Corbyn cambia su guardia pretoriana en un clima de traición y venganza
El líder laborista británico Jeremy Corbyn, responsable del primer partido de la oposición, cambió a su equipo de portavoces parlamentarios en un clima de conspiración y venganza propio de un drama de Shakespeare.
Los cambios fueron descritos como “una purga” por los detractores de Corbyn, un político del ala más izquierdista del laborismo que tiene problemas para asegurarse la fidelidad de los diputados de la corriente “blairista”, por Tony Blair, desde que fue elegido en setiembre por la militancia con mayoría abrumadora.
Corbyn hizo cambios en tres puestos claves -Defensa, Cultura y Europa- de su equipo de portavoces, al que suele conocerse en el Reino Unido como “gobierno en la sombra”.
Michael Dugher fue destituido como responsable de Cultura y su cargo será asumido por Maria Eagle, hasta ahora responsable de Defensa. Eagle será reemplazada por Emily Thornberry, que comparte con Corbyn la aspiración de desmantelar el arsenal nuclear. Finalmente, Pat McFadden fue relevado del puesto de portavoz en temas europeos por “deslealtad”, en pleno debate sobre la permanencia del país en la Unión Europea.
Tres diputados renunciaron a su papel en el gobierno en la sombra en protesta por los cambios. Uno de ellos, Stephen Doughty, justificó su decisión por la manera en que había sido tratado su compañero McFadden.
“Estoy totalmente de acuerdo con las palabras que Pat McFadden usó al denunciar el terrorismo y la explicación falsa de que es culpa de Occidente”, explicó, acusando veladamente a Corbyn de creer en esta teoría.
Uno de los portavoces destituidos, Michael Dugher, cambió su perfil en Twitter a “diputado por Barnsley East. Despedido por Jeremy Corbyn por hablar claro” y dijo irónicamente que era “víctima de la nueva manera de hacer política” que prometió el líder de la oposición.
– Cameron usa a Shakespeare para hurgar en la herida –
Corbyn no cambió finalmente al diputado que más lo ha dejado en evidencia, Hilary Benn, responsable de Exteriores, que se desmarcó de su líder y apoyó los bombardeos en Siria con un discurso vibrante en el Parlamento que hizo que muchos lo señalaran como el próximo líder laborista.
Según varias fuentes, su salida hubiera amotinado a la bancada laborista, y la mano derecha de Corbyn, John McDonnell, dijo que nunca trataron de llevar a cabo “una noche de cuchillos largos”.
La sesión parlamentaria de preguntas al primer ministro David Cameron, este miércoles, estuvo dominada por los cambios en las filas laboristas.
Cameron aprovechó una pregunta sobre el 400º aniversario de la muerte de William Shakespeare para lanzar dardos a Corbyn citando los títulos de al menos cinco obras del gran dramaturgo inglés. “Me parece que Shakespeare nos da palabras para cada momento, consideren por ejemplo lo que estamos pensando ahora”, dijo Cameron. “Hubo un momento en que parecía que esta remodelación iba a entrar en ‘La duodécima noche'”, sin embargo, acabó siendo “una especie de ‘Comedia de los errores’, quizás ‘Mucho ruido y pocas nueces'”.
Los diputados laboristas no estaban sin embargo para muchas bromas. “No es el momento más glorioso de la historia de nuestro partido”, resumió el diputado Stephen Kinnock.
Pero los analistas estiman que Corbyn tenía pocas alternativas si pretende afianzar su liderazgo.
“Tenía que actuar, no puede afrontar protestas cada vez que hace algo, tiene que tratar de llegar a la gente”, dijo a la AFP Nick Turnbull, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Manchester.
En cualquier caso, la situación “demuestra claramente que existen profundas divisiones en la bancada parlamentaria laborista, fundamentalmente en temas de seguridad nacional”, y hay pocas perspectivas de que desaparezcan, añadió.
