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Alemania abre el primer juicio por “crimen de guerra” en Siria

El alemán acusado de crímenes de guerra, Aria Ladjedvardi, habla con su abogado (izda.) antes de su juicio en un tribunal de Fráncfort, Alemania, el 3 de mayo de 2016 afp_tickers

Un alemán que es juzgado en Fráncfort por acusaciones de crímenes de guerra y vínculos con yihadistas afirmó durante el proceso que fue obligado a posar junto a las cabezas de dos hombres decapitados en Siria y contó que la religión lo ayudó a superar una juventud difícil.

Aria Ladjedvardi, un alemán de 21 años de origen iraní, compareció ante la cámara criminal del Tribunal de Apelación de Fráncfort, donde será juzgado hasta el 14 de junio por “perpetración de un crimen de guerra”.

El juicio contra Ladjedvardi es el primer caso de este tipo en Alemania, un país que ha acogido a 1,1 millones de refugiados en 2015, la mitad provenientes de Siria e Irak.

La llegada masiva de refugiados ha hecho que se multipliquen las fuentes de información sobre abusos cometidos en esos países.

Se le acusa de haber posado, junto a otros dos hombres, frente a unas cabezas decapitadas de personas en Siria en 2014 y de haber publicado las fotos en Facebook.

La fiscalía federal alemana considera que los tres combatientes querían ridiculizar a las víctimas, a las que consideraban como “infieles”, y humillarlos incluso tras su muerte.

“Yo no quería estar ahí” y “nunca hubiera imaginado” que las fotos serían publicadas después en las redes sociales, replicó Ladjedvardi en la audiencia, en la que aseguró que no quería humillar a nadie.

Según su relato, un niño de la aldea de la provincia de Idleb (noroeste), donde se encontraba, alertó que había dos cabezas plantadas en picas en el patio de un colegio.

Entonces se formó un tumulto y muchas personas comenzaron a tomarse fotos en la escena macabra. No trascendió la identidad de las víctimas.

Ladjevardi dijo que como era el único extranjero fue conminado a posar. “Estaba en una zona de guerra (…) Hice lo que la situación me exigía”, argumentó. Articulando rápidamente y con gestos nerviosos, el acusado procedió a explicar por qué estaba en Siria a mediados de 2014. “Yo quería ayudar a la gente”, víctimas de la opresión de Bashar al Asad, aseguró.

– Una juventud difícil –

Ladjedvardi fue arrestado en octubre de 2015 en la región de Fráncfort. Desde entonces se encuentra en prisión preventiva.

Este ciudadano alemán habría viajado a Siria en 2014 para unirse a las milicias islamistas, según la fiscalía.

Antes de su viaje, se interesó “cada vez más” en el islam y comenzó a “cambiar”, contó Ladjedvardi.

El acusado señaló que el deporte y la religión lo ayudaron a recuperarse después de una juventud difícil, marcada por el consumo de marihuana y de alcohol, en la que además cometió delitos menores.

Entonces contactó a través de Facebook con un conocido que estaba en Siria, que lo ayudó para su viaje.

El acusado reconoció que en el país recibió entrenamiento militar y aprendió a manejar armas pero aseguró que no pertenecía a ninguna organización yihadista, aunque los jueces reaccionaron con escepticismo ante su relato y le expresaron sus dudas.

La fiscalía federal está investigando actualmente “diez casos relacionadas con Siria e Irak” por crímenes de guerra, además de 30 casos contra exyihadistas por “pertenecer a un grupo terrorista”, dijo a AFP un portavoz.

Los investigadores alemanes reciben entre 25 a 30 informaciones nuevas por día, a través de las gestiones de petición de asilo, que desde finales de 2013 incluyen un cuestionario sobre crímenes de guerra reservado a los refugiados sirios.

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