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OIT quiere proteger mejor a los empleados domésticos

Según Human Rights Watch, el trato a las empleadas domésticas mejora, pero lentamente. hrw.org

Cerca de 87 millones de niños y niñas en el mundo trabajan como empleados domésticos en condiciones similares a la esclavitud: mal pagados sin protección y con una carga laboral excesiva.

Delegados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra están a punto de concluir las conversaciones sobre un nuevo instrumento jurídico internacional para mejorar radicalmente la protección de los empleados domésticos, tanto jóvenes como adultos.

“Comencé a trabajar cuando tenía siete años”, relató Evelin, una empleada doméstica adolescente peruana, ante una audiencia el pasado martes en Ginebra. “Me sentía invisible. Yo pensé que no valía mucho, pero ahora sé que valgo un poco “.

Junto con otros niños trabajadores de Perú y Togo, Evelin participó en un evento especial organizado por el cantón de Ginebra, Human Rights Watch y otras organizaciones defensoras de los derechos de los menores.

Durante los últimos diez años, Human Rights Watch ha realizado investigaciones sobre el trabajo doméstico infantil en 16 países.

“Niños que empiezan a trabajar a la edad de siete años, acoso sexual, palizas, bajos salarios y largas jornadas – éstas son quejas que hemos oído de niños en todo el mundo”, explicó Jo Becker, directora de la sección de promoción de los derechos de los niños de Human Rights Watch.

Uno de los principales problemas es que los pequeños trabajan en casas particulares, a menudo ocultos de la mirada pública, lo que los pone en riesgo de sufrir una serie de abusos, dijo Becker.

Jean Zermatten, vicepresidente del Comité de las Naciones Unidas para los Derechos del Niño, corroboró: “Algunos padres que viven en extrema pobreza envían a los niños a trabajar en casas donde los explotan por completo. Esto sucede a menudo en familias numerosas.”

Y en muchos países, incluso en aquellos con una buena legislación laboral, los empleados domésticos no son vistos como verdaderos trabajadores, por lo que no reciben un salario mínimo, ni descanso adecuado u horarios establecidos, agregó Becker.

Cambio en el estado de ánimo

Pero los defensores de los derechos infantiles y de los trabajadores domésticos perciben cambios.

Desde principios de junio, gobiernos, trabajadores y representantes de los empleadores de todo el mundo negocian en Ginebra un nuevo instrumento jurídico que mejore las condiciones laborales de los trabajadores domésticos.

Los activistas están particularmente alentados por decisiones como el voto mayoritario de los gobiernos para llegar a un tratado jurídicamente vinculante, que establecezca una edad mínima y la protección del derecho a la educación de los niños que trabajan en el servicio doméstico.

“Hay compromisos firmes de parte de los gobiernos, ya que son tantos abusos contra los empleados domésticos y éste es realmente el último sector de trabajo donde existen condiciones casi de esclavitud inaceptables”, remarcó Neha Misra del Centro Americano para la Solidaridad Laboral Internacional.

Lo que busca Suiza

Suiza apoya la idea de una nueva norma, explicó Jean-Jacques Elmiger, jefe negociador de la Secretaría de Estado de Economía (Seco).

“Estamos abiertos a un posible instrumento que podría ser un convenio y/o una recomendación. Pero hubiéramos preferido discutir primero la idea y el contenido, y luego la forma, para evitar las negociaciones sin fin “, precisó a swissinfo.ch.

Suiza quiere una mejor protección de los trabajadores domésticos migrantes, un límite mínimo de edad, la garantía de condiciones de trabajo justas y posibilidades de inspección, explicó.

Pero todavía hay un largo camino por recorrer y persisten las diferencias ideológicas entre las delegaciones de trabajadores y de empleadores.

“No me gusta el tratado”, manifestó Henrik Schilder, un representante de los empleadores daneses. “Es demasiado detallado y elaborado por personas que nunca han hecho un contrato y que saben poco de lo que está pasando.”

Las conversaciones continúan para ultimar un proyecto de tratado, que será ajustado en los próximos 12 meses. Si todo marcha bien, el nuevo instrumento será aprobado por los miembros de la OIT en 2011, al que seguirá un proceso de ratificación.

Trabajadores domésticos en Suiza

Aunque las cifras son difíciles de conseguir, se estima que hay 50.000 empleados domésticos no registrados en Suiza.

“Pero creemos que por lo menos son el doble”, señaló Giangiorgio Gargantini, investigador de los trabajadores domésticos de la Unión de Trabajadores Interprofesionales, con sede en Ginebra.

Gargantini ha estado involucrado en un proceso de consulta de dos años en Suiza en relación con un contrato de trabajo federal para los trabajadores domésticos, que acaba de concluir.

El proyecto de texto se debe presentar oficialmente a finales de este año. El cantón de Ginebra es la única región de Suiza que ofrece actualmente ese modelo de contrato.

“En general estamos contentos”, señaló Gargantini. “Ya es un paso adelante que haya un reconocimiento de los trabajadores domésticos como un sector de empleo, pero el texto es minimalista”.

Al mismo tiempo, el especialista acoge con satisfacción los progresos internacionales sobre el trabajo doméstico.

“(Un tratado internacional) marcará, sin duda, la diferencia”, expresó. “Para ciertos sectores de empleo, será muy difícil oponerse a un contrato en Suiza.”

Simon Bradley en Ginebra, swissinfo.ch
(Traducción: Rosa Amelia Fierro)

Uno de cada ocho empleados en Suiza tiene un sueldo considerado bajo, según la Oficina Federal de Estadística.

Se trata de 320.000 personas – el 70% de ellas son mujeres que ganan menos de 3.783 francos (3.628 dólares) mensuales por una semana laboral de 40 horas.

Durante la última década, el porcentaje de los sueldos bajos ha bajado del 11,2% al 10,2%. Sueldos bajos se pagan a menudo en la hotelería, la venta al por menor y en seis de cada diez empresas que tienen menos de 50 empleados.

Casi la mitad de los afectados trabajan todo el día, el 80% de ellos son mujeres. Los extranjeros tienen más probabilidades de percibir salarios bajos.

Sólo una de cada 22 personas – menos del 4% de la población activa –pertenece a la categoría de trabajadores pobres, tomando en cuenta el ingreso total del hogar.

Más del 80 por ciento de los perceptores de bajos salarios tienen otra fuente de ingresos.

En 2004 Ginebra se convirtió en el primer y único cantón suizo en crear un modelo de contrato a tiempo completo y a tiempo parcial para los empleados domésticos.

También introdujo un sistema de ‘control de servicios’, por el cual una organización social calcula las cargas sociales en los salarios pagados a la trabajadora doméstica y declara el sueldo por medio de controles de servicios. El año pasado se registraron oficialmente 4.000 de estos contratos en Ginebra.

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