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Por qué el mundo está dividido en torno al burnout

Hombre de espaldas con un paraguas
La última encuesta sobre el Índice de estrés laboral ha revelado que más de una cuarta parte de los trabajadores suizos sufren niveles críticos de estrés en el trabajo. Keystone

A pesar de la nueva clasificación de las autoridades sanitarias mundiales,  el síndrome del desgaste profesional (también llamado síndrome del trabajador quemado, agotamiento o burnout) es todavía un fenómeno poco comprendido por los empresarios y los profesionales de la medicina. Con su cultura del miedo al fracaso, Suiza se está reconciliando con este mal y con el modo de tratarlo.

La voz de R* se quiebra cuando recuerda cómo empezó todo. Han pasado ya tres años desde que se sintió agotado profesionalmente, pero hablar de ello le trae de vuelta una ola de dolorosos recuerdos.   

Este hombre –nacido en Suecia, padre de dos hijos y que lleva más de 20 años viviendo en Suiza– trabajaba como agente comercial en una empresa de dispositivos médicos cuando dejó de dormir. “Esta fue la primera señal. Ocurrió poco menos de un año antes del síndrome de agotamiento actual”, cuenta a swissinfo.ch.  

Seis meses después, su motivación cayó en picado. “Recuerdo estar en una conferencia al final del verano y sentirme perdido. Fue como estar en la película equivocada. Empecé a rehuir a mis amigos y familiares y comencé a ver las pequeñas dificultades del día a día como problemas enormes”. Fue a ver a un psiquiatra, que le preguntó si tenía pensamientos suicidas. Rigler respondió que no, pero que se sentía estresado y fuera de control.

Se tomó unos días de descanso, tras lo cual volvió a su rutina laboral. Al final, llegó al límite de la extenuación y tuvo que acudir a urgencias. “Experimentas tal nivel de estrés y privación de sueño que crees que no eres capaz de sobrevivir”, explica.

¿Estoy ‘quemado’?

El psiquiatra estadounidense de origen alemán Herbert Freudenberger está considerado como el fundador de este concepto basado en la descripción que hizo en 1974 del estado psíquicoEnlace externo de algunos de sus colegas. Freudenberger lo describió como un “estado de agotamiento mental y físico causado por la vida profesional”. Desde entonces, en todo el mundo se ha llevado a cabo una extensa investigaciónEnlace externo sobre este síndrome. 

La mayor parte de la literatura se refiere a las diferentes etapas del síndrome del trabajador quemado o fase previa a este síndrome, comenzando con una fase muy activa y demasiado comprometida, seguida de una fase de “huida y retirada”, y luego otra de “aislamiento e inercia”, por lo general acompañada por depresión, agotamiento extremo y pérdida de perspectiva.

Para determinar si se padecen síntomas del síndrome de desgaste profesional, hay distintas pruebas, entre ellas el Inventario de burnout de MaslachEnlace externo.

¿Cómo definirlo?

Para R, no hay duda de que sufrió el síndrome de desgaste profesional o trabajador quemado. Pero en Suiza la comunidad médica todavía no está segura de qué significa, qué lo causa y cómo tratarlo.

“La gente piensa que no enfermas por el trabajo. En la mayoría de los casos, se conoce como una forma de depresión”, dice.

El síndrome del trabajador quemado (o burnout) está reconocido como enfermedad profesionalEnlace externo en al menos nueve países europeos, entre ellos Francia, Suecia y los Países Bajos. En Estados Unidos, algunas encuestas muestran que el 77% de los profesionalesEnlace externo dice haber experimentado el desgaste profesional.

+ ¿Cuán estresados están los trabajadores suizos?

Sin embargo, el debate gira en torno a si la afección es una enfermedad o simplemente un estado de ánimoEnlace externo, y un psiquiatra estadounidense recientemente ha aseguradoEnlace externo que un fenómeno tan generalizado puede perder credibilidad, ya que parece que se está medicalizando la angustia cotidiana.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Ginebra, ha anunciado hace unas semanas que a su Clasificación Internacional de EnfermedadesEnlace externo (CIE-11) estaba añadiendo el síndrome del desgaste profesional, elevándolo – en cierto modo– de un estado de agotamiento a un síndrome resultante del estrés laboral crónico.  

Pero, como una señal de la confusión existente en torno al término, la OMS al día siguiente envió a los medios de comunicación una aclaraciónEnlace externo afirmando que el síndrome del desgaste profesional no es una enfermedad, tal y como muchos medios de comunicación habían informado, sino más bien un “factor que influye en la salud” asociado con el trabajo.  

En muchos países (entre ellos Suiza) esto es importante, ya que clasificar el desgaste emocional como enfermedad cambiaría el modo en que lo ven los proveedores de seguros médicos. Una iniciativaEnlace externo que en la actualidad se está debatiendo en el Parlamento suizo quiere clasificar el síndrome del trabajador quemado como enfermedad profesional y garantizar así que el tratamiento esté cubierto por un seguro de accidentes laboralesEnlace externo.      

La doctora Barbara Hochstrasser cree que, con su definición, la OMS va por el buen camino. Hochstrasser es psiquiatra y comenzó un programa sobre el síndrome del quemado en la clínica Meiringen: una de las diez mayores clínicas que ofrecen tratamiento para esta afección en Suiza.

La doctora lo define como “una experiencia de personas en el lugar de trabajo donde se sienten completamente agotadas por el estrés laboral crónico”. Dice que no es una enfermedad, sino “un riesgo de otras disfunciones físicas y enfermedades psiquiátricas, principalmente depresión”.

El sufrimiento es real y debe ser tratado, indica Hochstrasser, quien describe este síndrome por agotamiento como “extremadamente profundo”, ya que hace falta mucho tiempo para curarse, pues no puede tratarse con medicamentos.

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Anne

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Cambiar la cultura del trabajo

Parte del debate en el Parlamento suizo versa sobre si el lugar de trabajo es responsable. La iniciativa ha tenido una fuerte resistencia de los políticos que argumentan que es difícil probar la relación de causa efecto entre el síndrome del trabajador quemado y la actividad profesional. A menudo existen otros desencadenantes externos del síndrome del desgaste profesional (incluidas las relaciones personales).

Hochstrasser considera que el volumen de trabajo, la falta de autonomía, las recompensas y las dinámicas de equipo en el centro de trabajo indudablemente tienen un papel determinante.  

Tampoco le cabe duda de que la cultura de trabajo de hoy en día de “estar continuamente conectado” y las mayores exigencias de flexibilidad tienen parte de la culpa del mayor número de afectados.

Durante muchos años Claudia Kraaz trabajó en el banco Credit Suisse en comunicaciones mundiales. Ahora es entrenadora profesional en estrés laboralEnlace externo. Kraaz dice que los empresarios podrían hacer más para prevenir el burnout; incluyendo la formación del liderazgo en resiliencia para abordar cómo tratan y se relacionan los directores con sus empleados.   

La entrenadora y experta en comunicación argumenta que las personas demasiado comprometidas con su trabajo son más susceptibles.  

Hochstrasser coincide en esto y explica que muchas veces es una cuestión de personalidad y estilo a la hora de afrontar los problemas, especialmente entre el personal directivo intermedio. “La gente que es perfeccionista corre mayor riesgo. Eso está claro”, añade.

Las largas jornadas laborales son habituales en Suiza. Un país conocido por su alta calidad de vida y período vacacional equiparable al de otros países europeos.

“En Suiza, el fracaso no se tolera”, dice Kraaz, que señala que otras naciones, como Estados Unidos, son más tolerantes o incluso ven el fracaso como algo positivo.

“Aquí, la gente piensa que hay que hacer todo bien al mil por cien, y así es como nos educan. Si fracasas una vez, tienes un problema”, explica.

“La eficiencia es muy importante en Suiza. No pierdes el tiempo, no hay tiempo para sentir nada. Estás en una rueda de hámster. Y, una vez que estás estigmatizado, estás fuera de juego”, añade R, que sufre el síndrome del quemado.

Más tratamiento

En Suiza varias figuras públicas –como la diputada Natalie Rickli, de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora)– han hablado sobre su experiencia con el síndrome del desgaste profesional, ayudando así a concienciar y a reducir el estigma en torno a este mal.

Como respuesta, a lo largo y ancho del país han aparecido clínicas para tratar el burnout, instructores en equilibrio entre el trabajo y la vida privada y grupos de apoyo.  

Kraaz dice que muchas veces no es suficiente con completar el tratamiento y regresar a la vida diaria. “Si la gente retorna a la misma rutina en el lugar de trabajo, puede volver a caer en la trampa”, indica.  

Su consejo es no hacer nada.

“En nuestro tiempo libre siempre estamos corriendo. Hay que tomarse uno o dos días cada dos semanas sin tener nada planeado. Despertarse y escuchar cómo nos sentimos”.

*Omitimos el nombre por razones de privacidad

Tratamiento y costo

En Suiza existe una gran variedad de opciones de tratamiento. Donde se incluyen clínicas privadas de lujo como Paracelsus RecoveryEnlace externo en Zúrich, que atiende a directores generales y figuras públicas. Por 80 000 francos (80 650 dólares) a la semana, esta clínica ofrece confidencialidad total y tratamiento de cinco estrellas.

La clínica MeiringenEnlace externo, ubicada en una zona remota y pintoresca de los Alpes berneses, fue la primera en 2004 en ofrecer servicios integrales para tratar el síndrome del trabajador quemado. La mayoría de los pacientes pasan en la clínica entre tres y seis semanas recibiendo tratamiento, que incluye aspectos médicos y psicoterapéuticos, así como otras cuestiones como meditación, atención plena (mindfulness), medicina tradicional china e incluso equitación.   

Hochstrasser explica que, a menudo, cuando se busca ayuda médica es ya en una fase muy tardía. La gente muchas veces está a punto de hundirse o padece depresión por agotamiento, lo que ella denomina “ErschöpfungsdepressionEnlace externo” (en alemán), un término acuñado por el psiquiatra suizo Paul Kielholz.

Traducción del inglés: Lupe Calvo

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