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Falsa solidaridad familiar en la violencia juvenil

Violencia juvenil: la prevención se basa también en la cooperación de padres y autoridades. www.polizei-beratung.de

En la lucha contra la violencia juvenil, representantes de la Procuraduría de la Juventud y de la Policía de la ciudad de Zúrich visitan a los delincuentes menores de edad en sus casas. Allí, padres y hermanos se confrontan con el delito. Las autoridades hacen un balance provisional positivo de esta medida.

“Pero mi hijo no ha hecho nada malo”: A veces los padres no quieren ver la verdad. Ni siquiera después de que su hijo ha dejado a alguien gravemente herido tras patearle en la cabeza, pero pinta el delito en casa como una gresca inofensiva.

Con las visitas a domicilio, la Procuraduría de la Juventud y la Policía de la ciudad de Zúrich quieren quebrantar la falsa solidaridad familiar, una espiral de falta de informaciones , la trivialización, el silencio o el consentimiento indirecto de padres y hermanos. Y con ello intentan cortar de raíz una posible carrera delictiva, que se ve venir con una serie de actos delictivos en la adolescencia.

Desde que comenzó el proyecto, un miembro de la Procuraduría, que es mayormente un trabajador o una trabajadora social, acompañado por un oficial de Policía de la ciudad, realizaron entre 20 a 25 visitas a domicilio, dice a swissinfo.ch Hans Ueli Gürber, director de la Procuraduría de la Juventud  de la Ciudad de Zúrich.

Fueron menos visitas que las que había previsto antes del comienzo del proyecto piloto fijado en dos años. Gürber señala que ello se debe a la “alentadora decadencia” de los casos de violencia juvenil.

En un ambiente familiar

“Con la visita domiciliaria queremos dar una señal y tener la seguridad de que los padres están enterados de la situación”, dice Gürber. En lugar de sentarse una oficina anónima frente a un funcionario, el adolescente problemático se confronta con su delito en la sala de la casa, y delante de sus padres y hermanos.

 

En la mayoría de casos, los involucrados captaron la señal. Según Hansueli Gürber, la mayor parte de los jóvenes violentos dejó de delinquir después de las visitas de las autoridades.

Información completa

La ‚visita domiciliaria‘ ha demostrado en la práctica su eficacia en los Países Bajos. Gürber menciona los tres pilares del enfoque: la inclusión directa de las familias en la solución del problema, el impedimento de los padres asuman una actitud protectora frente al hijo y contra las autoridades porque no están bien informados. Un tercer punto positivo es la colaboración aún más estrecha entre la Policía y la Procuraduría de la Juventud.

La información y la explicación sobre la envergadura de un acto criminal y sus consecuencias es en opinión del responsable de la Procuraduría “una aportación constructiva” de las autoridades para la prevención de la violencia juvenil.

Gürber enfatiza que la mayoría de los padres, luego de un escepticismo inicial,  llegan a apreciar esta contribución. “Solo una vez una familia rechazó la demanda para visitar su casa”, dice.

La visita es observada como una medida única. El que la conversación en la mesa familiar o en el sofá tenga el efecto preventivo deseado también se debe, según Gürber, a que la visita domiciliaria no es más que una pieza del rompecabezas hecho en el marco de la evaluación global del caso. De acuerdo a cada historia, los trabajadores sociales ya se habían puesto en contacto con los padres o el adolescente ya había sido arrestado.

La cooperación de los padres, ¡Bienvenida!

Cornelia Bessler, directora de la Oficina Forense para Jóvenes del Centro de

Psiquiatría del Niño y del Adolescente y Psicoterapia de la Universidad de Zúrich, califica el  proyecto como “muy útil”. “Los servicios orientados a la clientela conducen a mejores resultados, especialmente cuando se puede ganar la cooperación de los padres”, indica.

Bessler hace hincapié justamente en el enfoque interdisciplinario del proyecto. “Una buena coordinación y buenos acuerdos interdisciplinarios desde el principio favorecen el intercambio completo de información y una mayor cooperación entre las autoridades.

Un acto de equilibrio

Sin embargo, según los forenses, las visitas a domicilio siguen siendo una cuestión muy delicada que demanda de los colaboradores una sensibilidad especial. “Es un acto de equilibrio entre la confrontación y la oferta de ayuda. Por un lado, los representantes de las autoridades informan a la familia que uno de sus miembros ha cometido un acto criminal. Por otro, las autoridades deben ganar la simpatía de la familia para que coopere constructivamente en el proceso”.

En tales mesas redondas, los jóvenes criminales están sometidos a una presión extremadamente alta, dice Bessler. La falta de tacto y sensibilidad de parte de los visitantes oficiales pueden hacer que los sentimientos de culpa, vergüenza y remordimiento del delincuente adolescente provoquen una reacción de rechazo que podría aumentar el riesgo de actos irracionales, indica Bessler.

Meta ambiciosa vs. presión de costos

Gürber lamenta que el oficial de policía de la ciudad,  que originalmente había sido destacado hasta 2012 a la Procuraduría de la Juventud, haya sido comisionado a otra unidad después de nueve meses. El motivo: la falta de recursos de los guardianes del orden. Por cierto, el funcionario está presente como antes en las visitas domiciliaras. Pero su presencia en la Procuraduría se limita hoy a la participación en el informe semanal.

A pesar de ello, Gürber espera que el gobierno de la ciudad institucionalice la integración de un policía en la Procuraduría de la Juventud después del término de este proyecto piloto de dos años. Como en el caso de la Fiscalía, donde es una práctica común, un oficial de policía también debe prestar servicio en cada una de las cinco procuradurías de la juventud de la ciudad.

Otras ciudades suizas esperan evidentemente la valoración del proyecto piloto zuriqués. Gürber, el procurador de la juventud, dice que hasta ahora no le han pedido informes otras autoridades. 

A comienzos de abril, la Confederación, los cantones, las ciudades y los municipios han comenzado su programa común de prevención ‘Jóvenes y violencia’, que dura hasta 2015.

Para ello, la Confederación ha puesto a disposición apenas seis millones de francos. El programa es coordinado por la Oficina Federal de Seguridad Social.

Objetivo del programa es construir una red en cuyo centró estén las oficinas cantonales y comunales de prevención de la violencia.

También participan las Conferencia de los Gobiernos Cantonales, la Federación Suiza de Ciudades y la Federación Suiza de Municipios.

En la ejecución del proyecto, las autoridades son apoyadas por grupos de expertos.

(Traducción, Rosa Amelia Fierro)

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