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Devaluación o tipo de cambio fijo frenaría a especuladores

Cada vez que el franco se aprecia un 10%, los empleos en Suiza se reducen un 2,5%, según estimaciones de la USS. Keystone

La Unión Sindical Suiza (USS) alerta que fortaleza actual del franco frente al euro (1,26 francos/euro) costará a Suiza 100.000 empleos. Y pide al banco central y al gobierno que actúen de inmediato.

Una nueva política cambiaria se posiciona como un nuevo tema a debate. Swatch, en voz de su director general Nick Hayek, afirma que devaluar el franco en 2011 frenaría en seco a los especuladores y daría un respiro a la industria.






















La incesante apreciación del franco frente al euro pasa ya una factura sobre la economía cotidiana de las empresas.

Stöcklin Logistik AG, compañía de logística basada en Basilea, pidió a sus empleados ‘fronterizos’ (de origen alemán y francés) aceptar una reducción salarial de un 6% en 2011.

El argumento: la apreciación del franco frente al euro se ha traducido para ellos en un incremento salarial real del 10% en 12 meses. El equivalente a disponer de unos 300 francos suizos adicionales cada mes.

Stöcklin Logistik es solo un botón de muestra y 120 trabajadores se encuentran en este caso.

Pero en Suiza, en 2010 existían un total de 70.000 trabajadores ‘fronterizos’ en las mismas circunstancias, según confirma a swissinfo.ch la Oficina Federal de Estadística (OFE).

Pedir a los empleados un ajuste salarial a la baja contradice el derecho laboral suizo y se considera una petición discriminatoria.

Sin embargo, el violento ajuste experimentado por la paridad cambiaria en 2010 pone en vilo a la mayoría de las empresas helvéticas, exportadoras o no.

100.000 empleos menos

La Unión Sindical Suiza (USS) lanzó esta semana (05.01.) una advertencia por tercera vez durante los últimos 12 veces, y en cada ocasión, sus cifras se ajustan al alza.

La especulación contra el franco suizo constituye un enorme peligro para la economía real helvética y en los albores de 2011, son un total de 100.000 empleos los que están en riesgo, denuncia Daniel Lampart.

El economista en jefe de este organismo pone por escrito en un estudio las cifras de su análisis: Cada vez que el franco suizo se aprecia un 10% con respecto al euro, Suiza experimenta una reducción del 2,5% de su plantilla laboral. Por el momento hablamos de unas 100.000 plazas, reitera.

En febrero pasado, la USS hablaba de 10.000 plazas, y en julio de 30.000 –con un tipo de cambio de 1,35 francos suizos por euro-, un dato que escala vertiginoso.

Tipo de cambio fijo

Desde la perspectiva de la USS, si bien el sector exportador es el primer afectado por un tipo de cambio sobrevaluado, también las empresas no exportadoras se encuentran en una situación de riesgo.

La especulación que auspician los grandes intermediarios financieros –incluidos aquellos de origen suizo como UBS, Credit Suisse o el Banco Cantonal de Zúrich- señala, debilita a la economía íntegra.

La USS hace énfasis entre el desfase que existe entre el sector financiero y la economía real conformada por las empresas.

Y Lampart cita un ejemplo concreto: las transacciones cambiarias que comprenden diariamente a la divisa helvética suman unos 40.000 millones de francos suizos; mientras el intercambio de bienes y servicios ligados al franco totalizan solo 1.000 millones de francos.

La especulación pues, destaca, se ha apoderado el mercado. Por ello, la USS enuncia la necesidad de que el banco central y el gobierno instrumenten en 2011 una política que estudie dos posibles medidas:

Un tipo de cambio fijo para las ramas exportadoras, que conviva con uno flotante para las operaciones financieras. Un mecanismo que ya utilizó Suiza en la década de los 70, para proteger a sus ramas textil, de la madera y la relojería. Y sugiere que una paridad exportadora de 1,50 francos por euro sería el nivel óptimo.

Introducir un ‘derecho de timbre’ sobre el comercio de divisas, que operaría como una suerte de impuesto o castigo financiero que desincentivaría a los especuladores.

Devaluar al franco

La USS no es la única que demanda decisiones radicales. En plena ebullición cambiaria, Swatch, líder del sector relojero suizo, coincide en esta necesidad.

En una entrevista con el dominical ‘Le Matin de Dimanche’ (02.12), Nick Hayek, director general de Grupo Swatch, denunció que no puede permitirse un franco suizo artificialmente revaluado en nombre de una lucha contra la inflación.

Cabe recordar que toda devaluación provoca inflación; razón por la que los bancos centrales del mundo prefieren la libre flotación. Una posición que no comparte Swatch.

Hayek reconoce que hoy el Banco Nacional Suizo (BNS) es más sensible a las necesidades de las empresas que hace dos o tres décadas.

Philipp Hildebrand, presidente del BNS, muestra su preocupación, afirmó, pero no podemos dejar solo al banco central en su lucha contra un franco excesivamente fuerte.

Y el empresario denuncia el doble juego que ejercen bancos como UBS o Credit Suisse, que hablan de lo mejor para el país, pero aceptan atraer fondos extranjeros ávidos de rendimientos altos y seguridad.

En su opinión, una devaluación del franco frenaría en seco a los especuladores. Consultado al respecto por swissinfo.ch, el BNS declinó ofrecer comentarios.

Su posición, no obstante, se conocerá en breve. Antes de fin de mes hará balance de sus cuentas al cierre de 2010, y tendrá que publicar el nivel de las pérdidas que han acumulado sus arcas en su intento por evitar la apreciación del franco.

Números rojos que los mercados cifran extraoficialmente alrededor de los 10.000 millones de francos suizos, tras un quinquenio de generosas ganancias.

El tipo de cambio representa el valor que una moneda tiene frente a otra de origen extranjero.

La política cambiaria es el conglomerado de reglas que dictan los bancos centrales dentro de los mercados de divisas.

La política de tipo de cambio fijo exige al banco central determinar una paridad determinada.

La política flotante (o flexible) permite que la oferta y la demanda fijen la paridad entre monedas.

La Unión Sindical Suiza (USS) agrupa a seis sindicatos que aglutinan, a su vez, a  380.000 empleados suizos.

Defiende los intereses de los trabajadores frente al Gobierno y el Parlamento.

Swatch es el primer grupo relojero de suizo y también el más importante del mundo.

Su marca faro lleva el mismo nombre y la que permitió rescatar al sector relojero helvético de la crisis hace tres décadas.

Algunas otras de sus marcas son Omega, Longiness, Tissot o Breguet.

Banco Nacional de Suiza (BNS), es el banco central, una sociedad anónima con poco más de un siglo de operaciones.

Se ocupa de regir la política monetaria de Suiza, de emitir la moneda y de velar por una inflación estable en el país.

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