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En el corazón de la política suiza

Los suizos hispanohablantes hacen una pausa en una de las salas del Palacio Federal. swissinfo.ch

El sistema político helvético sorprende a los niños suizos en el extranjero que visitan cada año el Palacio Federal en Berna.

Muchos de ellos escuchan hablar por primera vez sobre democracia directa, consenso y concordancia, y nada menos que de labios de quien ejerce la presidencia rotativa del Consejo Federal, el Gobierno suizo.

En esta oportunidad los recibió la presidenta de Suiza, Micheline Calmy-Rey, quien les dio la bienvenida y dialogó con ellos, en alemán, francés y sobre todo inglés.

Los 36 niños que se congregaron en el Palacio Federal, sede del Gobierno y Parlamento suizos, vinieron de todas partes del mundo, de la vecina Italia como de las lejanas China y Argentina, invitados por la Fundación para Jóvenes Suizos en el Extranjero (SJAS), que este año celebra su 90° aniversario.

Este grupo estuvo en St. Cergue (cantón Vaud), en uno de los 8 campamentos de verano organizados este año. “Son niños que están en Suiza entre el 11 y el 25 de agosto. Por ello tuvieron la suerte de visitar el Palacio Federal”, dice Simone Riner, directora de la Fundación.

Simon Küchler, presidente de AJAS, agradeció a Calmy-Rey por el recibimiento, en los tres idiomas nacionales y en inglés, y le deseó éxitos en su cargo. Esta vez los periodistas fueron invitados a abandonar la sala y no pudieron acceder al diálogo entre la presidenta y sus pequeños interlocutores.

Tras la reunión, swissinfo ‘convocó’ a los niños hispanohablantes y se presentaron 7. Cuatro son de Argentina: los hermanos Augustina, Guillermo, Josefina y Teresita Zancaner; dos – Martin y Mónica Sedó – son españoles y Naima Guevara Rodríguez, una adolescente con pasaporte suizo y colombiano, vive en España.

Suiza, una democracia distinta

Algo frustrados porque ninguno de ellos habla alemán o francés, contaron lo que habían entendido en inglés y sus impresiones de la presidenta Calmy-Rey. “En este encuentro aprendí bastante, me enteré que Suiza tiene un gobierno democrático distinto a los demás y que no quiere pertenecer a la Unión Europea”, afirma Josefina, de 14 años.

“Es una persona muy simpática”, dice de la presidenta. “Hace 4 años participé en otro campamento de AJAS en la parte alemana de Suiza y entonces también vine al encuentro en el Palacio Federal. Hablamos con un señor muy alto, pero no recuerdo su nombre”, agrega.

Después de estas visitas, esta adolescente asegura sentirse más atraída por Suiza. “Conozco mejor al país, a su gente amable. Todo es muy limpio y organizado. Me siento cómoda aquí, en el primer mundo, pero también me alegro de volver a Buenos Aires con mis tres hermanos”.

Uno de ellos, Guillermo, de 11 años, señala que aprendió “más cosas sobre mi país” y que espera regresar para “tener encuentros con otros presidentes, para saber si piensan lo mismo (que Calmy-Rey)”.

Se proponen aprender alemán

Los hermanos Zancaner saben que sus raíces suizas vienen por su abuelo paterno, que partió de Winterthur y llegó a Argentina a los 19 años.

“Ahora tengo ganas de aprender alemán para entender mejor en un próximo encuentro”, declara Agustina, de 13 años.

La menor de los Zancaner, Teresita, de 9 años, no se sorprendió de la política, pero sí de una respuesta de la presidenta federal. “Dijo que no le gustan los deportes”.

Su hermana Augustina le replica: “Pero quiere hacer lo mejor por Suiza. En Argentina sería imposible tener un encuentro así. Ambos países son diferentes. Suiza es muy organizada, cuando la gente hace algo, piensa en el bien común”.

Naima Guevara Rodríguez, de 13 años, entendió “más o menos” el diálogo con Calmy Rey, gracias a lo que recuerda de sus clases de francés y alemán durante 3 años en el Colegio Suizo de Madrid.

“Me ha sorprendido cómo pueden llevar adelante un país 7 personas (los consejeros federales), a pesar de sus diferentes opiniones. Para mí sería muy complicado”.

“Sólo dos mujeres entre cinco hombres”

Además le llamó la atención de la presencia de “sólo 2 mujeres” entre 5 hombres” (en el Consejo Federal). “También me sorprendió que a la presidenta no le gusten los deportes. A mí me gusta el fútbol – soy hincha del Barcelona – y el tenis, admiro a Roger Federer”.

Naima nació en Ginebra. Su padre es colombiano y su madre “mitad suiza, mitad argentina. Ella quería conocer el mundo. Vino a Suiza porque se enamoró de un chico suizo, se casó con él y se divorció. Después conoció a mi padre, en la estación de trenes de Ginebra, se casó con él y tuvo dos hijos, yo y mi hermano Samuel”.

Entonces tienes “un cuarto de suiza”, le comentamos. “Sí, pero yo me siento 100% suiza y estoy orgullosa de mi país. Valoro mucho el respeto entre la gente y la limpieza. En España, en Colombia, en Argentina, las calles están sucias, aquí no”.

Martin Sedó vive en Barcelona y es suizo por su abuela paterna. “Suiza es el país más avanzado del mundo en civismo, es como un paraíso”, dice este adolescente. “La gente se respeta, las calles están limpias y aún en grandes ciudades hay árboles y parques”.

Del encuentro, lo que más le impresionó “fue la señora presidenta, que está muy segura de lo que dice. Pienso que no es muy fácil que siete miembros lleven adelante un gobierno y que, sin embargo, lleguen a puntos comunes”.

¿Qué medidas va a tomar para mejorar Suiza y con qué presidente de la UE se lleva mejor?, fueron las preguntas que Martín formuló a Calmy-Rey.

“Me respondió que había muchas cosas que hacer, que ella daría lo máximo de sí y que con todos los presidentes de la UE se lleva bien, que no puede decir que alguno le caiga mal”.

La gran ‘decepción’: “La presidenta no hace deporte”

También la ‘gran decepción’ de Martín fue saber que Calmy Rey no hace deporte. “Soy muy deportista y cuando veo tenis voy por Nadal, pero Federer es mejor”.

Su hermana Mónica, de 10 años, estuvo contenta porque la presidenta respondió a todas las preguntas. Dice que regresa “triste y contenta” a Barcelona, a donde se lleva las bellas imágenes de las montañas suizas.

Anthony Rüegg no pudo contener su curiosidad y se acercó a los hispanohablantes. No quiso opinar, pero sí su hermana Anuschka, de 13 años. Estos hermanos son suizo-chinos y estudian en el Colegio Alemán de Pekín.

En la capital china viven con sus abuelos maternos. Su madre es directora de teatro. “Para mí Suiza siempre está presente, representa la mitad de mí, a mi padre (ya fallecido), a los cuatro primos que tenemos en este país”, expresa Anuschka con tristeza.

Los Rüegg vienen a Suiza cada dos años, “a respirar aire puro, porque en Pekín hay demasiada contaminación, a tratar con gente amable, a viajar en un transporte fluido, y sobre todo a observar las montañas, que se ven de todas partes”.

Las entrevistas con los hispanos terminan. En eso se presenta Xenia Marchesini, una niña que viene de Italia y habla español. “¿Usted viene de Perú?, pregunta. “Mi madre, Cristina Piazza, es suizo-peruana”.

Xenia quiere conversar, pero el jefe del grupo dice que deben partir, que hay un programa que cumplir.

swissinfo, Rosa Amelia Fierro

Los campamentos de AJAS se realizan desde hace 90 años, en invierno y en verano.

La visita al Palacio Federal de un grupo de niños que participan en estos campamentos se ha vuelto también una tradición desde hace 30 años.

Objetivo de esta visita es que los niños suizos en el extranjero también estén familiarizados y en contacto con el sistema político suizo.

Los campamentos de AJAS dan la posibilidad a los niños de la Quinta Suiza de visitar la patria de sus antepasados, conocer sus raíces, de (re)descubrir o afianzar su identidad suiza.

Si la familia de un niño suizo en el extranjero no puede financiar el viaje, es apoyado con fondos de la Fundación.

Para ello dispone de un presupuesto de medio millón de francos, que provienen de 22 comités cantonales, donaciones y contribuciones federales.

En 2007, 310 niños participan en los 8 campamentos de verano que comienzan en julio y finalizan en agosto. Al campamento del invierno pasado asistieron 100 niños.

Los campamentos tuvieron lugar en Scuol y Bergün (Los Grisones), Stoos (Schwyz), Dangio-Torre (Tesino), Prêles (2) y Wengen (Berna) y St-Cergue (Vaud).

AJAS invita anualmente a Suiza alrededor de 300 niños. Este año, en su aniversario 90°, invitó a 400 niños.

La mayoría viene de países europeos, luego de América, África, Asia y países árabes y finalmente Oceanía.

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