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“Ser un roma significa ser nómada y ladrón”

Evacuación de romas de un campo en Ginebra en noviembre de 2007. Keystone

Tras la expulsión de cerca de 1.000 romas de Francia, swissinfo.ch examina la situación de este grupo minoritario en Suiza.

Si bien el gobierno no tiene una cifra global sobre ese sector poblacional en Suiza, la Fundación Rromas de Zúrich lo estima en alrededor de 50.000 a 60.000.

Como lo explica Cristina Kruck, de esa agrupación, sus integrantes son víctimas de una mala imagen en Suiza, como en Francia.

“Para los suizos, ser roma significa ser un viajero y un ladrón”, dijo a swissinfo.ch. Kruck, quien, procedente de Estonia y criada en Suiza, ha trabajado en relaciones públicas y en el Comité Internacional de la Cruz Roja.

Añade que , contrariamente a los clichés, la mayoría de la población roma en Suiza está bien integrada y no todos son viajeros.

Los roma forman una comunidad de cerca de 12 millones de personas en Europa. Pero no son la única comunidad de viaje. También hay Gitanos, Sinti y Jenisch.

Unos 1.000 roma volvieron a Rumanía y Bulgaria desde Francia el mes pasado y cifras oficiales dan cuenta de la expulsión de 11.000 el año pasado.

Las Naciones Unidas y sectores de la comunidad internacional han criticado esa política, y el presidente, Nicolas Sarkozy ha enfrentado también oposición al respecto, dentro de su propio gabinete.

Persecución

El historiador suizo, Thomas Huonker, especialista en comunidades de viaje, dijo a swissinfo.ch que los más pobres de todos estos grupos son los roma, que fueron los últimos en llegar a Francia.

Precisó que vienen de países como Eslovaquia, Hungría, Bulgaria y Rumanía, y que prefieren vivir en los suburbios de París, Milán o Roma que en los guetos de esos países de la Europa oriental.

Y lo anterior, en virtud de que “al vivir en la extrema pobreza, siguen siendo el blanco de la violencia colectiva, influenciada por el lenguaje racista, antisemita y las organizaciones anti-gitanos”, dijo Huonker.

Francia es acusada de un comportamiento similar por muchos grupos en el Parlamento Europeo.

El líder del grupo Liberal, el belga Guy Verhofstadt, advirtió el martes contra los “trampas populistas e incluso racistas”, mientras que el dirigente de los socialistas, el alemán Martin Schultz calificó las acciones de Francia de “cacería de brujas”.

¿La comunidad roma podría buscar refugio en Suiza tras su reciente expulsión?

Es poco probable, dice Huonker. “La política suiza hacia los miembros pobres de este grupo europeo es muy similar a la de Francia, aunque un poco más discreta”, señaló.

“Suiza expulsa a los mendigos, los vendedores y los músicos callejeros. El ejemplo más conocido es el de Ginebra, en 2009, cuando los roma opusieron resistencia”.

“Hasta ahora no ha habido ningún aumento de ingresos de los roma en Suiza y no tenemos conocimiento de ningún problema”, señaló por su parte Marie Avet de la Oficina Federal Suiza de Migración, a swissinfo.ch.

Asentó que es poco probable un aumento de romas, ya que hay “reglas sobre las cuotas de ciudadanos de Rumania y Bulgaria que entran a Suiza y, por lo tanto, es limitado el número de personas que buscan empleo” aquí.

“Estos contingentes se aplican a todos los ciudadanos, con independencia de su origen étnico.

“Si entran a Suiza como turistas no se les permite trabajar y deben abandonar el país después de tres meses.”

Bien integrados

Los roma ingresaron por primera vez a Suiza, en gran número, después de la Segunda Guerra Mundial. La mayoría están bien integrados, hablan un idioma nacional y tienen trabajo.

Después de la limpieza étnica en Bosnia y Kosovo en la década de 1990, comenzó otra ola migratoria. De los 300.000 gitanos que vivían en Kosovo antes de que estallara la guerra, sólo quedan 20.000, indicó la Fundación Roma. .

Kruck dijo, por otra parte, que la comunidad roma es muy heterogénea.

Algunos de sus miembros son médicos y propietarios de restaurantes y están tan bien integrados que los suizos no los advierten. .

Los roma “visibles” son los más pobres, los “invisibles”, prefieren no decir que lo son.

“En Suiza, es mejor ser un ‘yugo’ (oriundo de la otrora Yugoslavia) que un roma, ya que este último tiene una mala reputación”.

Explica que la mayoría de la población roma en este país tiene pasaporte suizo y sólo una pequeña proporción son viajeros.

Hay que distinguirlos de los refugiados roma de Kosovo, dice, los que cruzan la frontera de Francia y que son acusados por los Jenisch de invadir su territorio, y de los roma de Rumania, “que vienen a Ginebra por uno o dos días y luego desaparecen”.

Emily Wright, swissinfo.ch
(Traducción, Marcela Águila Rubín)

En Suiza, como en el resto de Europa, las personas de viaje fueron considerados incapaces de adoptar los valores y las leyes del país.

En 1906 el gobierno suizo decidió cerrarles las fronteras. .

En 1926 la organización juvenil Pro Juventute inició el proyecto Niños de los Caminos, con el apoyo de las autoridades locales y nacionales.

Los niños fueron separados de sus padres y colocados en instituciones o con padres adoptivos para alejarlos del estilo de vida nómada.

Alrededor de 600 niños se vieron afectados entre 1926 y 1972.

Con un estilo de vida nómada o no, sólo obtuvieron la protección jurídica para las minorías en la década de 1970.

Pero no tienen una total protección contra la discriminación.

(Fuente: Nadia Bizzini, mediador cultural, dl Tesino)

Roma, Sinti, Kale, Lovara, Machvaya son sólo algunos de los cientos de grupos nómadas que utilizan la lengua romaní y que, procedentes del noroeste de la India, emigraron entre los siglos X y XIV.

Se desplazaron en oleadas, primero en dirección del Asia Menor y luego hacia el norte de África y Grecia, antes de dirigirse a diversas partes de Europa.

Aunque agrupados como personas de viaje (o con un sentido más peyorativo, como gitanos), estos pueblos nómadas son en realidad muy diversos, en términos de origen étnico, pero también de lengua, cultura y religión.

Han sido perseguidos y discriminados por cientos de años y ahora viven en los márgenes de la sociedad, no por elección.

Constituyen la mayor minoría étnica en Europa, aunque es difícil tener una visión clara sobre su número.

Algunas estimaciones cifran su población entre 15 y 20 millones. La mayoría vive en el centro de Europa occidental, con aproximadamente dos millones en Rumania.

En septiembre de 2010, el gobierno suizo firmó acuerdos con Bulgaria y Rumania, por 257 millones de francos para ayudar a reducir las disparidades sociales y económicas dentro de la Unión Europea.

Unos 181 millones se destinarán a Rumania. Los fondos, que se distribuirán en un lapso de 10 años, serán utilizados para combatir la corrupción, mejorar la seguridad, la infraestructura, la integración y la investigación, entre otros proyectos.

Aunque no es un miembro de la UE, Suiza ha contribuido con mil millones de francos en otros diez países europeos, principalmente del Este.

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