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Violencia de género no empieza con la primera bofetada

La agresión física no ocurre repentinamente, antes ya hubo golpes psicológicos. Keystone

En Suiza, “la violencia de género es invisible, no se habla del tema, por lo menos no públicamente como en España”. Es más, muchas inmigrantes españolas consideran que el problema no ocurre en este país.

Una discriminación positiva, pero peligrosa. Ante esta violencia no se puede bajar la guardia, hay que identificarla a tiempo para proteger a las víctimas, casi siempre mujeres y niños.




































Informar y sensibilizar para erradicar fue el objetivo de la ‘Campaña informativa sobre la lucha contra la violencia de género en España y Suiza’. Se realizó el pasado fin de semana en Zúrich, Berna y Lausana.

Un objetivo alcanzado, a juzgar por las respuestas de las asistentes: “Pensaba que la mujer tenía algo de culpa”, “creía que comenzaba con la primera bofetada”, “me imaginaba que se producía porque él había sufrido violencia en su infancia”.

Eva Gómez, presidenta de la Asociación de Mujeres Españolas en Suiza, informó que organizaron la campaña “porque esta forma de violencia no conoce fronteras ni nacionalidades”.

La forma más brutal de desigualdad

Uno de los objetivos de la AMES es la lucha contra la desigualdad. Y con esta campaña se propone “tratar en el ámbito público la violencia de género, el símbolo más brutal de la desigualdad existente, uno de los ataques más flagrantes a derechos fundamentales como la libertad, igualdad, seguridad, la no discriminación y la vida”.

No es casual que la charla haya sido organizada por mujeres que proceden de un país con una de las legislaciones más avanzadas de Europa en materia de protección a las víctimas de violencia de género.

Como lo explicó Yolanda Tirado, miembro de la Asociación, es una ley integral. Su objetivo es prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género, y prestar la debida asistencia a las víctimas. “La ley les reconoce el derecho a la información, a la asistencia social integral y a la asistencia jurídica gratuita; derechos laborales y prestaciones de la seguridad social”.

Además de los derechos económicos, prosiguió Tirado, la ley introduce medidas de sensibilización, prevención, detección en el ámbito educativo, sanitario, de la publicidad y los medios.

Con estas medidas, según Tirado, la propia víctima puede poner fin a la relación violenta y recuperar su proyecto de vida. “Estos derechos son universales, dirigidos a todas las mujeres”.

Si por ejemplo una inmigrante llegó a España por reagrupación familiar y es maltratada por su pareja, tiene derecho a residencia y trabajo. La Ley tampoco olvida a los menores del entorno familiar, víctimas directas o indirectas de esta violencia, enfatizó Tirado.

Suiza podría aprender de España

En cada una de las tres sesiones informativas “Prevención y Protección contra la Violencia de Género”, la AMES invitó a una experta suiza en violencia de género del cantón respectivo.

En Zúrich disertó Cornelia Kranich, abogada, mediadora y copresidenta del IST (Oficina de Intervención contra la Violencia Doméstica) que coordina las acciones de instituciones públicas y privadas para dar protección y seguridad a las afectadas, para que los responsables rindan cuentas y se reduzca el riesgo de recaída.

“Desde 2007 en el cantón de Zúrich hay una ley que permite enfrentar la violencia doméstica relativamente rápido. Pero, por ejemplo, el acecho o acoso no es sancionado legalmente, a menos que esté ligado a amenazas”.

Kranich señaló que en 2009, en el cantón de Zúrich, con un millón 300 mil habitantes, hubo más de cuatro intervenciones policiales diarias por violencia doméstica. “Del total de agresiones, 7% fueron cometidas por mujeres, pero éstas reaccionan generalmente en defensa propia”.

Precisó que se ve mayor violencia doméstica entre los inmigrantes. “Sin embargo, algunas mujeres de la clase media o alta suiza no denuncian las agresiones, tampoco las inmigrantes con Permiso B (cuya permanencia en Suiza depende de la vigencia del matrimonio), las mujeres de los ‘sin papeles’ o las de Europa del Este involucradas en la prostitución”.

“Hemos visto además abandono y violencia psicológica, sobre todo en parejas binacionales, pero aquí no es decisivo el sexo, sino el estatus. También hay hombres soportan situaciones terribles porque la mujer abusaba del poder de decidir sobre permanencia o expulsión del país”.

En 2009 hubo en Suiza 16.349 denuncias policiales por violencia doméstica, y 81 intentos o consumaciones de asesinato. La estadística es una, las leyes no. “Esperamos tener una ley unitaria federal y desterrar las diferencias cantonales. Ahí también podemos aprender de España”, sentenció Kranich.

Cómo salir de la espiral de violencia…

La psicóloga Gloria Suárez definió la violencia de género, sus manifestaciones en la pareja y los instrumentos que puede tener a mano la víctima para defenderse.

El primero es reconocer el maltrato y de quién viene. “El objetivo del agresor es mantener el control y el poder, y subordinar a la mujer. Siempre hay conflictos entre dos personas, lo que no es normal es la actitud agresiva, continua y sistemática”.

El agresor fabula, mienta, proyecta, niega, minimiza, ridiculiza, no hay una ‘causa’, el siempre percibe que ella es la culpable. Es una persona que necesita la sumisión para autoafirmarse, y por cierto, todo esto empieza antes de la primera bofetada, apuntó la psicóloga.

Suárez, quien trabajó en España en el Instituto de la Mujer, refirió que 30% de las consultas de salud mental eran por violencia de género y solamente 5% eran denunciadas.

Hoy tiene un consultorio en Zúrich. En 2009 impartió talleres de sensibilización en asociaciones españolas. “Se cree que la violencia doméstica es tema para España, no para Suiza. Que no se hable aquí del tema no significa que no exista”.

Se calcula que una de cada 10 mujeres adultas es víctima de violencia física o sexual por parte de su pareja, según un estudio de la Oficina Federal de Igualdad entre Mujer y Hombre (EBG, sus siglas en alemán).

 Si se incluye la violencia psiquíca, la cifra es mucho mayor.

  

Según datos oficiales, entre 2000 y 2004 hubo una media de 28,4 asesinatos de mujeres en la esfera doméstica.

Desde 2004, la violencia en la pareja y el matrimonio es investigada por el Tribunal Penal, aun sin denuncia de la víctima.

En 2009, la Confederación realizó el estudio “Violencia en la relación de pareja: causas y medidas adoptadas en Suiza” con el fin de aplicar consecuentemente los fundamentos legales para prevenir este fenómeno.

Se reconoció que se necesita avanzar en el reconocimiento temprano de la violencia de género y en la intervención, y que aún hay carencias para llegar con estas medidas a ciertos grupos, como los inmigrantes.

La Asociación de Mujeres Españolas en Suiza (AMES) fue fundada en Zúrich en marzo de 2009.

  

Tiene 128 integrantes: profesionales de distintos sectores interesadas en investigar y trabajar en temas relacionados con la equidad de género.

En Suiza hay alrededor de 80.500 habitantes nacidos en España, equivalentes a poco más del 1% de la población.

    

La campaña informativa sobre la lucha contra la violencia de género fue subvencionada por el Ministerio de Trabajo e Inmigración de España.

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