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Chalecos amarillos y anticapitalistas provocan de nuevo caos en los Campos Elíseos

Chalecos Amarillos se refugian detrás de unos escudos durante enfrentamientos con fuerzas policíacas en los Campos Elíseos en París, el 16 de marzo de 2019. afp_tickers

“Hay mucha gente y hay acción. ¡Me recuerda a diciembre!”, el momento más álgido de la crisis de los “chalecos amarillos”, dice exultante un joven vestido de negro y amarillo, mientras un grupo de enmascarados se enfrenta a la policía al pie del Arco del Triunfo.

Entre la multitud se divisa el negro de los militantes radicales anticapitalistas y el amarillo de los chalecos fluorescentes que se han convertido en el emblema de este movimiento apolítico que nació hace 4 meses en las redes sociales contra la política social y fiscal del gobierno.

Los ánimos se caldearon hacia el mediodía. Vehículos incendiados, barricadas en llamas, nubes de gas lacrimógeno… un escenario similar al del 1 de diciembre, punto álgido de las manifestaciones de los “chalecos amarillos” en París, cuando los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo se convirtieron en un auténtico campo de batalla.

Para este sábado, el 18º consecutivo de protestas de este colectivo que había perdido fuerza en las últimas semanas, manifestantes anticapitalistas radicales se tomaron también las calles, enfrentándose a la policía y saqueando varios comercios.

Nespresso, Hugo Boss, Lacoste… Las vallas de madera que protegían las fachadas fueron arrancadas, las vitrinas destrozadas y las tiendas desvalijadas.

Algunos salen con los brazos cargados de ropa, otros lanzan prendas a la multitud o las usan para alimentar las barricadas en llamas.

“Es una pena, pero es la única manera de que nos escuchen”, afirma un “chaleco amarillo” que vino desde Borgoña (centro) para manifestar. “Si hemos llegado a esto es que hay un verdadero problema de democracia”, estima.

No muy lejos, se declaró un incendio en un banco cerca de los Campos Elíseos. El siniestro, criminal según las autoridades, se propagó al edificio aledaño, obligando a evacuar a sus habitantes y dejando 11 heridos leves.

Para marcar el final de los debates organizados por el presidente Emmanuel Macron para encontrar una salida a esta crisis y los cuatro meses de protestas, circularon en las redes sociales llamados a converger en París para lanzar un “ultimátum” al mandatario.

El ministro del Interior, Christophe Castaner, describió actos de “profesionales del destrozo y del desorden” y pidió a la policía responder con “la mayor firmeza a estos ataques inadmisibles”.

“Entre los manifestantes, hay más de 1.500 ultra-violentos que vinieron para destrozar, enfrentarse, atacar. Temprano por la mañana quisieron tomar por asalto el Arco del Triunfo, seguramente orgullosos de los destrozos que cometieron el 1 de diciembre”, dijo el ministro.

– Evitar las redadas policiales –

El humo negro que se desprende de las barricadas se mezcla al de los gases lacrimógenos que la policía lanza para intentar disipar a la multitud. Los eslóganes anticapitalistas se mezclan con el “¡Macron, dimisión!” que se escucha cada sábado.

Vitrinas, paredes y paradas de autobuses están recubiertas de lemas insurreccionales. “¿Qué es amarillo y ya no espera?”, “es hora de que se vayan todos”, “¿Al menos entiendes las razones de la ira?”…

“¡Es el Apocalipsis!”, grita entusiasta un manifestante.

Al cabo de una hora la tensión se disipa.

Algunos, incluyendo los más violentos, se fueron de los Campos Elíseos por el momento para evitar las redadas policiales e ir a sembrar el caos en otros puntos de la capital.

“¡Es apenas el principio!”, grita un manifestante enmascarado. Y advierte a Emmanuel Macron: “¡El ultimátum recién empieza! Vamos a venir a buscarte!”

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