española S.A. y rodada en Suiza (Ginebra), Italia (Venecia y Trieste), Bélgica (Bruselas y Amberes) y España (Barcelona)-, es un viaje por la biografía de Réal y por la experiencia de otras mujeres que, como ella, abordan la prostitución sin atavíos y defienden sus derechos.
Un poco de lo mucho que en Ginebra se ve y se discute en el Festival de Cine y el Foro Internacional sobre Derechos Humanos, “una forma de interesar al público sobre temas que no son tan fáciles. Con la presentación de los filmes, la gente viene. Es un festival que atrae y cosecha mucho éxito al abordar los derechos humanos”, concluye Manon Schick de AI, Suiza.
swissinfo, Patricia Islas Züttel
El Quinto Festival de Cine y el Foro Internacional sobre Derechos Humanos (FIFDH) se desarrolla del 8 al 17 de marzo en la Maison des arts du Grütli, en Ginebra.
La noche del cierre se consagrará a la libertad de expresión con una exposición de siete caricaturistas de varias partes del mundo.
Veintiséis filmes están en competición para obtener el Gran Premio, ofrecido por el Estado de Ginebra, el Gran Premio de la Organización Mundial contra la tortura (OMCT) y el Premio del Jurado Juvenil.
El Comité de Dirección del Festival se compone de los responsables de la manifestación y de representantes de Human Rights Watch, de la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT), de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y la Universidad de Ginebra.
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