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Guterres llega a Colombia en medio de ofensiva del ELN que pone en vilo la paz

El secretario general de la ONU Antonio Guterres (C) junto a la viceministra de Relaciones Exteriores colombiana, Patti Londoño (I) y la representante permanente de Colombia ante la ONU, María Emma Mejia Velez, el 13 de enero de 2018 en Bogotá afp_tickers

El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, llegó este sábado a Colombia para apoyar los esfuerzos de paz en el país, en entredicho por una ofensiva de la guerrilla ELN que puso en suspenso los diálogos para silenciar el último conflicto armado de América.

Con la mayor crisis desde que se instalaron las conversaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos y el grupo guevarista, Guterres aterrizó pasado el mediodía en el aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá para comenzar su primera visita de dos días al país sudamericano.

Lo hizo horas después de que la policía confirmara el secuestro -uno de los delitos del enfrentamiento armado más repudiado por los colombianos- de un contratista de la petrolera estatal Ecopetrol cometido presuntamente por guerrilleros del ELN en una zona fronteriza con Venezuela.

El rapto del ingeniero colombiano Rafael Andrés Riaño, de 41 años, fue rechazado por la petrolera, pero aún no ha sido reivindicado por los insurgentes, que el miércoles iniciaron una seguidilla de ataques.

Ese día finalizaba la primera tregua bilateral en medio siglo de conflicto armado y además las partes tenían previsto comenzar el quinto ciclo de conversaciones en Quito, que justamente buscaba pactar un nuevo cese al fuego bajo verificación de la ONU y la Iglesia católica.

Pero por la ofensiva guerrillera, que se concentró en ataques a la infraestructura petrolera y a la fuerza pública, el presidente Santos llamó a consultas a su jefe negociador, Gustavo Bell, y puso en suspenso la reanudación de las pláticas.

Desde el miércoles han muerto tres miembros de la fuerza pública y otros dos resultaron heridos en hechos atribuidos al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla reconocida por el gobierno, cuya delegación se mantiene en la capital ecuatoriana a la espera de la decisión oficial.

Con ese panorama, Guterres se reunirá este sábado en la tarde con Santos en la presidencial Casa de Nariño y con miembros de la misión de las Naciones Unidas, que verifica el cumplimiento del acuerdo de paz con la exguerrilla FARC, ya desarmada y transformada en partido político.

– La visita “no basta” –

El negociador Bell, que ha reiterado la voluntad del gobierno para continuar las pláticas, aseguró el jueves que la suerte de los diálogos con el ELN, que cuentan con cerca de 2.000 combatientes, se definirá tras la reunión entre ambos dignatarios a la que él también asistirá.

“La visita no tendrá un gran impacto sobre la reanudación de las negociaciones” porque “la fuerza enérgica de la comunidad internacional no basta para cambiar la posición y opiniones de muchos”, entre ellos la guerrilla, explicó a la AFP la internacionalista Arlene Tickner.

Guterres también se encontrará con representantes de la Iglesia católica y de otros sectores.

Santos está empeñado en sacar adelante un acuerdo con el ELN similar al pactado a finales de 2016 con las poderosas FARC para extinguir el último conflicto armado del continente que, en medio siglo, deja unas ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.

El secretario general viajará el domingo al departamento de Meta, en el centro del país, para visitar una zona de reintegración de excombatientes de las FARC.

Guterres también se encontrará con líderes del ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), que han denunciado constantes incumplimientos estatales en la implementación del pacto negociado en Cuba desde 2012.

“Estamos lidiando con un gran grupo de ex rebeldes cuyo nivel de frustración acumulada con el proceso de reintegración -ilustrado por la cantidad de miembros aún en prisión- no es fácil de superar”, afirmó el miércoles Jean Arnault, jefe de la misión de la ONU en Colombia, ante el Consejo de Seguridad.

Naciones Unidas, que considera el proceso de paz con las FARC como uno de sus mayores éxitos en años recientes, ha mostrado preocupación por la lenta reintegración de los exguerrilleros y porque algunos combatientes se han unido a grupos ilegales o disidentes.

Guterres, que regresará a Nueva York el domingo en la noche, también ha llamado la atención por el asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos. Al menos 105 activistas fueron asesinados en 2017 en Colombia.

“Detener esta tendencia, y la proliferación de agentes armados ilegales asociada a ella, es una cuestión prioritaria”, sostuvo en un informe enviado al Consejo en diciembre.

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