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España tropieza de nuevo y necesita de Europa

Luis de Guindos, ministro de Economía, declaró que 2012 será un año difícil para la economía española. Keystone

Madrid atraviesa una nueva coyuntura de emergencia. Debe materializar el rescate de Bankia, el más ambicioso en su historia, y no tiene claro el apoyo del BCE y el FMI. Mala nueva en un momento en el que Grecia también se tambalea.

Los titulares de la prensa española han resumido con elocuencia la coyuntura de los últimos días:

“Bankia consume más fondos que todos los demás rescates juntos”; “El BCE afirma que España actúo de la peor manera posible”; “Sobrepasa todos los récords la salida de capitales de España” o “El futuro del euro se juega en España en las próximas semanas”.

Durante dos años, España ha vivido con la austeridad de un monje: recortes del gasto público -con énfasis en la educación y la salud- y de los salarios de los funcionarios; aumento del IVA a partir de 2013; y una reforma laboral que facilitará la contratación, pero también el despido.

Y cuando la economía parecía dar algunos pasos en firme, Bankia -el cuarto banco del sistema- irrumpió en escena (25.05) con el nuevo e inesperado anuncio de que necesita un rescate por 23.500 millones de euros. Cuatro veces lo estimado unos días antes y el más ambicioso de la historia del país. Desde ese día, Madrid tiembla nuevamente.

BCE, escéptico

“Creo que España necesitará ayuda del exterior. Concretamente, del Banco Central Europeo (BCE). No veo otra posibilidad”, señala a swissinfo.ch Boris Zürcher, economista jefe del instituto BAK Basel Economics.

Hasta el momento, el BCE se muestra escéptico y bastante crítico con respecto a España y el caso Bankia. El pasado jueves, el presidente del BCE, Mario Draghi, expresó ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara que de cara a las necesidades dramáticas de capitalización, los gobiernos y supervisores nacionales suele subestimar los problemas.

“Presentan una primera evaluación, luego una segunda, una tercera y una cuarta. Es la peor manera de hacer las cosas, porque al final todo mundo termina por hacer lo correcto, pero al costo más alto posible. Es mejor equivocarse por sobreestimar un problema, que por subestimarlo”, dijo.

Un golpe directo a Bankia. ¿Qué posibles salidas tiene España?

Pedir ayuda al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), cuya liquidez es de solo 5.000 millones de euros, aunque tiene capacidad para endeudarse hasta los 90.000 millones con la garantía del Estado, pero generando nuevos lastres para las finanzas públicas.

O solicitar apoyo al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que inicia operaciones el 1 de julio, sometiendo a Madrid a mayores exigencias de Bruselas.

Ambos mecanismos paraguas son útiles, en opinión de Boris Zürcher, pero posiblemente insuficientes en este caso. “Se requerirá una solución especial. Los países europeos tendrían que reunirse en breve y determinar un paquete de ayuda para España que vaya más allá de las herramientas ya existentes”.

Según el experto de BAK Basel Economics, dada el tamaño del banco, Bankia es un problema de la economía española y tiene un impacto directo sobre la eurozona.

Las fugas bancarias

En España crece la inquietud de que se produzca una fuga de capitales. Un fenómeno que Suiza conoció en el último trimestre de 2008, cuando un volumen importante de fondos abandonó los bancos UBS y Credit Suisse.

Datos del Banco de España confirman que el país hila ya nueve meses en los que los inversores nacionales y extranjeros retiran sus activos del sistema financiero ibérico. Y el fenómeno va en ascenso. En julio de 2011, dichas salidas sumaron 4.800 millones de euros; en abril pasado, alcanzaron los 31.441 millones.

Boris Zürcher considera que la situación aún no es inquietante para España. “No hemos visto fugas en los bancos. Los clientes no aguardan delante de las ventanillas para retirar su dinero. Esto es positivo. Y nadie piensa, por ejemplo, que España va abandonar el euro”.

Donde sí crecen las posibilidades de abandonar el euro es en Atenas.  Y el futuro de Grecia, que celebra elecciones generales el 17 de junio, preocupa a España y al resto de la zona euro.

Jan-Egbert Sturm, director del Instituto de Investigación Aplicada de Zúrich (KOF), afirma que, “de abandonar la zona euro, Grecia podría detonar, efectivamente, una fuga de capitales de los países europeos en crisis hacia regiones del mundo consideradas como estables”.

“Los capitales entrarían en pánico, huirían y más de un gobierno se vería forzado a tomar el control de su sector bancario y a limitar los flujos de capital”, señala a swissinfo.ch.

Ésta sería, no obstante, una situación extrema, destaca Sturm, “y dado que los mercados suelen estar muy bien informados, es una hipótesis que no tendría por qué presentarse forzosamente, y que esperamos que no suceda”.

Dos o tres años más

El futuro de Bankia y de España está en el aire. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en voz de su directora gerente, Christine Lagarde, confirmó el pasado viernes que no analiza ningún rescate para este país.

Sin embargo, también hay elementos positivos. “España ha tenido que aprender de sus errores”, anota Roberto Ruíz Scholtes, jefe de estrategia de Wealth Management en UBS España, “pero hoy posee un entramado institucional más potente”.

El experto hace referencia a estructuras como la llamada troika –integrada por el Consejo Europeo, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) –, que facilitará la actuación preventiva de los gobiernos y el soporte financiero para las economías en caso de problemas.

“Todo parece ir lento y se tiene la impresión de que las decisiones siempre se toman después de las necesidades del mercado. Pero la historia demostrará que el proceso ha sido el correcto”, puntualiza a swissinfo.ch.

“Los gobiernos tienen cada vez más herramientas para actuar preventivamente y un soporte coordinado con el FMI. Está claro que los reguladores deberán ser cada vez más estrictos y no solo intentar corregir los errores, sino prevenirlos”.

De aquí en adelante, las instituciones endémicamente relevantes tendrán que asumir que deberán estar sobrerreguladas, sostiene Ruiz Scholtes. Los pasos que se dan van en el sentido correcto y, en su opinión, los resultados sostenidos se verán dentro de dos o tres años.

El Banco Central Europeo (BCE) informó de que entre marzo y abril de 2012 los depósitos de residentes y no residentes se redujeron en España en 31.441 millones de euros, para sumar 1,624 billones de euros. Se trata de una reducción del 1,9% que no refleja fugas de pánico, pero que es la más elevada en dos años.

España vive un círculo vicioso: necesita 23.500 millones de euros para rescatar a Bankia. Este anuncio catapultó las tasas de interés que Madrid debe pagar para financiarse (bonos a 10 años), que actualmente superan el 6%, mucho más cerca del 7% que se exige a Grecia, que del 1,4% que paga Alemania por sus fondos.

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, dimitió sorpresivamente el pasado martes. Su partida, que se hará efectiva el 10 de junio, llega en un momento poco propicio para el país y resulta de enfrentamientos entre el banco central y el actual gobierno.

Felipe González, quien presidiera el Gobierno entre 1982 y 1996, calificó la situación actual de España como “de total emergencia y como la peor crisis jamás imaginada”.

Diciembre de 2011. El entrante presidente del gobierno conservador, Mariano Rajoy, anuncia un paquete de austeridad que incluye un repunte equivalente a 7.900 millones de euros y un recorte al gasto por 11.500 millones.

Enero de 2012. La agencia Standard & Poor’s retrocede dos escalones la calificación de la deuda española, aumentando con ello el costo que debe pagar el país si toma financiación

Marzo de 2012. Rajoy anuncia que España no podría cumplir con la meta de déficit público que se había fijado para este año, pero renueva su compromiso de austeridad.

Mayo de 2012. El gobierno de España confirma la nacionalización de Bankia, el cuarto banco más importante del país nacido de la fusión de siete cajas de ahorro. El apoyo que requiere la entidad se cifra en 4.650 millones de euros. Dos semanas después, se anuncia que se necesitan 19.000 millones de euros adicionales para su rescate.

A finales de 2008, UBS y Credit Suisse enfrentaron temores de quiebra. Cada uno encontró una estrategia para salir de la crisis. El primero, con apoyo del Gobierno suizo; el segundo con la ayuda de inversores extranjeros.

Los clientes de los dos bancos manifestaron nerviosismo. El Ministerio suizo de Finanzas sometió al Parlamento una iniciativa para aumentar de 30.000 a 100.000 francos suizos el monto de los depósitos 100% garantizados por el Estado en caso de la quiebra de un banco.

La decisión generó un efecto positivo en el ánimo de los inversores. Muchos abandonaron de todas formas las dos entidades, pero para invertir sus fondos en bancos medianos y pequeños también de origen suizo.

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