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Nómada en Suiza: una vida sembrada de abrojos

Un vehículo de caravana con zapatos delante
Alrededor de 3 000 yeniches tienen un estilo de vida nómada en Suiza. A menudo viajan con sus familias, en grupos de 10 a 15 caravanas. Keystone/ennio Leanza

Suiza reconoce a su población nómada como una minoría nacional. Pero el número de plazas disponibles para estos pocos miles de ciudadanos itinerantes ha ido disminuyendo constantemente en los últimos años. Como resultado, esta forma de vida está más amenazada que nunca.

YenichesEnlace externo: También están presentes en Austria y Alemania. En Suiza, su número se estima en unos 30 000, de los cuales 3 000 han mantenido un estilo de vida nómada. Son de nacionalidad suiza y constituyen un grupo étnico autóctono.

Sinti:Enlace externo También llamados manouches, viven en Alemania, Francia e Italia y son los descendientes de los roma que emigraron a Europa Central en el siglo XV. En Suiza hay aproximadamente 400 sinti, de nacionalidad suiza, que a menudo conviven con los yeniches.

Un bloque sanitario, una conexión a la red de agua y electricidad y espacio para unas quince caravanas. Eso es todo lo que se necesita para satisfacer a la comunidad nómada suiza, compuesta por yeniches y sinti. Sin embargo, este tipo de zonas de paso es cada vez más raro: en el año 2000 había todavía 46, frente a 31 en 2015. La mayoría de estos sitios son temporales y muchos están abiertos solamente unas pocas semanas al año. Una oferta que no permite a las personas suizas de viaje practicar su estilo de vida con tranquilidad.

Las organizaciones de apoyoEnlace externo a los yeniches y los sinti estiman que debería haber unos 80 lugares de paso, bien distribuidos por toda Suiza. Las zonas de vida para los meses de invierno también son insuficientes: en la actualidad hay una quincena, pero debería haber 40. Y tampoco hay lugar para los grandes grupos de personas de viajeEnlace externo que vienen a trabajar a Suiza durante los meses de verano. Disponen de siete plazas, cuando las necesidades se evalúan en al menos diez grandes superficies.

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Esta falta de espacio obliga a los viajeros a gastar mucha energía en la búsqueda de plazas de aparcamiento. “Estamos siempre en estrés”, comenta Albert Barras, portavoz de los nómadas yeniches y sinti de la Suiza francófona. Sería mucho más fácil proporcionarnos lugares. Después de eso, las autoridades no volverían a saber de nosotros”.

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Albert Barras lamenta el escaso número de emplazamientos de larga duración: “¡Todo es temporal! No hay más de 15 lugares en toda Suiza que podamos usar”. Según él, faltan sitios sobre todo en la Suiza francófona en donde las únicas posibilidades se encuentran en los cantones de Jura y Neuchâtel. “Lo ideal sería que hubiera dos lugares de paso y un lugar de residencia por cantón”, estima Albert Barras. Especialmente, porque la nueva generación también quiere seguir de viaje”.

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Minorías nacionales reconocidas y protegidas

Caravanes en un campo
Los yeniches itinerantes eran tradicionalmente artesanos, afiladores, vendedores ambulantes o anticuarios. A menudo se les conocía como ‘cesteros’, porque sus canastos de mimbre eran famosos. Hoy en día, muchos de ellos también ofrecen trabajos de renovación o mantenimiento en una amplia variedad de campos Keystone / Jean-christophe Bott

Sin embargo, los yeniches y los sinti fueron reconocidos como minorías nacionales en 1999, cuando Suiza firmó la Convención MarcoEnlace externo del Consejo de Europa para la Protección de las Minorías. Se comprometió entonces a preservar su identidad, incluido su modo de vida nómada.

La Ley Federal de Promoción de la CulturaEnlace externo apoya activamente a estas minorías y la Ley Federal de Ordenación del TerritorioEnlace externo dispone que las autoridades deben gestionar el espacio disponible en función de las necesidades de la población, lo que también incluye las necesidades de los nómadas. El Tribunal FederaEnlace externol confirmó en su plan maestro de ordenación territorial, que era competencia de los cantones proporcionar zonas para la comunidad nómada.

Sin embargo, a pesar de estos fundamentos jurídicos, de la creación en 1997 de la Fundación Asegurar el Futuro de las Personas Suizas de ViajeEnlace externo, de la movilización masiva de las diferentes asociaciones de yeniches y sinti, así como de la adopción por el Gobierno suizo de un plan de acción en 2016, la situación sigue bloqueada sobre el terreno.

Yeniches perseguidos

Albert Barras no comprende esta renuencia de las autoridades políticas a crear nuevos lugares. “Algunas comunas han tenido malas experiencias con los grupos de nómadas y ya no aceptan a nadie”, indica. También caímos en el olvido porque tuvimos que escondernos para escapar de Pro JuventuteEnlace externo”.

Los yeniches fueron especialmente atacados por la ‘Obra infantil de la Gran Ruta’, creada en 1926 por Pro Juventute, una fundación caritativa de ayuda a la juventud, con el fin de luchar contra el “vagabundeo”. Con el apoyo de las autoridades suizas a todos los niveles, la entidad separó a más de 600 niñoEnlace externos de sus padres y los colocó en familias sedentarias. Esa persecución continuó hasta mediados de la década de 1970.

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Conflictos de uso

Esta disminución en el número de áreas para las comunidades nómadas se explica sobre todo por los conflictos territoriales, afirma Simon Röthlisberger, secretario general de la Fundación Asegurar el Futuro de las Personas Suizas de Viaje: “Las áreas edificables son cada vez más escasas y los proyectos de áreas de recepción para las personas de viaje a menudo compiten con otros proyectos comunales o privados.

Simon Röthlisberger señala que la imagen que algunos habitantes o miembros de las autoridades pueden tener de los nómadas también puede obstaculizar los proyectos: “Hacemos trabajo de información para reducir los prejuicios y explicar el modo de vida de los nómadas suizos”.

Bloque sanitario en medio de un terreno
Este lugar en los alrededores de Thun (cantón de Berna) ha sido preparado para acoger a los yeniches y sintis de viaje. Keystone / Peter Schneider

Un “antigitanismo estructural”

Para Angela Mattli, coordinadora de la campaña en la Sociedad para los Pueblos AmenazadosEnlace externo (SPM), la cuestión de la falta de plazas para los nómadas se inscribe en el marco de una problemática más amplia: “En Suiza, existe un antigitanismo estructural, una amnesia colectiva. Las autoridades han reconocido cierta discriminación, hay estudios sobre el tema, pero los resultados no son transmitidos al público y no se incluye información en el programa escolar”.

Este antigitanismo está presente en Suiza desde hace mucho tiempo, pero nunca se ha combatido realmente, constata la SPM. Mientras que en la Unión Europea se reconoce esta forma de discriminación y se adoptan medidas concretasEnlace externo. En Francia, por ejemplo, hay muchas más zonas disponibles para los nómadas y los municipios son los responsables de ellas. “En Suiza, la mayoría de los lugares son controlados y gestionados directamente por la policía. Este es el antigitanismo estructural”, subraya Angela Mattli.

En Suiza, la mayoría de los lugares son controlados y gestionados directamente por la policía. Este es el antigitanismo estructural. Angela Mattli, SPM

Algunos cantones han adoptado leyes que la SPM considera discriminatorias contra los yeniches, sinti y roma. La organización presentó una denunciaEnlace externo contra la ley de NeuchâtelEnlace externo sobre el estacionamiento de las comunidades nómadas ante el Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial.

Sensibilizar y convencer

En un intento por cambiar las cosas, Asegurar el Futuro de las Personas Suizas de Viaje y la Asociación para el Ordenamiento del Territorio EspaceSuisseEnlace externo produjeron a principios de año una publicaciónEnlace externo sobre el tema de las zonas de acogida para yeniches, sinti y roma. Con la descripción del marco legal actual y los desarrollos que están funcionando esperan ayudar a los cantones y las comunas a desarrollar proyectos concretos. “Estamos en el buen camino”, dice Simon Röthlisberger, “pero todavía queda mucho trecho para alcanzar la meta. Lo más importante es tener voluntad política, con ella todo va más rápido y de manera más simple”.

Caravanas
La lengua tradicional de los yeniches, basada en el alemán, tiene palabras del romaní, el yiddish y rotwelsch. Keystone/ennio Leanza

“Una posibilidad sería que los lugares fueran elegidos por la Confederación, como es el caso de los centros federales para solicitantes de asilo”, dice Angela Mattli. Sin embargo, las autoridades federales precisan que la ordenación del territorio es competencia cantonal: no existe ningún fundamento jurídico que permita a la Confederación planificar las zonas de acogida de los nómadas. Sin embargo, puede apoyar financieramente a asociaciones y proyectos.

Más allá de la cuestión de los lugares, la SPM desea especialmente que, en su plan de acción, la Confederación se centre más en las medidas de lucha contra el antigitanismo. El Servicio de Lucha contra el Racismo ha dicho que toma muy en serio este tema y lo ha documentado en varios estudios, incluido el último informeEnlace externo sobre la discriminación racial en Suiza. Apoya regularmente proyectos relacionados con yeniches, sinti y roma.

“La población nos entiende mejor” Albert Barras, yeniche

Albert Barras está cansado luego de años de luchar para conseguir más áreas de recepción. Sin embargo, observa una evolución positiva: “La población nos entiende mejor, hay un cambio de mentalidad. Las comunas también nos facilitan la apertura de puertas”. Espera que finalmente sea la población la que se movilice para exigir a las autoridades acciones concretas.

Los lugares de paso (a corto plazo, durante el período estival) puestos a disposición de las comunidades itinerantes suizas son a menudo gestionados por la policía, pero sus condiciones de uso varían de una comuna a otra. En general, los grupos deben inscribirse y depositar un depósito que puede fluctuar entre 200 y 300 francos.

La mayoría de las plazasEnlace externo exteriores están equipadas con baños, una conexión a la red de agua y electricidad, así como un sistema de recolección de residuos. Los precios pueden variar entre 10 y 15 francos por noche y por unidad de vivienda. En los lugares de estancia (mayor duración, durante el período invernal), la gente suele pagar un alquiler mensual en función de los metros cuadrados ocupados.

Traducido del francés por Marcela Águila Rubín

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