3.500 alumnos se forman en conservación ambiental en el área del lago Atitlán en Guatemala
Ciudad de Guatemala, 14 nov (EFE).- El programa ‘Educando para Conservar’, liderado por la Asociación Amigos del Lago de Atitlán (AALA), concluyó con éxito su primera fase del ciclo escolar sobre conservación ambiental, impactando a 3.500 estudiantes y 171 docentes y directores de 50 centros educativos en el oeste de Guatemala.
Esta iniciativa en el departamento (provincia) de Sololá busca fortalecer el conocimiento y el compromiso ambiental en la cuenca del lago de Atitlán, además de proteger los recursos naturales y culturales de una de las regiones más turísticas del país centroamericano.
«Percibimos la educación ambiental como un proceso continuo y fundamental para adquirir conciencia, valores y actitudes encaminadas a un comportamiento ecológico y ético», comentó en entrevista con EFE Anna D’Apolito, directora de AALA.
D’Apolito destacó que el programa es «único a nivel de país» porque está «contextualizado al departamento de Sololá» desde el punto de vista social, geográfico y ambiental.
Esta adaptación permite abordar las problemáticas más urgentes de la cuenca, identificadas por la directora como «el manejo inadecuado de los desechos sólidos, aguas residuales sin tratamiento, la deforestación y más recientemente los impactos del cambio climático».
María Luz Sandoval, encargada de monitoreo y evaluación del programa, resaltó que el material educativo es único porque «toma en cuenta la cosmovisión maya» y la pertinencia cultural. Esto es clave en un departamento como Sololá, donde conviven tres grupos indígenas del pueblo maya: K’iche’, Tz’utujil y Kaqchikel.
El proyecto, que se implementa desde 2016, ha alcanzado 17 de los 19 municipios del departamento. En total, ha beneficiado a más de 21.620 estudiantes, 928 docentes y 1.550 padres de familia.
Karla González, coordinadora pedagógica de AALA, explicó que el proceso se divide en tres fases, claves para el éxito del programa.
Según González, en la fase uno, que se ejecutó durante 2025, un promotor de educación ambiental imparte una «clase modelo», mientras el docente observa. Luego, en la siguiente fase, programada para 2026, se combina el trabajo del docente y el promotor; y en la tercera fase, ya para 2027, se espera que los docentes ya cuenten con «capacidades instaladas» para liderar el proceso.
«Hacer para aprender»
El contenido teórico se basa en el «Material de Referencia Educando para Conservar», que incluye módulos temáticos como Medio Ambiente, El Agua y las Cuencas Hidrográficas o el Saneamiento Ambiental; que se vinculan estrechamente con el Currículo Nacional Base (CNB) del sistema educativo en Guatemala.
En este proceso formativo el componente práctico es fundamental, como lo señaló Pedro Sojuel, coordinador de actividades prácticas, quien subrayó que el fundamento del programa es «hacer para aprender».
«Si lo hago, aprendo», es la premisa del programa, mediante la cual, AALA busca desarrollar en los estudiantes habilidades de pensamiento crítico y creativo, y los motiva a ser actores claves en la solución de problemas ambientales, afirmó Sojuel.
Entre las actividades de campo que realizan los estudiantes, Sojuel enumeró giras educativas para explorar bosques, campañas de reforestación, instalación de huertos escolares, jornadas de limpieza en playas y comunidades, ferias ambientales y la creación de murales pedagógicos.
D’Apolito atribuyó la sostenibilidad del proyecto a lo que llamó «un ejemplo y un modelo muy interesante de cooperación», ya que el programa es financiado gracias a una alianza estratégica entre el sector privado, la cooperación internacional y el sector público. EFE
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La Agencia EFE contó con el apoyo de Asociación Amigos del Lago de Atitlán para la difusión de este contenido.