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Suiza burla las normas para permitir un tratamiento más barato

Una pastilla Sovaldi entre los dedos pulgar e índice
Una pastilla Sovaldi para la hepatitis C, de Gilead, puede costar 1 000 dólares. Keystone

Un país rico como Suiza, epicentro mundial de la industria farmacéutica, va a hacer todo lo posible para que los enfermos con hepatitis C no tengan que pagar grandes cantidades de dinero por sus medicamentos.

Pese a los intentos de regeneración realizados, la calle Langstrasse sigue siendo uno de los lugares más sórdidos de Zúrich: abundan prostíbulos y burdeles y también pequeños grupos de alcohólicos, con cervezas en la mano, ajenos a la policía que patrulla por allí. Es, sin duda, el lugar idóneo para ubicar el centro de ayuda a drogadictos y alcohólicos Arud. Un establecimiento que se ha convertido en parte esencial de un esfuerzo coordinado sin precedentes en Suiza, donde médicos, legisladores y seguros de enfermedad trabajan para que los enfermos de hepatitis C puedan acceder –sorteando la ley– a fármacos de precios muy elevados.

Hepatitis C

Es una inflamación del hígado provocada por una infección causada por el virus de la hepatitis C. Se transmite a través de la sangre de una persona infectada. Generalmente a través de jeringuillas compartidas, instrumentos médicos o de tatuaje mal esterilizados. Rara vez se transmite por vía sexual o de madre a hijo. Los síntomas incluyen cansancio, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor en las articulaciones e ictericia.

Sin embargo, alrededor del 75% de las personas infectadas no presenta ningún síntoma por lo que no sabe que tiene la enfermedad. Para la inmensa mayoría (70-80%) acaba siendo una infección crónica del hígado. Tras varias décadas, algunos (5-30%) desarrollan una cicatrización del hígado (cirrosis) y son más propensos a desarrollar cáncer de hígado. Los enfermos crónicos de hepatitis C conforman el grueso de quienes esperan un trasplante de este órgano. La mayor parte de infecciones diagnosticadas se debe al uso de drogas inyectables, aunque va en aumento la transmisión entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

Muchos de los toxicómanos que cruzan las puertas de Arud padecen hepatitis C, una enfermedad viral que afecta a entre 50 000 y 80 000 personas que viven en Suiza. El seguro obligatorio de enfermedad, sin embargo, solo cubre las medicinas a aquellos que padecen este mal de forma severa. Los medicamentos de marca para tratar la hepatitis C (producidos por la empresa farmacéutica estadounidense Gilead y vendidos como Sovaldi, Harvoni o Epclusa) que un paciente necesita para un tratamiento que dura de entre 8 y 12 semanas cuestan entre 33 000 y 60 000 francos suizos (entre 34 048 y 61 713 dólares).

Pero la mitad de los pacientes helvéticos tienen que pagarlo de sus bolsillos porque soportan una forma moderada de hepatitis C. Y esto ha llevado a muchos a comprar por Internet versiones genéricas del medicamento fabricadas bajo licencia en países como India o viajar al extranjero. El genérico para tratar la enfermedad durante tres meses cuesta unos 1 500 francos suizos, una cantidad pequeña si se compara con lo que cuesta la misma medicación comercializada por Gilead. Aunque los pacientes corren el riesgo de comprar falsificaciones o productos de peor calidad.   

Club australiano de compradores

“Decidimos redactar unas pautas sobre cómo los pacientes pueden acceder de manera segura a los genéricos porque en Internet hay muchos vendedores que no son de fiar”, explica a swissinfo.ch Philip Bruggmann de Expertos suizos en Hepatitis viralEnlace externo (SEVHep) que trabaja en Arud.  

Una de las principales recomendaciones que SEVHep hace a los pacientes con hepatitis C que no tienen seguro médico es que busquen los tratamientos genéricos en un club con sede en Australia, FixHepCEnlace externo, que compra y analiza las medicinas.

“Hasta la fecha hemos acompañado a unos 70 pacientes que han utilizado genéricos indios y todos se han curado. Funcionan tan bien como los medicamentos que pueden comprarse en las farmacias suizas”, cuenta Bruggmann.

Según revela, los pacientes suizos están entre los mayores consumidores de medicinas para la hepatitis C del club australiano de compradores FixHepC, detrás de los enfermos de Reino Unido y Nueva Zelanda.

“El número de clientes suizos a los que hasta ahora hemos enviado productos es de 154”, precisa un representante de FixHepC a swissinfo.ch.

Philip Bruggmann, de Expertos suizos en Hepatitis C
Philip Bruggmann ha participado de manera decisiva en la elaboración de pautas sobre cómo comprar de manera segura genéricos para la hepatitis C en el extranjero. swissinfo.ch

Asociaciones sin precedentes

Después de publicarse las directrices SEVHep sobre el abastecimiento de genéricos para el tratamiento de la hepatitis C, lideradas por Bruggmann, han sucedido cuestiones tan curiosas como que la política de importación de medicamentos al país ha cambiado.  

Según la ley, una persona puede importar a Suiza productos farmacéuticos para su tratamiento durante un mes. Esta medida tiene como objetivo principal que los turistas y visitantes lleven consigo la medicación precisa para su estancia en el país. Sin embargo, este resquicio legal ha sido utilizado para importar medicinas compradas online, como calmantes o Viagra, a un precio muy por debajo del que esos mismos artículos tienen en Suiza. Cuando esto ocurre, la aduana confisca los paquetes con productos que sobrepasan el tratamiento de un mes y los destinatarios tienen que pagar un mínimo de 300 francos suizos en gastos administrativos.  

En una acción sin precedentes, Swissmedic, el regulador suizo de medicamentos, en noviembre de 2016 decidió hacer una excepción con los fármacos destinados a la hepatitis C y permitir así la importación de medicinas para el tratamiento de tres meses, en vez de para uno.

“No es una política oficial, sino un modo de ser más flexibles con los fármacos para la hepatitis C. No tiene sentido limitarlos a un mes cuando el tratamiento requiere tomar medicinas durante tres meses”, indica a swissinfo.ch Danièle Bersier, la portavoz de Swissmedic.

Gilead, el mayor fabricante de medicamentos para la hepatitis C, está totalmente en contra de la comprensión mostrada por Swissmedic.

“Desde el punto de vista de la seguridad del paciente nos preocupa que esto se permita”, dice el director del área de negocio de la Hepatitis de Gilead, Peter Hüssy. “Los fármacos, en India, podrían haber estado al sol durante días. Nadie lo sabe y no hay ningún control sobre cómo han sido manipuladas, transportadas o almacenadas las medicinas importadas”, apunta.

Seguros de enfermedad complementarios

Flyer for Hepatitis C insurance plan
La aseguradora Concordia informa a sus clientes sobre cómo adquirir genéricos para la hepatitis C. Concordia
Que resulte más sencillo importar genéricos para la hepatitis C no se debe solo a las acciones de Swissmedic. También la aseguradora Concordia incluye desde febrero de 2017 la hepatitis C en su plan de seguro médico complementario y reembolsa a sus clientes hasta el 75 % del gasto realizado en los productos importados por el club australiano de compradores FixHepC. En ambos casos, las directrices de SEVHep han tenido mucho que ver.

“Decidimos cubrir la hepatitis C porque no todos los pacientes podían adquirir los medicamentos a un precio razonable y estamos en contacto con SEVHep para asegurarnos de que los pacientes estén bien informados”, declara Matthias Steiner, director del proyecto de Hepatitis C de Concordia.

Las primas mensuales del paquete del seguro complementario Diversa cuestan más de 19 francos suizos. La compañía, a través de su fundación benéfica, se hace cargo de la cantidad correspondiente a los enfermos con hepatitis C que no pueden pagarla.

“Creo que es un ejemplo de que se pueden encontrar soluciones prácticas cuando existen limitaciones políticas y económicas”, señala Bruggmann. “Podría utilizarse para presionar al sistema y hacer que las empresas bajen los precios de los medicamentos”.

¿Es ético que los residentes de un país rico, como Suiza, utilicen medicinas baratas concebidas para los países más pobres? Gilead, que de forma voluntaria ha dado la licencia para fabricar sus productos a 11 empresas de India y ha permitido que se vendan en 101 naciones en desarrollo, afirma que la importación de genéricos a Suiza es un atropello a su intención de permitir el acceso a estos fármacos a países menos desarrollados. 

“Lo que queremos es no poner en peligro estos programas. Y lo mejor sería que todo el mundo respete lo acordado”, dice Hüssy.

Una investigación parlamentaria presentada en febrero –y que deberá debatirse en breve– pide que esta cuestión tan delicada se aclare.

¿Mejoras a la vista?

Sorprendentemente todos, tanto quienes defienden que los tratamientos para la hepatitis C tienen que ser más baratos, como las compañías farmacéuticas (como Gilead), coinciden en que la Oficina Federal de Salud Pública debería dar acceso a estos medicamentos a todos los pacientes. Y no solo a aquellos que padecen un nivel avanzado de la enfermedad.  

“Para los enfermos acudir al club australiano de compradores supone un gran esfuerzo. Sería mucho mejor para ellos poder obtener el fármaco de su médico o en la farmacia”, advierte Bruggmann.

El Gobierno recientemente ha mostrado signos de suavizar su postura sobre el pago de los tratamientos. Así, en abril anuncióEnlace externo sus planes para facilitar a los pacientes de alto riesgo –como drogadictos, enfermos de VIH y hepatitis B– el acceso a los fármacos de Gilead, incluso si la enfermedad está en un estadio intermedio.

El modelo de cómo alcanzar el acceso universal a estos medicamentos a seguir por Suiza podría ser Australia. Un país que en diciembre de 2015 comenzó a ofrecer los fármacos para la hepatitis C a todos los pacientes como parte de un plan para erradicar esta enfermedad en una generación. Los australianos, gracias a un modelo único de precio basado en el volumen (cuantas más personas son atendidas baja la cantidad a pagar) consiguieron negociar mejores precios para sus medicamentos.        

“Trabajamos permanentemente con la Oficina Federal de Salud Pública para que tengan libre acceso a nuestros tratamientos de hepatitis C y estaríamos dispuestos a discutir precios si Suiza establece un plan para erradicar la hepatitis C”, afirma Hüssy de Gilead.

Aunque se suscriba el mejor de los acuerdos, Gilead no va a vender sus medicinas para la hepatitis C a un precio de 1 500 francos suizos. El coste seguirá siendo alto. No obstante, el tratamiento de la hepatitis C para 12 semanas garantiza una tasa de curación del 90 % como mínimo. Lo cual significa que brinda mejores rendimientos económicos, al menos en teoría, que los remedios contra el VIH para los que Suiza sí ofrece acceso universal.  

“El tratamiento del VIH cuesta 15 000 francos suizos al año, pero tiene que ser administrado todos los años hasta que se encuentre una cura definitiva. Esto implica costes mucho más elevados que los de la hepatitis C y, afortunadamente, el tratamiento nunca se ha limitado”, observa Bruggmann.

Traducción del inglés: Lupe Calvo

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