¿Por qué se investiga la contaminación de plásticos en la Antártida?
Allí donde se ha buscado —desde las profundidades del océano hasta la nieve de los Alpes y desde el Polo Norte hasta el Polo Sur— los científicos han encontrado contaminación por plásticos. Pero, si el plástico está en todas partes, ¿por qué ir a la Antártida a estudiar esta forma de polución?
Si se comparan con otras partes del mundo, la Antártida y el océano Antártico están menos afectados por la actividad humana y siguen siendo, por tanto, relativamente vírgenes. No obstante, desde principios de la década de 1980 se viene informando de que las aves antárticas ingieren plásticos y por lo menos desde 2009 se han observado sobre todo microplásticos. Se cree que las corrientes oceánicas limitan en parte que estos residuos plásticos se propaguen al océano Antártico desde otros mares como el Atlántico, por ejemplo.
2MB por día, desde la Antártida
¿Solamente 2MB (megabytes) por día? Ese es el límite de datos para los autores de nuestro blog polar. Esta primavera, Gabriel Erni Cassola (derecha) y Kevin Leuenberger (izquierda), de la Universidad de Basilea, están a bordo del rompehielos alemán ‘Polarstern’ en el Océano Austral. Los investigadores quieren averiguar cómo son afectados los animales y las bacterias de la Antártida por los microplásticos. En esta serie de blogs nos dan una idea de su trabajo y de la vida a bordo de un barco de expedición polar.
Queremos tener un conocimiento más detallado de la presencia de microplásticos —fragmentos de plástico de menos de 5 mm de longitud— en las aguas superficiales del océano Antártico. Vamos a ver qué concentraciones hay y si varían según la ubicación geográfica. El rompehielos Polarstern se acercará a la Antártida por el meridiano de Greenwich y después girará hacia el oeste para cruzar el mar de Weddell, antes de llegar a Punta Arenas en Chile.
Cuando el plástico está presente en un entorno, los peces u otros animales pueden ingerir esas partículas sintéticas. Para estimar el alcance del problema, tomaremos muestras tanto del estómago como del intestino de diferentes especies de peces y buscaremos microplásticos. También queremos descubrir y estudiar las bacterias acuáticas que colonizan el plástico flotante para ver si pueden degradarlo.
En esta expedición de investigación participan varios expertos en polución plástica. Yo, Gabriel, soy investigador postdoctoral y desde 2015 estudio la contaminación por plásticos. Kevin Leuenberger realizará su investigación como parte de su tesis de máster. Los dos formamos parte del grupo de investigación Man-Society-Environment (Hombre-Sociedad-Medioambiente) del departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Basilea. A bordo del barco hay otros 45 científicos de 11 países.
El 3 de marzo de 2022 —tras una estricta cuarentena de diez días para evitar durante la expedición casos de COVID-19— embarcamos en el Polarstern en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Navegamos hacia el sur, a través del mar de Weddell, hasta nuestro primer destino: la estación de investigación antártica alemana del Instituto Alfred-Wegener, Neumayer III, donde trabajamos durante las dos primeras semanas.
Mientras llega la siguiente entrada del blog, puede seguir el recorrido del buque Polarstern y leer sobre otros proyectos de investigación aquí.Enlace externo
Traducido del francés por Lupe Calvo
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Diario de a bordo en la Antártida
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