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“Aunque sea un dólar”: Demócratas apelan a pequeñas donaciones para 2020

El senador Bernie Sanders, aspirante a la candidatura demócrata para las presidenciales de 2020, en un acto en North Charleston, Carolina del Sur, el 14 de marzo de 2019 afp_tickers

Aún faltan 20 meses para la elección presidencial de 2020 en Estados Unidos, pero ya comenzó una batalla clave de la campaña: la pelea por las pequeñas contribuciones de los votantes.

Los 12 principales aspirantes demócratas a la Casa Banca evitan recurrir a donaciones de corporaciones y de los comités de acción política, conocidos como PAC, por lo que están dirigiendo sus miradas a los votantes, que muestran cada vez más voluntad para abrir sus billeteras y jugar así un mayor rol en el proceso político.

Todo apunta a que habrá una avalancha de contribuciones personales para el ciclo electoral de 2020, en la que se espera que la gente invierta más de su dinero en los candidatos, ya que los votantes están cada vez más cansados del dinero de origen oscuro y la influencia de las corporaciones en la política, según las encuestas.

Los candidatos deberán informar sus donaciones del primer trimestre a la Comisión Electoral Federal (FEC) en las próximas semanas y se espera que los resultados demuestren que, pese a que aún hay grandes sumas en juego, habrá mayor financiación por parte de los votantes.

– “Ansiosos por dar” –

En las elecciones de medio mandato de 2018 “hubo mucha energía del lado demócrata y no veo por qué la generosidad demócrata disminuiría en un ciclo en el que el presidente Trump estará en la papeleta”, dijo a AFP Patrick Burgwinkle, director de comunicaciones del grupo End Citizens United, que aboga por una reforma del financiamiento durante la campaña.

Los donantes individuales demócratas están “ansiosos por dar”, añadió, “siempre y cuando estos candidatos estén en el camino de la reforma de nuestro fracturado sistema de financiamiento de campaña”.

“El dinero corrompe a la política. Lo controla todo”, dijo el mes pasado la senadora Kirsten Gillibrand ante votantes en Des Moines, Iowa, después de anunciar su postulación a la candidatura demócrata a la presidencia.

“Hay que sacar al dinero de la política. Y por eso, como un pequeño primer paso, no aceptaré dinero corporativo de PAC”.

Por eso, tanto ella como otros, armados con una gran base de datos de votantes sacada de redes sociales y otros contactos gracias a la tecnología, están enviado millones de mails para juntar fondos a través de contribuciones. “Aunque sea un dólar”, aseguraba uno de esos mensajes del demócrata Cory Booker.

Bernie Sanders, el senador liberal que hizo de la reforma del financiamiento electoral uno de los pilares de su campaña presidencial de 2016, se metió en la carrera para 2020 en febrero con un golpe, al recaudar 5,9 millones de dólares en las primeras 24 horas de más de 220.000 personas en los 50 estados del país. La donación media fue de 27 dólares.

“Los poderosos intereses especiales pueden tener el dinero, pero nosotros tenemos a la gente”, tuiteó.

Donald Trump, por supuesto, tampoco se ha quedado quieto. El presidente presentó su candidatura para 2020 el día después de su asunción y su campaña ha estado juntando fondos desde entonces. Se calcula que hasta octubre del año pasado había recaudado 106 millones de dólares.

– Contribuciones políticas ilimitadas –

Muchos demócratas vienen pidiendo la reforma desde 2010, cuando la controvertida decisión de la Suprema Corte en el caso Citizens United contra la Comisión Electoral Federal levantó las restricciones al gasto de campaña para las corporaciones y los sindicatos.

A la vez allanó el camino para el gasto político ilimitado de los grupos independientes o super PACS, que pueden aceptar contribuciones ilimitadas – a veces millones de dólares de una sola institución o individuo – y luego gastar ese dinero en defender a un candidato.

Burgwinkle, de End Citizens United, dijo que algunos demócratas se beneficiaron de los super PACS, pero la mayor parte del dinero de esos grupos fue para ayudar a elegir a los republicanos.

De todas formas, el mayor impulso financiero que están recibiendo ahora los rivales de Trump es de los motivados seguidores de base.

“La pelea por el dinero en el Partido Demócrata será sin duda una pelea por los pocos dólares”, manifestó Anthony Corrado, profesor del Colby College y experto en finanzas políticas.

“Lo que Bernie Sanders probó en 2016 fue que se puede financiar una campaña dependiendo en gran parte de contribuciones de pocos dólares, si uno logra generar el entusiasmo entre la base de los seguidores”.

Cuando Beto O’Rourke anunció el jueves que se lanzaba a la campaña presidencial, presentó un sitio web que dirigía a los seguidores a una página de donaciones de fácil acceso administrada por ActBlue, un grupo sin fines de lucro que se ha convertido en un gigante de las pequeñas donaciones.

ActBlue asegura que millones de estadounidenses contribuyeron durante el ciclo electoral de 2018 con una abrumadora cifra total de 1.600 millones de dólares a través de la plataforma, a un promedio de 39 dólares la donación.

“No están buscando tener acceso a la política, están apoyando una causa o una plataforma política”, describió Corrado a los donantes. “Y si alguien tiene 100.000 personas donando 10 dólares por mes, de pronto se ve con una suma real”.

SWI swissinfo.ch - unidad empresarial de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR

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