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México: Impugnan desde Suiza triunfo del PRI

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato de la izquierda a la Presidencia de México, anunció para la próxima semana el lanzamiento de un Plan Nacional para la Defensa de la Democracia y Dignidad de México. Reuters

Al denunciar irregularidades en las votaciones que hicieron de Enrique Peña Nieto el presidente electo del país, la izquierda mexicana solicitó la anulación de los comicios. Esa medida desacredita al candidato del PRI… “¡Peña Nieto se desacreditó solo, con Atenco!”.

La reacción de Philippe Gerber, coordinador de los proyectos en México de Médico Internacional Suiza (MIS), es contundente y alude a la represión de una protesta social que dejó en Atenco (Estado de México) un saldo de dos civiles muertos, 200 detenidos, decenas de torturados y 24 mujeres agredidas sexualmente por policías. Eso fue en mayo de 2006, cuando el polémico presidente electo gobernaba la entidad.

“El apoyo a un candidato responsable de violaciones a los derechos humanos, y que ahora es prácticamente el presidente, muestra que en la agenda de la política nacional no hay cabida para los derechos humanos”, acusa Sara Mendez.

La representante del Comité de Defensa Integral de los Derechos Humanos (Código DH), coparte de MIS, recuerda que durante una visita a la Universidad Iberoamericana los estudiantes interpelaron a Peña Nieto sobre los hechos de Atenco y que de ahí surgió el movimiento “Soy 132”, de rechazo al candidato del PRI, pero apartidista, y que reivindica justicia y democracia.

Según los resultados oficiales, Peña Nieto ganó la Presidencia de México con 38.21% de los votos, mientras que López Obrador obtuvo 31.59% y la candidata del derechista Partido Acción Nacional, Josefina Mota, 25.41%.

La izquierda denunció irregularidades en el proceso electoral, incluido el uso de fondos públicos para la compra de votos, la coacción de electores y el empleo abusivo de los espacios televisivos para la promoción de Peña Nieto.

López Obrador, candidato de la coalición Movimiento Progresista, pidió el recuento de los votos y luego de que esa medida no modificara las cosas, la anulación de los comicios. Miles de ciudadanos lo apoyan, incluidos, por supuesto, los estudiantes.

La apuesta del PRD

“Da mucho coraje y los jóvenes lo han expresado. Es la primera vez que votan y les roban la elección. Entonces creo que muestra mucho el sentir juvenil en este momento en el país, pero no es exclusivo de los jóvenes. Hay un sentimiento generalizado contra el PRI, aunque gane las elecciones”, acota Sara Mendez.

En Suiza, por ejemplo, residentes mexicanos se han movilizado también y, entre otras acciones, enviaron una carta al Gobierno de la Confederación en la que dan cuenta de las irregularidades en los comicios y le piden se abstenga de reconocer a Enrique Peña Nieto como presidente electo.

El Tribunal Electoral mexicano tiene hasta el 6 de septiembre para pronunciarse sobre la solicitud de anulación de las elecciones. Mientras tanto, López Obrador anunció un “Plan Nacional para la Defensa de la Democracia y la Dignidad de México”.

Es la segunda vez que AMLO se postula como candidato a presidente (en 2006 la primera) y la tercera en que la coalición de izquierda queda en segundo lugar en comicios ensombrecidos por acusaciones de fraude. En 1988, Cuauhtémoc Cárdenas “perdió” ante Carlos Salinas de Gortari merced, entre otras argucias, a una providencial caída del sistema informático.  

Luego de siete décadas de gobierno del Partido Revolucionario Institucional, los electores mexicanos apostaron a la derecha. Sin embargo, 12 años y 50 mil muertos después, Acción Nacional no tenía ninguna posibilidad de seguir en Los Pinos. Para Jüerg Roggenbauch, de la Universidad de San Gall, el PRD tenía la oportunidad de una clara victoria con la nominación de Marcelo Ebrard.

El alcalde de la Ciudad de México, en opinión del periodista suizo, “es el político pragmático, bastante alejado de las ideologías, que según yo, necesita México”. Ebrard, añade, podría construir los consensos necesarios en la política manteniendo la estabilidad macroeconómica y uniendo a la sociedad, una de las prioridades para el país.

Urge pacto social

“El reto para el próximo presidente de México es el de unir la política y los sectores económicos y sociales detrás de proyectos comunes para el bien de México”, destaca el especialista.

Y esas estrategias deben responder a los problemas de la pobreza y la seguridad con una visión diferente a la del modelo neoliberal. Carolina Contreras, también de la Universidad de San Gall y especialista en agricultura orgánica, denuncia la entrega del campo mexicano a empresas trasnacionales, lo que empobrece aún más a la población y pone en riesgo la soberanía nacional.

Señala que la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) significó un grave deterioro para el agro y ha tenido repercusiones tales como la necesidad de importar granos básicos, como el maíz, peor aún, el que llega es transgénico.

Para la experta, es impostergable revisar el TLCAN, regresar los apoyos al campo y controlar las operaciones de las empresas trasnacionales.

Legalizar drogas y combatir la pobreza

Con más de 50 millones de mexicanos (casi la mitad de la población) en situación de pobreza, la resolución del problema de la violencia se antoja aún más difícil: Miles de personas encuentran empleo en las filas de la delincuencia.

“Para un joven, trabajar en una empresa le representará un ingreso X mientras que implicarse en el narcotráfico puede ofrecerle muchísimo más dinero, esto hace que se vayan generando estas bandas que luego intentan tomar control del mercado y muchas veces, a través de la violencia”, precisa el Doctor en Criminología, Marcelo Aebi.

El especialista analiza el problema del narcotráfico en términos de mercado. En principio, las políticas económicas de los países latinoamericanos que no favorecen los cultivos tradicionales y las de los países occidentales que tienen muchas barreras proteccionistas para las exportaciones de esos productos. Por otra parte, la existencia de un mercado que requiere droga, otro que la produce y el paso entre uno y otro.

Aunque advierte que será un proceso largo y complicado, el catedrático de la Universidad de Lausana considera que la solución al problema del narcotráfico estará, por una parte, en la legalización paulatina de las drogas para lograr el control del mercado, y , por otro lado, en el mejoramiento de las condiciones económicas de la población.

Mientras tanto, ¿fue una buena decisión sacar el ejército a las calles?

“Los ejércitos latinoamericanos tienen una tradición muy larga de excesos y no es su función básica dedicarse a perseguir el tráfico de drogas. Puedo entender que en una situación de emergencia tal vez se pueda recurrir a ellos, pero no debería ser el objetivo principal”, subraya Marcelo Aebi.

Refiere que en México son asesinados muchísimos policías, con lo que es difícil reclutar nuevos elementos y que entonces podría entenderse el empleo del ejército. Sin embargo, agrega, “tampoco veo la solución de esta manera porque será una lucha sin cuartel entre el ejército y los narcotraficantes y estos es como una carrera armamentista. Cada vez los grupos se irán armando más y de hecho vemos una escalada del nivel de violencia muy, muy importante”.

Los jóvenes, la esperanza

Pobreza, violencia, violaciones de derechos humanos, los desafíos para el nuevo presidente son enormes en un contexto que Philipp Gerber caracteriza de guerra y ruptura del tejido social, amén de un cansancio respecto a las viejas guardias políticas en el que coinciden Jüerg Roggenbauch y Marcelo Aebi.

En México, como en otros países de América Latina y como en muchos de Europa, la impresión que tengo es de un cierto hartazgo de los políticos, refiere el abogado de la UNIL.

“Es lo que gritaban los argentinos hace 10 años. ‘¡Que se vayan todos!’ y todos no pueden irse…Me parece que la solución debería venir del lado de los jóvenes que creen partidos nuevos, que no deban favores, que estén “puros” y con ganas de mejorar la situación y no únicamente tener cierto poder político o económico”.

Defensores de Derechos Humanos de Médico Internacional Suiza y su coparte, Código DH, Philipp Gerber y Sara Mendez, informaron sobre la situación en México en conferencias públicas en Zúrich y Berna.

Denunciaron:  

México es un país en guerra contra el narco, con una militarización muy fuerte y donde la presencia del ejército en las calles es algo cotidiano.

La lucha contra el narcotráfico ha sido un excelente pretexto para criminalizar y reprimir las protestas sociales.

México posee una buena legislación para la defensa de los derechos humanos pero no se aplica. Persisten los asesinatos, la tortura y la impunidad.

Continúan las políticas neoliberales en el modelo de desarrollo impulsadas por los intereses de grandes empresas en los sectores energéticos.

La paraestatal mexicana del petróleo, PEMEX está en la mira de esos intereses privados.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social

(Coneval/2011)

El número de personas en situación de pobreza en México subió de 48.8 millones a 52 millones entre 2008 y 2010, lo que significa que el 46.2% de la población se encuentra en esa situación, contra el 44.5% de 2008.

La pobreza extrema, la que tiene tres o más carencias sociales, pasó de 10.6% a 10.4% de la población total, con lo que se mantiene en el nivel de 11.7 millones de personas; mientras que el número de personas vulnerables por ingreso pasó de 4.9 millones en 2008 a 6.5 millones en 2010.

El estudio del Coneva destacó que 28 millones de personas tienen carencia por acceso a alimentación, lo que representa un aumento de 4.2 millones en el periodo en cuestión.

Marcelo Aebi, Dr. en Criminología de la UNIL, considera:

El sistema económico internacional favorece el incremento del narcotráfico: los países emergentes no estimulan los cultivos tradicionales y éstos enfrentan las barreras comerciales de Occidente.

El esquema de La Prohibición de los años 20 y 30 se repite con el narcotráfico: la delincuencia organizada abastece un mercado ilegal.

La solución sería lograr un control del mercado con la legalización de las drogas pero ese será un proceso complejo y a largo plazo.

No es función del ejército combatir al narco, además de que en Latinoamérica los ejércitos tienen una larga tradición de excesos.

Sin embargo, es difícil reclutar policías: sus salarios son bajos y corren enormes riesgos. Miles de entre ellos son asesinados.

El reto sería preparar mejor a los policías. Se requiere más calidad que cantidad.

Las difíciles condiciones económicas de buena parte de la población favorecen el reclutamiento por parte del narcotráfico.

Un desarrollo económico fuerte o positivo podría ser una alternativa, la mayoría de las personas prefieren trabajar en una ocupación legal y llevar una vida más o menos ordenada.

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