El futuro climático de un vistazo

Cuanto más intenso el rojo, más fuerte el cambio climático: uno de los mapas de Michèle Bättig (Geophysical Research Letters)

Para tener una idea de cuánto habrá cambiado el clima a fines de este siglo, basta con echar una ojeada a los mapas climáticos de Michèle Bättig, investigadora del Politécnico de Zúrich.

Además de fáciles de leer, los mapas son fruto de un trabajo innovador sobre los datos climáticos complejos, un trabajo que interesa no sólo al mundo científico, sino también a los políticos.

En pleno mes de enero sorprendía mirar por la ventana y ver florecer las margaritas en los jardines en estas latitudes. No es casual que este invierno se hayan registrado temperaturas récord. Pues quienes lleguen a fines del siglo tendrán que acostumbrarse a esta realidad.

Entre los años 2071 y 2100, indica uno de los mapas de Michèle Bättig, al menos uno de cada dos inviernos en Suiza será extremadamente caluroso como el actual.

Extremos

Es justamente sobre los valores extremos que la joven investigadora de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ) construyó sus mapas, publicados en la edición de enero de la revista ‘Geophysical Research Letters’.

Además del número de inviernos (diciembre, enero, febrero), Michèle Bättig calculó cuántos veranos (junio, julio, agosto) y años serán extremadamente calurosos, secos o lluviosos. Con estos indicadores elaboró un índice global que ilustra la amplitud del cambio climático cuadrado por cuadrado de la Tierra y, en un segundo mapa, país por país.

Es la primera vez que se establece un índice comparativo no sólo de las temperaturas y precipitaciones medias, sino de los extremos. Michèle Bättig explica a swissinfo que la idea se le ocurrió al iniciar su tesis de doctorado. “Buscaba algo similar, pero no encontré nada. Entonces me dije: lo hago yo'”.

El resultado es un mapa que muestra de qué manera el calentamiento global se combinará con las variaciones climáticas naturales. Un enfoque que ha gustado a los expertos. Entrevistado por el ‘New Scientist’ – que dedicó un artículo a los mapas de Michèle Bättig – Tom Downing, director del Instituto Ambiental de Estocolmo y autor de ‘El Atlas del Cambio Climático’, afirma que el trabajo de la investigadora suiza ayuda a “centrar el debate en los grandes acontecimientos que son los que deben preocuparnos”.

Idea colorada y seductora

“En mi trabajo no me centro en las consecuencias del cambio climático, aunque mis mapas pueden servir de base para esta discusión”. En efecto, los mapas de la investigadora muestran sólo cuán fuerte será el cambio climático, dónde lloverá más, dónde hará más calor, dónde se registrará una gran sequía.

Es el instrumento que necesitan los expertos y políticos para prever y atenuar las consecuencias del cambio climático. En Europa, por ejemplo, se podrían estudiar los efectos que tienen sobre la salud de las personas y sobre la agricultura los veranos cuniculares, como el del año 2003, y que a fines de este siglo serán la norma.

Ante tal perspectiva, no es difícil comprender por qué la idea de Michèle Bättig ha acaparado la atención de los especialistas. Ya en la Conferencia sobre el Clima de Montreal, en 2005, la investigadora presentó una primera versión de sus mapas a los diversos representantes del mundo político que la animaron a proseguir su trabajo. “Los mapas son muy coloridos y se entienden de inmediato. Creo que esto, junto con el tema, que es candente, también ha contribuido a su éxito.”

Trópico y Ártico

Simplicidad para los políticos y el gran público, metodología interesante para los expertos: Michèle Bättig ha conseguido matar dos pájaros de un tiro. Pero, ¿qué nos revelan los mapas? “El principal dato es que el clima cambiará más marcadamente en las regiones tropicales y en el alto del hemisferio boreal”, explica la investigadora.

Obviamente, existe un margen de error, como en las previsiones del tiempo, pero incluso si “los números resultaran imprecisos, la tendencia, las grandes líneas, son fiables”, sostiene Michèle Bättig.

El mapa de las grandes líneas, en lo que se refiere a las temperaturas, es de un profundo e inquietante rojo que se extiende por todo el globo. 19 de cada 20 años serán al menos tan calurosos como el año más caluroso del periodo de referencia (1961-1990). ¡Preparémonos!

swissinfo, Doris Lucini
(Traducción del italiano: Belén Couceiro)

Modelos climáticos

Para hacer sus previsiones los climatólogos se basan en datos de referencia. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha definido un periodo de 30 años como periodo indicativo para el clima. Muchos de los modelos climáticos modernos tienen como periodo de referencia los años de 1961 a 1990.

En este periodo Michèle Bättig buscó el año, el invierno y el verano más caluroso, de mayor sequía y más lluvioso.

Utilizó tres modelos climáticos diferentes para calcular con qué frecuencia se producirán estos sucesos entre 2071 y 2100, un periodo al que también hacen referencia los climatólogos.

Los indicadores se calcularon en cuadrados de 375 kilómetros de lado. Un segundo mapa ilustra la evolución del cambio climático por países.

Preocupaciones climáticas

El clima se ha convertido en un tema candente de la agenda política internacional. Centró los debates, por ejemplo, en Nairobi, en el Foro Económico Mundial de Davos y en la conferencia mundial sobre el clima de París.

El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), presentado en París, confirma los temores de la mayoría: de aquí a finales de siglo la temperatura media aumentará entre 1,8 y 4 grados; el nivel de los mares crecerá entre 18 y 54 centímetros; y no se excluyen valores incluso superiores.

Los expertos del IPCC estiman que existe un 90% de posibilidades de que los niveles de dióxido de carbono y el calentamiento global no vuelvan a la variación media de los últimos 650.000 años. Las causas del incremento se deben a las emisiones de gases con efecto invernadero provocadas por la actividad humana.