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Misión de observación de alto riesgo en Siria

Los primeros cascos azules ya están en Siria. AFP

Desde el 12 de abril han muerto 200 personas pese al alto al fuego en vigor en Siria. Naciones Unidas acordó el envío de 300 cascos azules al país. Suiza participa en el Mecanismo de Supervisión (UNSM). El especialista Stefano Trojani, ex observador de la ONU, explica la tarea de estos militares no armados.

Serán los ojos de la comunidad internacional en Siria y el testimonio neutral en el campo de guerra. Los trescientos observadores militares están llamados a defender el cese al fuego por un periodo inicial de noventa días, según decisión del Consejo de Seguridad de la ONU del sábado pasado.

Es un modo de poner fin a un conflicto que en poco más de un año ha provocado 11 mil muertos. Suiza participa en la misión de paz en Siria con un contingente máximo de seis militares no armado.

¿Qué implica esta misión? ¿Bajo que riesgos se encuentran en suelo sirio? ¿Con qué impacto para la paz?, responde Stefano Trojani, responsable de la formación de los militares suizos enviados a misiones de paz en el mundo, bajo la dirección del centro de competencia SWISSINT.

swissinfo.ch: ¿Cómo realizarán estos enviados su tarea de observación en un contexto en el que los actores armados no pueden identificarse con claridad?

S. T.: A partir del momento en el que un conflicto se produce en el interior de un Estado –la regla en los últimos veinte años- es difícil de definir cuáles son los actores en juego. Estamos frente a un conflicto asimétrico que afecta directamente a la población civil.

Una parte importante de la tarea de los observadores es el de comprender el contexto, la dinámica en las diversas zonas donde se desarrolla el conflicto y el modo de poder prevenir riesgos. ¿Quiénes son mis vecinos y de qué parte están ellos?

En este tipo de conflicto es difícil establecer culpables e inocentes. Para tener una visión de conjunto, se requiere de una mayor presencia en el terreno. Los actores armados juegan mucho con la desinformación para responsabilizar a los otros de sus actos e instrumentalizar a la opinión pública.

swissinfo.ch: ¿Cuál es la tarea de los observadores internacionales en caso de que se viole la tregua?

S. T.: Deben observar lo que acaece y asegurarse de que esas violaciones no pasen desapercibidas por la comunidad internacional. En algunos casos su presencia  calma las acciones bélicas, pero a veces ocurre lo contrario, con beligerantes que buscan mostrar al mundo que impera su ley, apuntando en contra de los cascos azules.

Los militares de la ONU deben buscar el diálogo con los diversos actores del conflicto, tarea nada sencilla, que sirve para crear de algún modo acercamiento para evitar una crisis mayor.

swissinfo.ch: Ante la falta de respeto al cese al fuego ¿hay garantías para realizar esta tarea?

S. T.: No lo sé. Lo cierto es que si no hubiera riesgos, no se requeriría de mandar a observadores internacionales. El discurso de las garantías es muy teórico. Si se envían observadores militares significa que las partes están de acuerdo, pero una cosa es el acuerdo político y diplomático, y otra lo que acontece en el terreno.

En la historia de las Naciones Unidas, una de las experiencias más difíciles ha sido probablemente la de Bosnia-Herzegovina, no sólo por el nivel de violencia, sino por los riesgos de los cascos azules que estaban bajo la línea de mira, y que fueron raptados y encadenados para disuadir a la OTAN de un eventual bombardeo.

swissinfo.ch: ¿Una situación análoga podría repetirse en Siria?

S. T.: Imposibles las comparaciones de sendos conflictos. Seria especular. Repito: el riesgo forma parte de su tarea. Estamos conscientes de ello. La bandera de la ONU representa una forma de protección, pero no siempre respetada. El conocimiento del contexto es fundamental para evitar riesgos inútiles.

swissinfo.ch: ¿Qué decir del riesgo de que la presencia de los observadores internacionales sea utilizada como alibi por Damasco?

S. T.: Ocurre en todo conflicto. La pregunta es si hay alternativa. ¿Es mejor renunciar al envío de observadores de la ONU para evitar el riesgo de instrumentalización?

Tal vez no sea la solución perfecta, pero al menos se trata de una presencia internacional in situ. Y esto, considero, es la mayor señal de paz que hemos recibido hasta ahora.

swissinfo.ch: Con su experiencia de observador militar de la ONU en Afganistán y Kosovo, ¿cuál es el aspecto más difícil de este tipo de misiones?

S. T.: El confrontarse con una situación de guerra, donde la gente sufre y muere bajo todas las miradas. En Bosnia y Ruanda los cascos azules se encontraron ante situaciones de conflicto abierto, sin poder hacer nada. No había alternativa. ¿O acaso era entonces no enviarlos y dejar a esa gente morir sin que al menos alguien lo supiese?.

El observador de la ONU es una de las personas más expuestas de la comunidad internacional, la más cercana al conflicto y , a su vez, la más limitada en término de acciones. Si las fuerzas de paz pueden socorrer a una ambulancia, no pueden impedir a alguien disparar un arma. No forma parte de su mandato, aunque es el papel clásico del militar.

Al fondo hay de algún modo un tipo de hipocresía en estas misiones: estar y cuidar de las personas sin la autorización ni los medios para intervenir, puesto que esto podría en peligro la misión de paz. Claro que no es fácil de aceptarlo, pero sin esta presencia internacional la situación sería aún pero porque en la mayor parte de los crímenes pasarían desapercibidos y permanecerían impunes.

El Ejercito suizo participa en misiones de mantenimiento de la paz desde 1953, cuando el gobierno decidió enviar 153 militares armados para vigilar el armisticio entre las dos Coreas y la entrega de los prisioneros de guerra.

Las primeras participaciones de observadores militares suizos no armados iniciaron en 1990, a cargo de SWISSINT.

Actualmente hay 298 militares desplazados en 17 países, entre los cuales, 18 observadores de la ONU.

Suiza ha enviado sus observadores a cuatro sitios: Medio Oriente (UNTSO), República Democrática del Congo (MONUSCO), Burundi (BNUB) y Sudán del Sur (UNMISS).

El 18 de abril de 2012 el Gobierno de Suiza decidió enviar un contingente máximo de seis militares a Siria, en el marco de la misión de paz de la ONU.

Los observadores suizos están actualmente en servicio en Medio Oriente.

El ejército helvético participa además con contingentes armados en misiones de paz en Kosovo (SWISSCOY).

La misión en Corea se reduce a una pequeña delegación no armada.

Originario de Lugano, Stefano Trojani – 47 años – es militar de profesión.

Actualmente es responsable de la formación de militares suizos para las misiones de promoción de la paz en el exterior, bajo la dirección del centro de competencias SWISSINT.

En 1996 fue observador militar de la ONU en Georgia.

En 2000 y 2005 participó en las misiones internacionales para la paz en Kosovo, SWISSCOY.

En 2007 partió a Afganistán en el marco de la misión ISAF.

Traducción: Patricia Islas

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