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El nuevo jefe del regulador bursátil chino hace frente a la desconfianza

El exdirector de la Comisión de Regulación de Mercados Financieros Xiao Gang habla en una presentación de resultados en Hong Kong el 29 de agosto de 2006 afp_tickers

El nuevo jefe de la Autoridad de Regulación Financiera de China se enfrenta a los mismos y espinosos desafíos que su predecesor, caído en desgracia: una generalizada desconfianza hacia unos mercados que funcionan como casinos, y una urgente necesidad de reformas.

Tras meses de intensas especulaciones sobre su suerte, Xiao Gang fue “revocado” de su cargo al frente de la Comisión de Regulación de Mercados Financieros (CSRC), que ocupaba desde 2013, anunció el sábado la agencia Xinhua.

Su caída en desgracia era esperada: Xiao estaba al mando de la Comisión a mediados de 2015 cuando se produjo el desplome bursátil chino. Su aparente inacción y sus torpes medidas para hacer frente a la crisis hicieron el resto.

Su sucesor, Liu Shiyu, es un experimentado financiero, exjefe del Banco Agrícola de China, una de las cuatro mayores entidades del país y antiguo vicegobernador del banco central. Su nombramiento en el CSRC fue acogido el lunes con entusiasmo: la Bolsa de Shanghai y la de Shenzhen ganaron más de un 2%.

Pero este optimismo podría revelarse efímero: desde principios de año Shanghai ha perdido un 20% de su valor, lastrada por las inquietudes que suscita la ralentización de la economía china y la fuerte depreciación del yuan.

“El mayor desafío que tiene ante sí Liu será el de restaurar la confianza perdida de los inversores”, dice a la AFP Chen Xingyu, analista de Phillip Securities.

– Un efímero ‘cortacircuito’ –

En 2015, la CSRC fue impotente en evitar que el índice de referencia de la Bolsa de Shanghai perdiera en verano casi el 40% de su valor y que se esfumaran miles de millones de dólares, en medio de la conmoción del conjunto de los mercados mundiales.

Las voces que reclamaban la destitución del anterior jefe de la CSRC, Xiao, se multiplicaron después de esta debacle y se renovaron tras el fracaso del sistema de ‘cortacircuitos’, que interrumpía automáticamente las sesiones en caso de variación brutal de la bolsa.

Este ‘cortacircuito’ provocó el cierre de las Bolsas de Shanghai y Shenzhen en dos ocasiones durante sus cuatro días de existencia y provocó una nueva tempestad financiera mundial, pues exacerbaba el nerviosismo de los operadores, angustiados ante la idea de no poder vender sus acciones como lo desearan.

“Pero el reemplazo (de Xiao Gang) no modifica los problemas. Es irrealista esperar demasiado de un simple cambio de personas”, advierte Chen. El principal escollo subsiste: la inmensa mayoría de los inversores en las bolsas chinas -y ello desde su renacimiento hace 25 años- son particulares, pequeños portadores con reacciones a menudo epidérmicas.

– Entre esperanza y desconfianza –

Pese a todo “existe una gran expectativa de que (Liu) vuelva a darle una dinámica a las bolsas chinas, y que recupere la confianza de inversores internacionales, teniendo en cuenta el impacto de los mercados chinos sobre las demás plazas mundiales”, comenta Li Danxiao, economista de la sociedad de corretaje Yingda.

Entre las reformas más cruciales están las salidas a bolsa, pues el regulador tiene la potestad de elegir las firmas autorizadas a cotizar y decidir su cotización de introducción, con lo que recorta algo el rol natural del mercado.

Le corresponde al regulador “establecer un sistema de registro para las salidas a bolsa, perfeccionar las leyes para luchar mejor contra las manipulaciones del mercado, mejorando la comunicación de las empresas cotizadas”, a menudo opaca o claramente mentirosa, explica Hong Hao, estratega del fondo BOCOM International Holdings. “No son tareas fáciles”, admite.

SWI swissinfo.ch - unidad empresarial de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR

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