Bruselas subraya los beneficios para Francia de un acuerdo de la UE con Mercosur
Francia sería uno de los principales beneficiarios de un pacto comercial entre la UE y los países del Mercosur, estimó este lunes el vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen, cuando ambas partes buscan alcanzar un acuerdo político a finales de año.
“Según nuestros cálculos y nuestras cifras, Francia sería uno de los mayores beneficiarios de este eventual acuerdo. Esto daría oportunidades a la industria francesa y también a su sector agrícola”, subrayó Katainen ante los periodistas en Bruselas.
Francia alerta del impacto del conjunto de los acuerdos comerciales o en negociación entre la UE y sus socios comerciales en su sector agrícola y, en el caso del Mercosur, considera que se daña el sector de la carne bovina y el etanol a cambio de mayores beneficios para el sector del automóvil europeo en América Latina.
“Entendemos perfectamente esta cuestión de la carne bovina y del etanol y debemos hallar una solución”, aseguró Katainen, destacando que era “demasiado pronto” para definir medidas precisas para indemnizar a los sectores potencialmente afectados por el acuerdo comercial.
El vicepresidente del ejecutivo comunitario, que estuvo recientemente en Brasilia para reunirse con tres cancilleres del Mercosur, reiteró su confianza en un acuerdo para finales de año.
“Todo el mundo dice que los tiempos son muy importantes, ya que el próximo año, Brasil por ejemplo, estará ocupado con sus elecciones y será difícil continuar las negociaciones”, aseguró.
La próxima ronda de negociaciones tendrá lugar a finales de mes en Bruselas, de cara a intentar alcanzar un acuerdo, aunque sea sólo “político” como el cerrado en julio entre la UE y Japón, durante la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Buenos Aires.
A lo largo de casi dos décadas, las discusiones entre los cuatro países del Mercosur y los del bloque europeo -que actualmente son 28- han estado marcadas por los desencuentros.
En 2004, la negociación fue suspendida y sólo fue retomada seis años después con el compromiso de mejorar las ofertas originales.
El mes pasado, la UE completó su oferta poniendo sobre la mesa cupos de 70.000 toneladas para la carne bovina y de 600.000 toneladas para el etanol, dos bienes de alta sensibilidad política en el viejo continente.
Pero esos números frustraron al bloque sudamericano y devinieron en un nuevo obstáculo.
