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La Quinta Suiza ya dispone de una ley específica

La Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE) ha logrado el objetivo por el que tanto ha luchado: una ley específica para la denominada Quinta Suiza. Keystone

Júbilo en la comunidad de expatriados: el Parlamento ha aprobado la nueva Ley de Suizos en el Extranjero (LSE), que establece con más claridad sus derechos y obligaciones, y fortalece los lazos de la Confederación con los expatriados. Es un logro de la Organización de los Suizos en el Extranjero.

Nacida de una iniciativa parlamentaria del senador tesinés Filippo LombardiEnlace externo, la Ley reúne todas las disposiciones relacionadas con las suizas y los suizos en el extranjero, normas que hasta ahora estaban dispersas en varias leyes, decretos y reglamentos.

De los derechos políticos a la ayuda social, pasando por la protección consular hasta el apoyo institucional a los suizos en el exterior se contemplan en la LSE, cuyo espíritu define con más coherencia y solidez las relaciones de Suiza con sus emigrantes. El concepto global de la nueva ley se sustenta en el principio fundamental de la responsabilidad individual, mencionado explícitamente en el texto.

“Sin esta ley, el artículo constitucional sobre los suizos en el extranjero sería letra muerta”, declaró a swissinfo.ch Filippo Lombardi, tras la decisión del Consejo Nacional el 15 de septiembre. La cámara baja eliminó las tres divergencias con respecto al Consejo de los Estados (senado) y dio luz verde a la futura vigencia de la nueva ley.

“Con este texto, la Confederación toma realmente en cuenta a los suizos en el extranjero, los considera un recurso, los revaloriza y les informa. En consecuencia, fortalece sus derechos con obligaciones definidas de la Confederación. Creo que hemos dado un paso importante hacia delante”, sostuvo Lombardi.

La LSE en síntesis

La Ley de los Suizos en el Extranjero (LSE) incorpora en una sola todas las disposiciones que atañen a las suizas y suizos en el extranjero, sean estas personales o jurídicas.

El texto de la Ley concierne a todos los ciudadanos que se encuentran fuera del país; no solo los domiciliados en el extranjero, sino también los que se hallan por un corto tiempo fuera de las fronteras nacionales.

El principio de la responsabilidad individual constituye el núcleo. El artículo 5 establece que “cada persona tiene la responsabilidad durante la preparación y realización de su permanencia o el ejercicio de una función laboral en el extranjero”. Eso significa que la protección consular no es un derecho y que el papel del Estado es subsidiario. La idea es hallar un equilibrio entre la participación necesaria del Estado y la responsabilidad personal.

Un concepto importante de la LSE es el tejido de relaciones: la LSE no centraliza ni uniforma todo, sino que coordina y promueve la comunicación entre las distintas autoridades, así como entre lo público y lo privado. Y en este orden de ideas se inscribe el hecho de que el servicio a los suizos en el exterior del Ministerio de Asuntos ExterioresEnlace externo es la “ventanilla única” para todos los asuntos que atañen a los miembros de la Quinta Suiza.

Se mantiene la obligación de inscribirse

El nudo más difícil de aflojar era la inscripción de los expatriados en las representaciones diplomáticas. Actualmente, los suizos que residen fuera del país durante más de un año tienen el deber de anunciarse e inscribirse en la legación diplomática correspondiente.

El Gobierno había recomendado abolir esa práctica. Una gran mayoría de los diputados la acogió favorablemente en el debate inicial, porque -a juicio de los partidarios-, no tenía sentido mantener esa obligación, sin haber previsto sanciones para quienes la ignoraban. En cambio, creían adecuado sustentar la legislación sobre el principio de la responsabilidad individual.

La postura fue rechazada con firmeza por la Organización de Suizos en el ExtranjeroEnlace externo (OSE) y en el Senado. La cámara alta se pronunció en dos ocasiones a favor de conservar ese deber en la nueva LSE. Los adversarios de la abrogación recalcaron que se corría el riesgo de perder el contacto con una gran parte de la denominada Quinta Suiza. Lombardi citó varias veces el ejemplo de Austria en este aspecto.

“Eso neutralizaría el objetivo de la ley: valorizar más a los suizos en el extranjero. No podemos perder a prácticamente la mitad de ellos”, declaró a swissinfo.ch y se mostró satisfecho de que el Consejo Nacional siguiera la actitud del Senado.

“De haberse abolido la obligación de inscribirse, se habría puesto en tela de juicio la finalidad de esta ley. La inscripción (en las representaciones diplomáticas) constituye el núcleo de la LSE”, afirmaron las codirectoras de la OSE, Ariane Rustichelli y Sarah Mastantuoni.

Con respecto a la responsabilidad individual, Rustichelli sostiene que “para asumir una responsabilidad es necesario, ante todo, estar informado; y para estar informado hay que ser localizado”.

Lombardi señala, además “que en algunas oficinas del Ministerio de Asuntos Exteriores puede haber el convencimiento de que renunciando a la inscripción obligatoria se puede ahorrar en gastos administrativos. Al contrario: muchos embajadores y cónsules generales han confirmado la enorme importancia de mantener esta norma. Ellos conocen la realidad de los suizos en los distintos países y son conscientes del riesgo que se correría perdiendo esos nexos. Si estos faltaran no se podría, por ejemplo, advertir a los compatriotas en casos de peligro; informarles sobre las votaciones o comunicarnos con ellos en cualquier momento”.

Inscribirse para poder votar

El segundo punto que dividió a las dos cámaras parlamentarias era la inscripción automática en el censo electoral. Una mayoría de los diputados se dijeron partidarios de que los suizos residentes en el extranjero inscritos en una representación diplomática sean automáticamente registrados en su último municipio de votación en Suiza.

Ese automatismo hubiera provocado gritos de protesta en los municipios y cantones, porque se habrían visto obligados a enviar material informativo sobre votaciones y elecciones a todos los suizos mayores de edad inscritos, lo que hubiera supuesto una enorme carga adicional de trabajo y costes.

No tiene sentido, objetaron el Gobierno y el Senado. A finales de 2013, en las representaciones diplomáticas en el mundo habían registrados 730.000 ciudadanos suizos, de los cuales 570.000 son mayores de edad y, por ende, con derecho de voto y de elección. Pero solo un poco más del 27% de ellos se inscribieron en los registros electorales en Suiza.

El Consejo Nacional decidió finalmente respaldar la postura del Consejo de los Estados y mantener la práctica actual, aunque algo más simplificada: Quien quiera inscribirse en un registro electoral y de votaciones puede confirmarlo con una cruz en el formulario de registro. Pero también puede hacerlo más tarde rellenando el formulario correspondiente, que está a disposición en  Internet. De esa manera, el material de votaciones y de elecciones llegará únicamente a las personas interesadas.

La OSE en la Ley

Entre las novedades de la nueva Ley figura la posibilidad de que la Confederación respalde a las instituciones que “promueven las relaciones entre los suizos en el extranjero y de ellos con Suiza o prestan ayuda a los suizos en el extranjero”.  Menciona de manera explícita la posibilidad de dar asistencia financiera a la OSE “para que garantice los intereses y la información de los suizos en el exterior”.

La OSE figuraba hasta ahora solo en un decreto. Su incorporación en la Ley no fortalece únicamente su posición, sino también la de la Quinta Suiza a la que representa, precisa Lombardi.

Una minoría rojiverde en la cámara baja quería reglamentar más el papel de la OSE, sobre todo en la elección democrática del Consejo de los Suizos en el Extranjero. La mayoría prefirió sumarse a la decisión del Consejo de los Estados: no inmiscuirse en el funcionamiento de este organismo de derecho privado. Dada esta característica, esa pretensión hubiera sido muy problemática desde el punto de vista jurídico.

Respaldo al voto electrónico

La nueva Ley prevé, por otra parte, impulsar los ensayos en el ámbito del voto electrónico. En este marco existe la posibilidad de que el Gobierno “tome medidas para facilitar a los suizos en el extranjero el ejercicio de sus derechos políticos”. Eso significa que también los cantones interesados pueden contar con medidas de apoyo.

Sin olvidar que los temas de votaciones y elecciones son competencia de los cantones,  el ‘padre’ de la LES –que algunos llaman “Lex Lombardi” –, considera que constituye un buen instrumento con el que Suiza puede sostener a los cantones y guiarles hacia la práctica uniforme del voto electrónico entre los suizos en el extranjero”. Filippo Lombardi pronostica que los expatriados emplearán el e-voting en las elecciones nacionales de 2019.

Traducción: Juan Espinoza

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