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Actos de piratería en la Red

Cada día, millones de personas escuchan y descargan música de Internet. Keystone

En Suiza, la piratería informática ocasiona pérdidas anuales por valor de decenas de millones de francos a la industria discográfica.

El sector pide una mayor protección, pero no es tarea fácil identificar a los múltiples internautas que violan – a veces por desconocimiento – los derechos de autor.

Es muy fácil poner a disposición o descargar música de Internet. Los sitios Web que proponen esta oferta son muy numerosos, así como lo son los internautas que diariamente los utilizan. ¿Cómo resistir a la tentación de acceder en un cerrar y abrir de ojos y sin tener que desembolsar un céntimo a millones de títulos musicales?

La piratería informática tiene repercusiones graves para los artistas y productores: la caída de las ventas es preocupante. Según las cifras publicadas en el portal de la Asociación Suiza para la Lucha contra la Piratería (SAFE) – que lleva años luchando para que se respeten las disposiciones de la Ley Federal en materia de derechos de autor –, en el 2003 la industria discográfica helvética registró un descenso de las ventas del 15%.

SAFE ha encargado a un grupo de inspectores localizar los sitios ilegales en la Red y se reserva el derecho de denunciarlos a las autoridades competentes, que también han multiplicado los esfuerzos para atajar el problema.

Difícil de localizar

Quienes violan la ley en materia de derechos de autor pueden ser condenados a una multa de miles de francos y, en algunos casos, incluso terminar detrás de las rejas. Mucha gente no sabe de la severidad de las penas, ya sea porque desconoce que ha cometido un delito o porque piensa que jamás podrá ser identificada.

Internet es un medio de comunicación de alcance internacional. Cada estado tiene sus propias reglas en el ámbito de la protección de los derechos de autor: “En general, la legislación helvética se aplica sólo a los delitos cometidos en el interior de las fronteras del país”, explica Vincent Salvadé, responsable para la Suiza de expresión francesa del servicio jurídico de la Sociedad Suiza para los Derechos de los Autores de Obras Musicales (SUISA).

Una reglamentación territorial que, aplicada al mundo de Internet, resulta paradójica. Así por ejemplo, las autoridades helvéticas no podrán emprender medidas contra un sitio italiano que divulga en la Red obras protegidas, aunque se pueda acceder a su Web desde Suiza.

¿Legal o ilegal?

Los límites entre legalidad e ilegalidad son bastante confusos, incluso para los usuarios. En Suiza, por ejemplo, está permitido bajar o copiar un fichero de Internet con fines privados, así como enviarlo a familiares y amigos.

En cambio, está prohibido crear un sitio personal con títulos musicales o filmes protegidos con copyright sin previa autorización del autor, así como el uso de aplicaciones peer to peer, esas herramientas de transferencia de archivos de usuario a usuario. Los internautas pueden acceder gratuitamente al disco duro y copiarlo, pero corren el riesgo de contraer un virus informático.

Identificar a los infractores

Hoy la tecnología permite identificar –por lo menos en teoría – el ordenador desde el cual se ha realizado un acto delictivo, aunque el control sigue siendo muy difícil. Son miles las personas que cada día incurren en estas prácticas ilegales.

“Se están desarrollando sistemas técnicos de protección capaces de limitar el registro de ficheros de Internet – por ejemplo bloqueando la opción de copiar CD –, pero cuya fiabilidad todavía no está garantizada”, subraya Vincent Salvadé.

La tarea principal es identificar a los infractores: “Es muy complicado controlar cada ordenador privado y saber quién lo está utilizando. Y si la violación se produce desde un ordenador público, como los que ponen a disposición las escuelas o universidades, la labor se vuelve prácticamente imposible”, señala Parisima Vez, del servicio de prensa de SAFE.

Ofertas legales

Para contener las pérdidas, las casas discográficas han potenciado su oferta de música de pago a precios más baratos que un disco compacto.

Apple, por ejemplo, líder mundial del sector permite bajar más de un millón y medio de títulos por 1,50 francos cada uno, o incluso el contenido de un álbum por 15 francos. Y hace unos meses Sony lanzó la versión helvética de su plataforma Sony Connect (600.000 títulos), con precios similares a los de su rival.

Un sistema que parece tener un gran éxito. Durante la primera semana tras su lanzamiento en Estados Unidos se bajaron 300.000 títulos del sitio de Apple; 100.000 millones en un año. En Suiza los resultados no se harán esperar.

swissinfo, Anna Passera
(Traducción del italiano: Belén Couceiro)

Las ventas de discos cayeron un 7,6% en el 2003 a escala mundial.
En Suiza la disminución fue del 15%.
El año pasado las productoras discográficas registraron pérdidas por 41.000 millones de francos suizos en el mundo.

Los derechos de autor se atribuyen a petición individual para una creación intelectual.

Las composiciones musicales están protegidas contra la publicación, copia o divulgación abusiva hasta 70 años después de la muerte de su autor.

Quien desee difundir una obra protegida (por ejemplo en un bar o una discoteca) necesita el acuerdo del autor y pagarle una remuneración.

En Suiza es la empresa SUISA quien gestiona los derechos de autor de casi todas las obras musicales en el mundo.

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