La guía turística

Maya Schmuker ofrece a los participantes del Foro Económico Mundial (WEF) el servicio de guía turística de su ciudad, Davos. (Kristian Kapp, swissinfo.ch)

Para Schmuker, de 63 años, Davos es su casa. Nació allí y vive desde hace 33 años en el poblado sede del WEF. En invierno vende los pases de las remontes en la estación Jakobshorn, en el corazón de la estación alpina suiza, y desde el año pasado es la guía de aquellos participantes del encuentro económico mundial para mostrar su tierra natal. “Les muestro la ciudad en limusina o acompaño el programa anual femenino del WEF, que incluye, por ejemplo, una presentación de quesos en un restaurante, donde se les explica cómo se hace la fondue. “Incluso de postre se les ofrece fondue de chocolate”, narra a swissinfo.ch. Y no falta el viaje en tren para hacer las compras en St. Moritz”.

Maya Schmuker espera que el WEF exista por mucho tiempo en Davos. “Es una de nuestras dos marcas principales. Cuando alguien en el extranjero me pregunta de dónde vengo, responde que del pueblo donde se realiza el WEF y la Copa Spengler”. 

Sin embargo, Schmuker sabe que no todos en Davos están contentos con la cita anual del WEF. “Hay gente que la odia, otros que les gusta. Ambos frentes están más o menos en equilibrio si se les pudiera poner en una balanza. Incluso creo que hay más personas a favor”. 

Para mucha gente el WEF es un buen negocio. Gente privada renta sus departamentos durante la semana del Foro. Sin embargo, también hay gente que no obtiene ningún beneficio del encuentro, como por ejemplo, los maestros de esquí o los servicios de remontes alpinos. “En la semana del WEF nadie viene a esquiar, pues los hoteles y las casas de vacaciones están ocupadas por los participantes”. Los que mejor aprovechan las pendientes nevadas durante esta semana son las personas que viven aquí, pues las pistas están casi vacías. Y en comparación con tiempos pasados, hoy incluso los asistentes del foro buscan hacerse un espacio para esquiar”.