Miles de personas en San Sebastián piden acercamiento de presos de ETA
Miles de personas marcharon este sábado en San Sebastián demandando el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco (norte de España), a cinco meses de la disolución de la organización separatista vasca.
Bajo el lema “Ahora los presos”, los manifestantes recorrieron varias avenidas de la ciudad, al grito de “prisioneros vascos, en casa”.
Los organizadores cifraron en 40.000 los participantes, mientras que la policía de San Sebastián no ofreció su cálculo.
“Ahora toca solucionar el tema de los presos, ya va siendo hora de dejarse de subterfugios y de debates estériles”, dijo ante periodistas Arnaldo Otegi, líder de la coalición independentista vasca EH Bildu.
“Hoy subrayamos la importancia de terminar con todo sufrimiento”, señaló un comunicado leído al comienzo de la marcha. “Tenemos mucho por hacer en el camino de la convivencia”.
Los organizadores de esta nueva movilización a favor de los derechos de los presos de ETA se congratularon de la presencia no sólo de formaciones de izquierda e independentistas, sino de partidos como el nacionalista PNV y sindicatos.
“Es la manifestación mas plural que hemos tenido hasta ahora”, expresó Mikel Casado, de la plataforma Orain Presoak (Ahora los presos), explicando que llegaron personas en 85 autobuses de todo el País Vasco.
Tras la disolución en mayo de la otrora organización sepatratista armada ETA, queda por resolver la cuestión de sus presos, en su mayoría repartidos en prisiones por toda España, algunos hasta a 1.000 km de su región de origen, distancia que tienen que recorrer sus familiares para visitarlos.
El gobierno español del PSOE, llegado al poder en junio, se ha mostrado dispuesto a asumir una “política penitenciaria distinta” a la del Ejecutivo anterior, presidido por el conservador Mariano Rajoy, que mantuvo la dispersión de los militantes presos.
ETA, a la que se le atribuyen 853 muertes durante décadas de violencia, secuestros y atentados, se disolvió definitivamente en mayo pasado, un año después de su desarme y a siete de haber renunciado a la “lucha armada”, en 2011.
