A pesar de Greenpeace, salió de Suiza un tren con desechos nucleares
El convoy con elementos combustibles usados en la planta de Mühleberg, Berna, burló la acción de los ecologistas de Greenpeace, que habían intentado detener su marcha bloqueando la ruta en Fluerier, Neuchâtel. La peligrosa carga se encuentra en Francia y tardará siete días en llegar a la incineradora de Sellafield.
Los dos camiones que llevan los contenedores con residuos nucleares, cruzaron la frontera de Col de Roches, cerca de Le Locle, en su ruta a al puerto francés de Dunquerque, donde transferirán su delicada carga a un barco.
Apenas enterados de la partida del convoy, los activistas de Greenpeace intentaron primero en Chiètres, Friburgo, encadenarse a un automóvil colocado para impedir su paso. No lograron su cometido porque las fuerzas de seguridad advirtieron la intención durante un control de identidad.
Más tarde, Greenpeace emprendió otra acción. Una decena de sus militantes se encadenaron a dos viejos camiones militares, colocados sobre la vía ferroviaria de Fleurier, Neuchâtel.
Se trata del primer cargamento que en un año sale de Suiza con destino a la central incineradora británica de Sellafield. Esta partida forma parte de otras siete programadas hasta marzo de 2002.
Ante el fracaso de su acción, el portavoz de Greenpeace, no disimuló su cólera. “Tengo un sentimiento de ira. Es criminal enviar residuos nucleares a Sellafield, donde no hay garantía de seguridad”, afirmó. Su organización había solicitado al juez de instrucción correspondiente, el sábado pasado, que ordenase el decomiso del cargamento, arguyendo que lesiona la ley sobre la radioactividad.
La Oficina Federal de Energía autorizó a la central nuclear bernesa de Mühleberg, el 17 de mayo pasado, el transporte al Reino Unido de 63 elementos combustibles usados. Un total de 125 toneladas de residuos nucleares serán dirigidos a dicho país.
swissinfo y agencias
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