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Formación dual y confianza en jóvenes aprendices

Ruag, empresa suiza especialista en armamento, emplea a buen número de aprendices. en particular en su división espacial. Reuters

¿Debe permitirse a los adolescentes usar maquinarias de punta y trabajar desde temprana edad? Estas son algunas de las preguntas que deben responder países como Estados Unidos o Bulgaria cuando piden a Suiza que les asesore en materia de formación profesional.

“Actualmente, estoy trabajando con una máquina desmotadora de algodón que corta los extremos sucios y las partes demasiado cortas (e inservibles) de este”, dice Maddy Pierce, una aprendiz de Rieter Machines Works de Suiza. Desplegados ante ella se pueden ver complejos esquemas y piezas de maquinaria.

Con solo 16 años, Pierce es parte del equipo manufacturero de Rieter. La joven trabaja diariamente en la producción de los artículos que la firma envía a sus clientes. Tras cuatro años de aprendizaje, recibirá un diploma como ingeniera mecánica.

Suiza es el único país que tiene una trayectoria de más de 130 años en formación profesional. Por ello, para muchas pymes, incluir en la producción de sus fábricas a aprendices adolescentes -como Maddy- es el pan de cada día.

Maddie Pierce, de 16 años, es aprendiz en la empresa Rieter Machine Works. swissinfo.ch

Pero las cosas son distintas en otras naciones que intentan adaptar elementos extraídos del esquema suizo y no siempre es fácil empatar las necesidades del sector productivo con lo que dictan las leyes vigentes. En Bulgaria, por ejemplo, país que actualmente recibe fondos y asesoría de Suiza para operar un sistema de formación profesional, existe inquietud sobre si la inclusión de adolescentes aprendices en las fábricas viola la legislación internacional del trabajo.

“De acuerdo con los convenios internacionales sobre normas laborales (de la Organización Internacional del Trabajo) firmados por Bulgaria, los menores de 16 años no deben trabajar jornadas completas”, explica Petia Evtimova, responsable del nuevo sistema de formación dual en esta nación de Europa del Este.

Bulgaria tuvo que encontrar pues una solución para que sus jóvenes pudieran comenzar este tipo de capacitación sin que se violaran leyes internacionales.

“Hasta los 15 años de edad, los estudiantes pasarán exclusivamente un día a la semana en las empresas, pero sin dedicarse realmente a trabajar, se ocuparán de familiarizarse con los materiales y con las normas de seguridad. Una vez que cumplan 16 años, ya podrán recibir un contrato y pasar tres días por semana en la fábrica”, explica Evtimova.

Otro tema que suscita controversia es la política de vacaciones de los aprendices. Los trabajadores de la empresa tienen derecho a 20 días de asueto cada año, pero las vacaciones escolares son mucho más largas, lo que ha llevado a muchos aprendices a cuestionar los términos de su contrato laboral. Un problema que Evtimova está convencida que se resolverá antes de que inicien formalmente las clases este mes de septiembre.

A un océano de distancia, Estados Unidos también está cada vez más interesado en la formación dual y destina cientos de millones de dólares a subvencionar este tipo de capacitación. Chris Lu, secretario Adjunto del Departamento del Trabajo de EEUU, destacó recientemente que entre 2014 y 2016 se crearon 80 000 plazas de formación dual en la nación norteamericana.

Por su parte, Suzi LeVine, embajadora de Estados Unidos en Suiza, dice a swissinfo.ch que Colorado es el estado que está liderando los esfuerzos para que la formación profesional gane terreno y se allanen los obstáculos que está encontrando a su paso.

Destaca que Colorado aprobó recientemente una ley que ayudará a remover las piedras legales que complican la puesta en marcha de este tipo de aprendizajes, especialmente en rubros como el trabajo infantil, que podría impedir que el estado imparta formación profesional a jóvenes de 15 años de edad.

Aunque las leyes estadounidenses vigentes para la educación básica y media de los niños y adolescentes son distintas a las de Suiza, pero en opinión de LeVine, Colorado está haciendo todo lo necesario para que se abracen los ideales y principales conceptos de la formación dual y para que los estudiantes se familiaricen con este esquema desde temprana edad.

Las empresas son la clave

Crear el entorno legal adecuado es fundamental, pero se necesita más. La verdadera clave para que la formación dual funcione son las empresas, dice LeVine. Es vital encontrar firmas dispuestas a dar acceso a los adolescentes a información sensible y a equipos costosos.

En EEUU, las primeras empresas que se han sumado a esta aventura tienen su sede en Suiza, Alemania o Austria, porque son países en donde la formación profesional opera con éxito desde hace muchos años. LeVine destaca que la aseguradora Zurich, la manufacturera Daetwyler y la tecnológica Bühler han sido las primeras compañías suizas en participar.

Zurich puso en marcha en Chicago la primera formación dual en el ámbito de los seguros a principios del 2016. Daetwyler, por su parte, lanzó un programa de este tipo en Carolina del Norte, donde se halla su sede; y Bühler hizo lo propio en Minneapolis.

Por otra parte, Intertech Plastics, compañía basada en Colorado, es una de las primeras firmas estadounidenses que se ha interesado en conocer a fondo el esquema de la formación profesional gracias al interés de su director General, Noel Ginsbug, quien está decidido a tomar el riesgo de capacitar a los jóvenes, porque lo considera una buena estrategia de inversión a largo plazo.

“Las empresas no pueden ser sólo consumidoras de la educación, también deben ser generadoras de ésta”, expresó Ginsburg durante una mesa redonda que se celebró en el Congreso Internacional de Educación y Formación Profesional de Winterthur. “Este tipo de iniciativas de formación deben ser impulsadas por la industria, no por los gobiernos”, dijo entonces.

Comprometerse al 100%

En Suiza, la formación profesional es liderada por la industria, que se organiza para determinar las áreas que requieren personal especializado en las empresas; y después se involucra en la preparación de los programas y la capacitación de los jóvenes.

En Bulgaria, la red de empresas que aplica actualmente la formación dual aún tiene mucho por hacer. Evitmova explica que, por el momento, solo son las grandes empresas las que se han involucrado.

Refiere que su país solo está trabajando con empresas sólidamente comprometidas con la formación profesional porque Bulgaria no cuenta con los recursos necesarios para convencer a todo tipo de firmas, las pymes, entre ellas. “Desarrollamos pues el modelo con las firmas que realmente quieren aplicarlo”, dice Evitmova confía, quien confía que confomre observen resultados, aumentará el número de empresas interesadas en probar la formación dual.

“Toda compañía que quiera ser parte del programa necesita hacer suya su filosofía y no dudar de la capacidad de los jóvenes para hacerse cargo de tareas complejas”, añade.

Sobre la aptitud de los jóvenes para tomar riesgo y responsabilidad en los países que están adoptando la formación profesional, la embajadora LaVine dice que -basándose en la experiencia suiza, en donde empresas como Ruag tienen empleados de 16 años construyendo partes para cohetes- confía en que los adolescentes de otras naciones también son perfectamente capaces de ser empleados de pleno derecho.

“Confiamos en que los jóvenes excederán las expectativas que se han puesto en ellos, solo hay que permitirles que se fijen metas ambiciosas”, concluye.

Traducido del inglés por Andrea Ornelas

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