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El MEDE busca desempeñar un papel central en el porvenir de la Eurozona

El ministro de Finanzas estonio, Toomas Toniste (izq), saluda al director general del MEDE, Klaus Regling, en Talin en un encuentro informal del ECOFIN, en septiembre de 2017 afp_tickers

El director del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), cuya misión es ayudar a los países de la zona euro en dificultades, propuso este martes reforzar sus competencias para convertirse en un supergarante de los bancos y en un organismo similar al FMI en la Unión Europea.

El director del MEDE, el alemán Klaus Regling, desveló en un discurso en el muy selecto Colegio de Brujas su visión para el futuro de este organismo, máxime cuando la Comisión Europea debe presentar el 6 de diciembre sus propuestas para una amplia reforma de la Eurozona.

El MEDE entró en vigor a finales de 2012, al final de la crisis de la deuda en la zona euro, con la misión de ayudar, con condiciones, a los países en dificultades económicas. Aunque no es muy conocido, este organismo participó en todos los planes de rescate desde entonces.

Regling propuso así en su discurso que el MEDE desempeñe en el futuro un papel de garante de los bancos de la Eurozona en dificultades, si las medidas adoptadas por los establecimientos financieros y las capitales en el marco de la Unión Bancaria no son suficientes.

“Si queremos ser creíbles a ojos de los mercados financieros, debemos estar preparados para cualquier eventualidad. De ahí, la necesidad de una ‘red de seguridad final’, un papel que podría asumir el MEDE en el futuro”, según Regling.

Su director abogó también porque el organismo se transforme en un Fondo Monetario Europeo. “Hasta ahora, el FMI siempre ha contribuido a los programas de rescate europeos, pero empieza a perfilarse un consenso para que desempeñe un menor papel en futuras crisis”.

“El MEDE podría asumir este papel, así como otras tareas”, agregó Regling. El Fondo Monetario Internacional (FMI) desempeñó un papel central en los dos primeros planes de rescate a Grecia, en 2010 y 2012, aunque se mostró reticente a participar en el tercero cerrado en 2015.

Alemania, el primer acreedor de Grecia, exigía la participación de la institución financiera con sede en Washington, al considerarla como un garante ante el riesgo presupuestario. Pero los países de la zona euro se han convencido poco a poco de la necesidad de actuar solos en el futuro.

El pasado 10 de octubre, en su última reunión europea como ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble constató que “una amplia mayoría de los [actuales] 19 países de la zona euro era favorable a reforzar el papel del MEDE”.

En su discurso este martes, Regling precisó que, “en lugar de tener un grupo de cuatro acreedores” -FMI, Banco Central Europeo, Comisión Europea y MEDE-, los dos últimos “podrían responsabilizarse conjuntamente de elaborar, negociar y vigilar los programas de rescate”.

Schäuble ya había dejado entrever en octubre que el MEDE podría desempeñar un papel de vigilancia del respeto del Pacto de Estabilidad Europeo, que establece reglas especialmente sobre el déficit y deuda pública. Estas funciones las ejerce actualmente la Comisión Europea.

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