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¿La visita del Papa… o del oscurantismo ?

¿Puede uno levantarse y arrodillarse al mismo tiempo? Michel-Ange, photomontage swissinfo

¿Cómo reaccionan los partidarios del librepensamiento a la visita de Juan Pablo II a Berna los días 5 y 6 de junio y, de manera general, al regreso del prelado ?

Algunas reacciones que van del agnosticismo flexible al ateísmo radical.

El 11.1% de los habitantes de Suiza carece de credo religioso, según el censo efectuado por la Oficina Federal de la Estadística (OFS) en el 2000.

Si a ello se agrega que 4.3% de la población se abstuvo de manifestarse sobre el particular; y que muchos de entre aquellos que pertenecen a una religión lo hacen desde un punto de vista meramente social, el número de ateos, o por lo menos de agnósticos, está lejos de ser insignificante.

Sin embargo, cuando se habla del despertar de lo religioso, casi no se les escucha. La visita de Juan Pablo II a Berna, los días 5 y 6 de junio, nos ofrece la oportunidad de conocer los puntos de vista de tres espíritus críticos.

¡Levántate!

En sí misma, esta visita no parece crear problemas a los no creyentes. «El Papa es uno de los mayores protagonistas de nuestra época. No es necesario ser católico para reconocerlo y para considerar que en su persona, nuestro país recibe la visita de la Historia….», señala el escritor Etienne Barilier.

Enrico Riboni, ingeniero apasionado de la filosofía, ateo convencido y poseedor del sitio ‘christianisme.ch’ se expresa en el mismo sentido pero… prepara una primera flecha.

«(El Papa) tiene todo el derecho de ir a donde quiera. Pero me choca que el pueblo suizo tenga que pagar los gastos de la visita de una persona que es un dictador. El Vaticano es, en efecto, el único país de Europa Occidental donde, que yo sepa, no existe libertad de prensa», dice.

Cabe notar sin embargo que, aparte de los gastos de seguridad -a cargo del Cantón de Berna-, no se destinará ningún monto público al acontecimiento.

La visita del Papa Juan Pablo II fue solicitada por los jóvenes católicos que, para la ocasión, proponen un eslogan, un mandato que encontramos en el Evangelio de San Lucas: «¡Levántate!».

Etienne Barilier se manifiesta también positivo sobre el particular: «¡Levántate!, lo entiendo así: es la demanda que hacen jóvenes plenos de energía a un anciano incapaz de estimularlos y aguijonearlos. Quizá no se equivocan ».

Pero Enrico Riboni se irrita: «Este eslogan es una burla. Toda la historia de la Iglesia Católica demuestra que (la institución) nunca ha pretendido que la gente se levante, sino que ha buscado imponer su poder sobre la gente, hacerla arrodillarse ».

Al respecto, Reto Caspar está de acuerdo. Miembro del comité central de la Asociación Suiza del Libre Pensamiento, sección de habla alemana, se pregunta: ¿qué quiere decir levántate? ». ¿Los jóvenes católicos pueden realmente levantarse? ¿Pueden decir realmente lo que piensan?

Negación de la búsqueda

Para Reta Caspar, este tipo de acontecimientos, construidos en torno a los jóvenes, sirve sobre todo para dar una imagen de dinamismo a una Iglesia Católica totalmente retrógrada.

Es cierto que mientras que el estudio histórico progresa (ver la serie documental de Arte ‘El origen del cristianismo’ de Gerard Mordillat y Jerôme Prieur, así como su notable libro ‘Jesús después de Jesús’), la Iglesia Católica no parece tomar en cuenta esas investigaciones.

¿Esta ausencia de crítica es la garantía de su éxito o la de una implosión futura? «¡La Iglesia Católica es tan irracional que debe permanecer como está! Si comienza a abrirse, va a colapsarse», responde Reta Caspar entre risas.

Puesto que en una Iglesia, la gente busca el oscurantismo, no una reflexión científica, coincide con Enrico Riboni. «La ausencia de crítica es una garantía de su éxito. La Iglesia Católica nunca ha tenido en cuenta ni las investigaciones históricas, ni las investigaciones científicas».

El analista se refiere al famoso sudario de Turín sobre el que, en 1988 y, mediante el uso del carbono 14, se determinó que databa del siglo XIII o del XIV. Eso, sin embargo, no impidió que los católicos mantuvieran un verdadero culto al objeto en cuestión.

En las palabras matizadas del escritor, y que comparte Etienne Barilier: «A decir verdad, el estudio histórico no progresa al punto de amenazar con una implosión a las Iglesias que habrían escogido ignorarlo para sobrevivir».

De todas maneras, como decía Proust, «los hechos no penetran en el mundo donde viven nuestra creencias, no las han hecho nacer, no las destruirán ».

El silencio del libre pensamiento

Si las religiones están muy presentes en los medios de prensa, particularmente a través de la actualidad -política o artística-, las expresiones resueltas del libre pensamiento son escasas.

Frente a esta discreción mediática, nuestros interlocutores enuncian diversas explicaciones: «Si usted tiene un mensaje, eso interesa a la gente. Nosotros no tenemos mensajes, puesto que un mensaje es un primer paso hacia el dogma», explica Reta Caspar.

Hay un enorme juego de poder y de dinero por parte de las Iglesias. Se trata de organizaciones poderosas y organizadas, lo que no es el caso entre los ateos o los libre pensadores. Si usted ataca la Iglesia Católica, es como si atacara Coca Cola o Microsoft», revela por su parte Enrico Riboni.

Este último dice comprender el silencio de los medios de prensa. «¿Qué tiene que decir un racionalista? Más allá de constatar que la inexistencia de Dios es lo más probable, no gran cosa. Mientras tanto, un religioso puede adornar (sus palabras), tiene toda una mitología de apoyo, y la gente gusta mucho de las fábulas. Es, pues, más dado a proponer fábulas que hechos».

Ofensas recíprocas

Los correos de los lectores son otra especie propicia para la expresión religiosa, porque el creyente está pronto a desenvainar su pluma cuando se siente herido en su fe.

Para Etienne Barilier, «a primera vista parece normal, el descreído no se siente afectado por la religión o la blasfemia. Sin embargo, personalmente, hay actitudes religiosas que me ofenden o me agobian: aquellas que se burlan de la dignidad humana y la razón; aquellas que son enemigas de la libertad. Y en este caso, ¿por qué no decirlo?»

Por otra parte, incluso en lo cotidiano, el discurso de la fe puede ofender al libre pensador. Por ejemplo, cuando el religioso considera al ateo como inmoral o cuando un periodista del servicio público evoca la visita de Juan Pablo II hablando del ‘Santo Padre’. Para 58% de la población, en todo caso, el Papa no es ni santo ni padre.

De la misma manera que la costumbre a la democracia trae aparejado a veces su debilitamiento, e incluso su enjuiciamiento; la costumbre a la idea de que la posibilidad del libre pensamiento es un reclamo peligroso: los movimientos de ida y vuelta existen.

«En los siglos XIX y XX, se creyó demasiado que la humanidad volaba con piloto automático hacia la autonomía y la edad adulta de la razón. Rápidamente tuvimos que sentarnos, es entonces el momento de decirse a sí mismo: «¡Levántate!», constata Etienne Barilier.

Efectivamente, no es a través del silencio que el materialismo de Diderot o el rebelde existencialismo de Camus pudieron tocar las conciencias y relativizar las supersticiones…

swissinfo, Bernard Léchot
Traducción, Marcela Águila Rubín

Comunidades religiosas en Suiza según la Oficina Federal de la Estadística (2000) :
42 % católicos
35,2 % reformistas
4,3 % musulmanes
1,8% ortodoxos
0,2 % juidíos
11,1 % sin credo religioso

Nuestros interlocutores

Etienne Barilier, nacido en Payerne en 1940, ha publicado novelas y ensayos y ha traducido a numerosos autores germanofonos. Sobre el tema de la religion, publicó la novela ‘El Enigma’ (Zoé, 2001) y, más recientemente, ‘Nuestras otras civilizaciones… América, Europa, Islam’ (Zoé 2004).

Reta Caspar es miembro du comité central de la Asociación Suiza del Libre Pensamiento (Freidenker-Vereinigung der Schweiz), con sede en Selzach, y jefa de redacción de su boletín, ‘Freidenker’. La Asociación, fundada hace unos cien años, reúne a personas que han salido de diversas Iglesias y les propone servicios ‘alternativos’: sepelios, matrimonios no religiosos.

Enrico Riboni vive en el Cantón de Neuchâtel. Ingeniero de la EPFL en mecánica, apasionado de la Filosofía y de la Historia, es co-autor de un libro intitulado ‘Las páginas negras del cristianismo’. En su sitio christianisme.ch, denuncia con virulencia las consecuencias de la ideología cristiana.

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