El presidente filipino, Rodrigo Duterte, advirtió que está dispuesto a instaurar un "gobierno revolucionario", frente a las campañas de "desestabilización" de los opositores a su política de extrema firmeza contra la criminalidad.

"Si vuestros esfuerzos de desestabilización persisten en el caos actual, no dudaré en declarar un gobierno revolucionario hasta el final de mi mandato", afirmó Duterte el viernes por la noche en un discurso transmitido por televisión.

"Los podré entonces arrestar a todos y así después podremos seguir nuestra guerra contra los rojos", dijo en referencia a la guerrilla comunista que opera desde hace medio siglo en el sur del archipiélago.

Duterte acusó a la CIA estadounidense de ser parte del complot para desestabilizarlo.

"Declararé un gobierno revolucionario, están todos arrestados. No estoy infundiendo miedo a la gente, sólo recuerden eso", repitió.

Duterte evocó el precedente de la expresidenta Corazon Aquino que destituyó a los diputados, abolió el Congreso e instauró un gobierno revolucionario luego de liderar la revuelta que puso fin a la dictadura de Ferdinand Marcos en 1986.

Los adversarios políticos del actual presidente, que cita regularmente la imposición de la ley marcial, temen que se vea tentado de ejercer el poder de manera cada vez más dictatorial.

Rodrigo Duterte, de 72 años, lleva a cabo desde su elección en 2016 una amplia campaña para erradicar la criminalidad vinculada a la droga que dejó varios miles de muertos.