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Schneider-Ammann visitará Mercosur

Manifestación de campesinos en Berna
Manifestación de productores agrícolas en la Plaza Federal de Berna el 27 de noviembre de 2015 contra los acuerdos comerciales en el sector agrario. Keystone

Berna acrecienta su interés por firmar un acuerdo comercial con Mercosur. Para mostrarlo, el ministro de Economía de Suiza viajará a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay del 28 de abril al 6 de mayo. Un movimiento estratégico que es celebrado por la industria y criticado por el sector agrícola.

Con 260 millones de consumidores potenciales, Mercosur se confirma como un mercado altamente atractivo a nivel global. Y Suiza -como país miembro de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTAEnlace externo)- trabaja con ahínco en la consecución de un acuerdo comercial con este bloque latinoamericano.

La urgencia no es gratuita. La Unión Europea (UEEnlace externo), en su turno, también apura la conclusión de un TLC con Mercosur, y la EFTA teme quedarse a la zaga.

En Suiza, la industria aguarda con impaciencia un acuerdo comercial con las principales economías de Sudamérica, pero el sector agrícola se opone: considera que no podrá competir con sus contrapartes de Mercosur, especialmente en materia de cárnicos.

Un conflicto inevitable

“El Gobierno suizo está frente a un gran desafío”, admite Erik Reumann, portavoz del Ministerio de Economía, Formación e InvestigaciónEnlace externo (DEFR), “por un lado, necesitamos crecer y modernizar la red de acuerdos de libre comercio para asegurar el futuro desarrollo de la economía exportadora suiza. Por el otro, esto supone abrir nuestro mercado agrícola a los productos de otros países”.

Y esto sucede en tiempos en los que el panorama del campo no es alentador. Actualmente, Suiza tiene 50 000 explotaciones agrícolas en operación, pero cada 24 horas tres de ellas cierran sus puertas por problemas financieros. Hace solo dos décadas eran 80 000.

El DEFR conoce esta realidad. Pero considera que rechazar un acuerdo comercial con Mercosur es negarle a Suiza la oportunidad “de abrir la puerta de acceso a un prometedor mercado de consumidores de clase media que crece a una gran velocidad”, dice Reumann por escrito a swissinfo.ch

Añade que, si la UE logra concluir un TLC con Mercosur, las compañías manufactureras suizas entrarían en desventaja frente a sus homólogas europeas, ya que tendrán que pagar impuestos de hasta 35% sobre sus envíos.

Una gran oportunidad

El Mercado Común del Sur (Mercosur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, concentra 82% de la riqueza de América del Sur. Y las exportaciones suizas totales a esta región suman solo 2 500 millones de francos suizos anuales. El sector industrial no oculta, por lo tanto, su ambición por ir más lejos.

La Asociación Suiza de las Industrias Mecánica y de la Ingeniería Eléctrica (SwissmemEnlace externo), principal empleadora del sector industrial suizo (320 000 trabajadores) coincide con la visión gubernamental. “Las elevadas barreras arancelarias que pagan las industrias de la mecánica y de la ingeniería eléctrica están dañando seriamente la competitividad de las exportaciones suizas en Mercosur”, dice Ivo Zimmermann.

Relaciones Suiza-Mercosur

Mercosur, bloque conformado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, firmó una Declaración de Cooperación con la Asociación Europea de Libre Comercio (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein) desde el año 2000.

En 2015, ambos bloques acordaron iniciar un diálogo exploratorio para determinar la conveniencia de negociar un futuro acuerdo comercial.

En 2017, la EFTA y Mercosur confirmaron su interés por un TLC.

Desde entonces, tres rondas negociadoras formales han tenido lugar: Buenos Aires (junio 2017), Ginebra (agosto 2017) y Buenos Aires (abril 2018).

El Jefe de Comunicación de Swissmem detalla que la maquinaria suiza debe pagar una tasa de 12,8% para ingresar a Brasil; y del 13,4%, para ingresar a Argentina. “Existe un gran potencial de crecimiento para la industria suiza en Mercosur y un TLC facilitaría considerablemente el acceso a este mercado, mejorando nuestra competitividad”, refiere por escrito.

Una promesa de rentabilidad que no borra los problemas del campo. Al cuestionar a Zimmermann sobre cómo hallar un compromiso entre las necesidades de la industria y las del sector agropecuario, el representante de Swissmem confirma que la reducción de las barreras arancelarias suizas para la importación de productos agrícolas de Mercosur es un desafío.

“No existirá TLC sin concesiones suizas en la política agrícola. Pero esto tampoco significa ‘demoler’ las barreras comerciales que protegen al campo. Experiencias previas sugieren que el proceso de apertura del mercado sería gradual y manejable. Además de que iría acompañado de una política de medidas agrícolas por parte del gobierno federal”, matiza.

Swissmem confía en que sea posible encontrar una solución aceptable para todas las partes. “Más aún, creemos que Mercosur crearía oportunidades también para la agricultura. Los campesinos suizos y las compañías procesadoras (de los insumos del agro) ofrecen productos de la más alta calidad que podrían tener buenas oportunidades de mercado cuando las barreras arancelarias hayan caído”, añade.

El campo, nada tiene por ganar

Los principales representantes del campo suizo difieren. La Unión Suiza de Campesinos (USP) ha expresado reiteradamente, en voz de su director, Jacques Bourgeois, que los campesinos suizos no entregarán un cheque en blanco al gobierno. “No estamos en contra de la negociación de nuevos acuerdos bilaterales, pero sí nos oponemos a que los intereses y necesidades del campo suizo sean ignorados”.

“Suiza importa actualmente 50% de la comida que consumen sus 8 millones de habitantes. Pero hay productos que son especialmente sensibles como la carne de res, de ave, los frutos y las hortalizas, los cereales, las oleaginosas y el azúcar”, explica a swissinfo.ch, por su parte, David Rüetschi, secretario de la Asociación Suiza por un Sector Agroalimentario Fuerte (ASSAFEnlace externo).

Añade que “los requisitos que debe cumplir la producción suiza son muy severos (en temas como el uso hormonas, los OGM, las reglas de protección de los animales, etc.) y los costos de producción son altos. Por ello, en una situación de competencia, ramas enteras de la producción y la transformación podrían rápidamente ver amenazada su existencia”.

El espinoso tema agrícola

Suiza tiene en vigor más de 30 acuerdos comercialesEnlace externo, junto con la AELC, con países como Chile, Israel, Jordania, Corea del Sur, Líbano, México, Marruecos, Singapur, Turquía, Canadá, Colombia o Perú.

Hasta ahora, Berna siempre había conseguido que estas negociaciones comerciales no tocaran los intereses del sector agrícola, que es altamente sensible para Suiza.

Pero con Mercosur las cosas son distintas, pues se trata de potencias exportadoras de productos agrícolas (con énfasis en los cárnicos, cereales, frutos y hortalizas).

No es previsible pues que un TLC con Mercosur excluya al sector agropecuario.

Brasil y Argentina también manifestaron oposición en años previos con respecto a la reducción de barreras arancelarias en el campo. Pero los cambios de gobierno han transformado sus posiciones. Actualmente, de forma general, los cuatro países de Mercosur apoyan un TLC con Suiza y la AELC.

En entrevista telefónica desde Lausana, Rüetschi afirma que un posible acuerdo con Mercosur, “exige que nuestro Gobierno negocie con gran firmeza y que limite al máximo el impacto que un TLC podría tener el sector agroalimentario suizo. Pues con excepción de algunas especialidades en materia de quesos, la industria agroalimentaria nada tiene que ganar con este TLC”.

Medidas de acompañamiento

La nueva Estrategia de Política Agrícola 2022 anunciada recientemente por el Gobierno suizo prevé la apertura de las fronteras helvéticas a los productos agrícolas extranjeros. Esto exigirá multiplicar el número de TLCs que tiene con el mundo. Mercosur es relevante porque podría sentar precedente en un sector que había sido protegido previamente.

David Rüetschi, de ASSAF, considera deplorable la falta de visión del gobierno. “La política agrícola prevista por el gobierno está en total contradicción con otras políticas públicas (como la de la protección del paisaje) e ignora las expectativas de la población suiza”. Su comentario hace referencia al voto de los suizos, que en 2017 se manifestaron en favor (78%) de la seguridad alimentaria nacional.

El DEFR responde a esos temores. “En noviembre pasado, el gobierno helvético publicó una perspectiva de mediano plazo para el sector agrícola suizo. Un estudio que ya considera los efectos que tendrían los futuros TLCs en la agricultura suiza y propone una estrategia basada en tres frentes: fortalecer la orientación del mercado agrícola suizo; reducir la huella medioambiental de las explotaciones agrícolas, y abrir espacios para iniciativas de agricultores individuales”, dice Erik Reumann.

Para lograrlo, añade, el gobierno tiene previsto ofrecer apoyos a los agricultores para que puedan desarrollar un mayor valor añadido, innovar, mejorar sus estándares de rentabilidad, instrumentar soluciones digitales en sus granjas y optimizar y simplificar sus obligaciones administrativas.

Aun así, los campesinos suizos temen que el mercado local se vea inundado de carne de res argentina y pollo brasileño.

¿Qué sucederá si el campo mantiene su oposición a un TLC con Mercosur?, se le cuestiona al DEFR. Reumann responde con pragmatismo: “es el Parlamento suizo el que decide sobre los nuevos tratados comerciales. Ni el sector agrícola ni la Unión Suiza de CampesinosEnlace externo (USP) tienen derecho de veto, y si instancias como la USP se niegan a tomar parte de las discusiones, se están perdiendo la oportunidad de influir la política agrícola. Además de que ya hay muchas organizaciones del sector agrícola que han aceptado discutir sobre las preguntas que están abiertas”.

Gira por Sudamérica

Para mostrar el interés suizo por estrechar lazos con Mercosur, el ministro de Economía suizo, Johann Schneider-Ammann, realizará una gira de trabajo por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay entre el 28 de abril y el 6 de mayo.

Un viaje que genera un gran optimismo en la comunidad industrial, confirma Ivo Zimmermann, de Swissmem.

Erik Reumann precisa que será una misión relevante. “La delegación suiza tendrá representantes de los medios económico, agrícola, científico y político. El objetivo es evaluar con realismo las oportunidades y riesgos que ofrece Mercosur para todos los sectores suizos, mitigar temores y lograr discusiones de más alto nivel. Y también queremos mostrar a nuestras contrapartes de Mercosur que Suiza es un competidor interesante que debe ser tomado en serio”.

E insiste en amainar los temores: “el gobierno suizo (vía la AELC) aún está en proceso de negociación con Mercosur. Una vez que todos los hechos estén sobre la mesa, habrá un proceso de revisión que incluirá consultas a todas las ramas concernidas. La agricultura será consultada en tiempo y forma. El diálogo siempre ha demostrado ser una sólida herramienta de la cultura suiza para resolver los conflictos de interés”, concluye.

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